La responsable del área de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Sevilla y primera teniente de Alcalde del consistorio hispalense, Minerva Salas, anunció el 2 de agosto que la vigésima edición del Festival de Cine de Sevilla se celebrará la próxima primavera y no en noviembre como era habitual hasta ahora.
La razón esgrimida por la política del Partido Popular es la celebración este año en esas mismas fechas de mediados de noviembre de la entrega de los Grammy Latinos en la capital andaluza. Se trata de un golpe bajo para un certamen asentado como un de los principales eventos cinematográficos del panorama nacional, el segundo más importante de Andalucía, y que ahora se mete en una espiral de incertidumbre sin precedentes. 2023 es ya un «Annus horribilis» para el Festival de Sevilla, poco más le puede pasar a la organización y su nuevo equipo.
En mayo pasado, José Luis Cienfuegos, hasta entonces director del Festival de Sevilla y principal impulsor del certamen en los últimos años, finalizaba su etapa allí para asumir la dirección de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI). Pocos días después, el Instituto de la Cultura y las Artes (ICAS) del Ayuntamiento de Sevilla designaba a Ildefonso ‘Tito’ Rodríguez nuevo director del Festival de Cine de Sevilla, tras dejar éste la dirección de Políticas de Marketing en el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA)
La decisión política de aplazar ahora este estandarte del cine europeo es más relevante de lo que parece, porque Sevilla no es un Festival cualquiera. En febrero pasado la Fundación Contemporánea publicaba su ranking anual de instituciones culturales, en una nueva edición del Observatorio de la Cultura de 2022, en la que cada panelista señala hasta diez instituciones y acontecimientos culturales de su propia comunidad y otros tantos del resto de España como los más destacados en el año 2022, en una pregunta abierta sin aportar ningún nombre.
Como ya ocurriera en 2021, en el ámbito cinematográfico destacaba el Festival de San Sebastián como el principal acontecimiento del ramo más importante de 2022 y el cuarto del ranking general. Igualmente, en el ‘Top 10’ entraba de nuevo también el Festival de Málaga, en la novena posición general y la segunda del ámbito audiovisual. En la posición 32 aparecía esta vez las Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y el Festival de Cine Europeo de Sevilla se situaba este año 30 puestos más abajo de la Seminci, en el puesto 62.
Según este informe de la Fundación Contemporánea, el Festival de Sevilla era el segundo certamen cinematográfico más importante de Andalucía, solo detrás del Festival de Málaga, y el octava actividad cultural más importante de la Comunidad Andaluza, casi nada. Con las nuevas fechas ahora anunciadas, los dos festivales de cine más importantes de Andalucía, según ese ranking, competirán por los mismos títulos nacionales, una situación inconcebible.
Gran parte del sector audiovisual y el hasta hace unos meses alcalde de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, han criticado con dureza la decisión del nuevo gobierno municipal. El aplazamiento implica además la cancelación de la edición de este año en curso, puesto que no está previsto que en 2024 se celebren dos ediciones, en primavera y otoño.
La relevancia de Sevilla no ha pasado tampoco desapercibida a nivel nacional, como demuestra en la última resolución provisional de ayudas a la organización de festivales del ICAA para el año 2023, publicada hace unas semanas, donde el festival hispalense había logrado una de las dotaciones más elevadas de la convocatoria: 105.000 euros.