La 52ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca ha dado inicio este lunes a sus actividades profesionales, en el marco de las cuales, el director, productor y presidente de APROAR (Asociación de Productoras Independientes Audiovisuales de Aragón), Gaizka Urresti, ha impartido la masterclass ‘La desgravación fiscal del cine: una nueva forma de complementar la financiación de tus películas‘, en la que ha desglosado las ventajas de esta nueva figura, que se suma a las subvenciones ya conocidas y a la Agrupación de Interés Económico (AIE) que se creó en 2008.
«Esta reciente figura del contrato fiscal, surgida de una enmienda de Esquerra Republicana en 2021, ha permitido a producciones que antes no podían acceder a un incentivo fiscal poder meter un dinero al que tenían derecho y que antes lo perdían totalmente, pero sobre todo, se han abierto nuevas posibilidades para formatos de bajo presupuesto como el documental, el cortometraje o películas de menores costes», ha afirmado.
El Salón Azul del Casino de Huesca ha acogido las primeras actividades profesionales con la asistencia de público y representantes de la industria audiovisual. Urresti ha asegurado que, pese a que esta figura sale de una enmienda, «yo creo que se mantendrá, ya que se aprobó porque incluso a los partidos de oposición no les ha parecido mal; en el fondo, genera economía, mueve el dinero, hace que haya nuevas formas de financiación y también es cierto que las ayudas directas conllevan un costo para el Estado, lo que implica recaudar y controlar».
La enmienda aprobada incorpora a la Ley del Impuesto de Sociedades, entre otras cosas, una deducción de hasta el 30% de los costes de producción hasta un tope de 20 millones de euros, y para producciones en las que, como mínimo, el 50% de la base de la deducción sea por gastos realizados en España. Gaizka Urresti ha destacado que, con esta fórmula, el Estado está renunciando a recibir un 20 por ciento de unos ingresos, pero está favoreciendo que se haga cine, música o cultura, ya que esta fórmula también se aplica para teatro o conciertos, aunque cada sector tiene sus propias reglas.
Radiografía del cortometraje en España
Por su parte, Lucas Castán, profesor de la Universidad San Jorge y cortometrajista, ha presentado una radiografía del cortometraje de ficción en festivales y ha lamentado que este formato no suela tener estreno en salas ni tenga repercusión en taquilla. De manera oficial, se producen cerca de 500 cortometrajes al año en España, aunque fuera de la formalidad se estima que se hacen unos 4.500, de los cuales el 70 por ciento son del género dramático.
Sin embargo, Castán ha resaltado la importancia del cortometraje para los directores noveles, que suelen hacer tres o cuatro producciones de ese formato antes de pasar a un largo, así como el papel clave de festivales como del de Huesca, o el del Clermont Ferrand (Premio Pepe Escriche de este 2024), como grandes plataformas para este tipo de obras.
Lucas Castán ha explicado que, en la última década, los temas que más se pueden ver en cortometrajes son tópicos relacionados con la banca, las migraciones, el mundo laboral con el paro y la precariedad, la corrupción, el feminismo y, ya cada vez menos, la pandemia.
‘Ullate. La danza de la vida’
Las sesiones de ‘Vermú con…’ en el exterior de Ultramarinos La Confianza arrancaron este lunes con la participación de la cineasta Elena Cid, en el marco de ‘Ventana Aragonesa’. La directora, productora, editora y guionista ha hablado de ‘Ullate. La danza de la vida’, un canto de amor por la danza a través de una vida única, la del famoso bailarín, maestro y coreógrafo zaragozano Víctor Ullate.
Cid, quien ya estuvo en el marco del certamen presentando en 2019 ‘Bécquer y las brujas’, ha compartido que nunca había tenido una relación con el mundo de la danza, pero leyó el libro ‘La vida y la danza. Memorias de un bailarín’, biografía de Ullate, y se sintió llamada a hacer el documental, que además es un llamado para que la gente baile. «Uno de mis planteamientos es que, cuando la gente vea este documental, sienta la necesidad de bailar; cuando uno baila en su casa, la vida es mejor, más divertida», ha destacado.
Además, ha apuntado que se encontró con que el sector de la danza es muy complejo, por lo que enfocó su documental, al que le ha dedicado cuatro años de trabajo, a la parte divulgativa y didáctica para saber un poco más de esta actividad artística y valorar el trabajo de los bailarines. «Saber por qué hay gente que dedica toda su vida, su cuerpo, su alma a la danza», ha dicho.