‘Don Benjamín’ de Iván Zahínos compite por el Goya a mejor corto documental con una historia sobre la destrucción de la Amazonia

‘Don Benjamín’ de Iván Zahínos compite por el Goya a mejor cortometraje documental con una historia cruda y poética de la destrucción de la Amazonia.  La obra sigue su exitosa andadura en festivales de todo el mundo, subrayando el premio a mejor cortometraje en el Krakow Film Festival (Polonia), calificador a los Premios Oscar 2025.

Quizás es la humanidad de su personaje, la originalidad de la narrativa, la majestuosidad de su fotografía o la sensibilidad de su banda sonora original. Quizás es la suma de todo eso y algo más. Sea como sea, estamos frente al corto del año: original, atrevido, diferente y con una gran capacidad de llegar al corazón.

En menos de treinta minutos, Iván Zahínos invita a conocer y acompañar el día a día de su personaje principal, Don Benjamín, y su extensa familia, los Peña, para descubrir como cielo e infierno conviven en la actualidad de la selva Amazónica. Los Peña, genuinos guardianes de los bosques, nos muestran, con humildad y sabiduría, un camino de superación y un futuro para una región amenazada por enormes incendios que, cada año, reducen a cenizas miles de hectáreas de belleza y vida.

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«Con la destrucción de la selva, desaparecen culturas milenarias y muchísima belleza. Desaparece nuestra familia, sean humanos, árboles o animales, pues familia es todo lo que comparte un mismo origen, y ese es nuestro hogar, el Planeta Tierra», comenta Iván Zahínos.

‘Don Benjamín’, disponible en FILMIN y VEOMAC, bebe del realismo mágico que impregna a la Amazonía y sus comunidades, tal y como describe Iván Zahínos al hablar de su presentación en Bolivia: «En el estreno del cortometraje, la Plaza de Armas se vistió de gala. Don Benjamín llegó en moto, con botas camperas y su sombrero de ganadero. Es lo único que conserva de un pasado que decidió abandonar. Se comió el escaso ganado que poseía cuando se dio cuenta de que la selva se esfumaba a medida que crecía el número de cabezas en la región amazónica. Renunció a un presente para construir un futuro y, en un acto de heroicidad, adquirió unas hectáreas de tierra calcinada para hacer un bosque que diera de comer a su familia. Renunciar al presente para construir un futuro. ¿Acaso no hay sabiduría en eso?»

«La sala estaba a rebosar. Había gente sentada en las escaleras, de pie en los laterales. Acabó la proyección y se sucedió un segundo de silencio, un suspiro colectivo y muchos aplausos. La familia Peña Cortez se puso en pie. Eran más de treinta. Por fin los valientes recibieran el reconocimiento que merecen. Allí sentado, junto a Don Benjamín y su familia, sentí que ese era el poder del arte: mostrar la belleza y la destrucción, la emoción y la rabia, para crear una narrativa que nos permita sentir e imaginar la realidad que soñamos».

En palabras del jurado del prestigioso Krakow Film Festival, calificador de los Oscar 2025, al otorgarle el premio al mejor cortometraje del año, ‘Don Benjamín’ es «la historia de una comunidad local que defiende su hogar y el hogar de todos nosotros. Con el ejemplo del espíritu inquebrantable del personaje principal, esta película edificante devuelve la fe en la humanidad, nos trae lágrimas a los ojos y algo de esperanza al corazón».

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