‘El bosque de los suicidios’ es un thriller sobrenatural que se inspira en un lugar real: el bosque de Aokigahara. Conocido como jukai, o el “Mar de Árboles”, está situado al pie del monte Fuji (Japón), en su ladera noroeste. La apacible belleza de Aokigahara no deja traslucir su historia de violencia y su reputación de zona de actividad paranormal.
Durante siglos, la asociación de Aokigahara con la muerte y el tormento lo han convertido en un indicador cultural de la arraigada creencia de los japoneses en lo paranormal. La leyenda habla de los fantasmales ubasute, que habitan en lo más profundo del bosque, afligidas figuras espectrales de ancianas, abandonadas por sus familias para que murieran, cuando ya no podían seguir cuidando de ellas.
A lo largo de las últimas décadas, Aokigahara se ha hecho conocido como un lugar al que acude la gente con intención de quitarse la vida; su trágica reputación no ha hecho más que crecer, con rumores de los espíritus de esos suicidas, los yurei, haciendo crecer sus fantasmales filas a base de atraer a los deprimidos, los débiles y los incautos a su muerte bajo el sereno dosel forestal de Aokigahara, en una zona conocida como “el bosque de los suicidios”.
El productor David S. Goyer oyó hablar de Aokigahara como “un lugar escalofriante, con fenómenos muy extraños. Los móviles y las brújulas no funcionan allí por los yacimientos de hierro de la montaña; apenas hay fauna; y es tan frondoso y oscuro que resulta fácil perderse en él. Y todos estamos familiarizados con el miedo a perderse en el bosque”.
“Aun así, Aokigahara es un lugar bucólico de una prístina belleza. Lamentablemente, allí también se ha suicidado más gente que casi en ningún otro lugar de nuestro planeta. Y el ritmo no ha dejado de aumentar. Hay un depósito de cadáveres en el bosque y una especie de unidad de vigilancia que realiza periódicamente búsquedas de posibles cadáveres. Hay carteles que dicen cosas como ‘Date la vuelta’, ‘No te salgas del camino’ o ‘Piensa en tus seres queridos’”.
Goyer se dio cuenta de que Aokigahara podría ser el escenario perfecto para lo que concebía como “un tenso thriller sobrenatural con personajes que te importan, imbuido de una creciente sensación de temor”. Ideó un argumento básico y se puso en contacto con Lava Bear Films.
El productor Tory Metzger, de Lava Bear, recuerda: “No sabía nada sobre Aokigahara, así que cuando David Goyer nos trajo esa idea tan cinematográfica ambientada en un lugar real con una larga historia, despertó mi interés. Cuando empecé a leer sobre él y comprendí el lugar que ocupa en siglos de tradición japonesa, así como la oscuridad y las apariciones relacionadas con ese sitio, me di cuenta de que podía servir para ambientar allí una historia, de modo que Aokigahara fuera un personaje en sí mismo.
“David ya había dado con la historia que podíamos contar. Juntos, identificamos a guionistas que pudieran ser aficionados a este género”.
Ben Ketai escribió un primer borrador, que sirvió como marco subyacente a partir del cual fue evolucionando el guion. Cuando Ketai tuvo que encargarse de otros compromisos, los productores se pusieron en contacto con la novelista Sarah Cornwell, una guionista primeriza, para que siguiera trabajando en el guion. Metzger señala: “Sarah se encargó de desarrollar elementos cruciales, como el pasado de las dos hermanas, que tiene un impacto tan significativo en el presente”. Cornwell también reforzó el conflicto centrado en los personajes, y siguió desarrollando la oscura personalidad del propio bosque.
Metzger prosigue: “A continuación llegó [el guionista] Nick Antosca e hizo algo enormemente importante: amplió una idea introducida por Sarah, que el bosque se encarga de mostrarte tu propia tristeza. Se aseguró de que el final de la historia respetara las reglas del bosque, así como las de las vidas de las hermanas. ‘El bosque de los suicidios’ siguió evolucionando como un relato psicológico, algo muy diferente de la mayoría de los guiones de terror actuales”.
“El guion acabó convirtiéndose en un estudio de la locura. El bosque te contagia su oscuridad. Los personajes influyen en la historia, en lugar de a la inversa. ‘El bosque de los suicidios’ está movida por la evolución de los personajes, o más bien por su degeneración, por decirlo así”.
Goyer señala: “No queríamos que se tratara de una película que dependiera del susto fácil; queríamos que fuera metiéndote poco a poco el miedo en el cuerpo. Para que algo dé verdadero miedo, tienes que dedicarle tiempo a los personajes y conseguir que te importen”.
El productor David Linde aporta: “El bosque de nuestra película es una entidad de energía sobrenatural, malévola y manipuladora, que lleva siglos reuniendo almas. Es un refugio y, al mismo tiempo, una prisión, para espíritus inquietos”.
“Así que ‘El bosque de los suicidios’ ofrece un viaje aterrador que nos lleva por la psique de Sara en un lugar lleno de tristeza y miedo. Los espectadores se encontrarán allí mismo con Sara, preguntándose si podrán –y ella también– afrontar lo que está cobrando forma”.
‘El bosque de los suicidios’ se estrena en cine el 26 de febrero de la mano de Sony Pictures Releasing de España, con los televisivos Natalie Dormer, Eoin Macken y Taylor Kinney como protagonistas.