‘El corredor del laberinto’ – estreno en cines 19 de septiembre

Nuevo título para jóvenes adolescentes. 

Thomas se despierta en un ascensor, que asciende lentamente. Cuando la caja se detiene y las puertas se abren, Thomas se ve en medio de un grupo de chicos que le dan la bienvenida al Claro: un enorme espacio abierto flanqueado por gigantescos muros de hormigón. Su mente está totalmente en blanco. No tiene ni idea de dónde está, no sabe de dónde viene y no puede recordar ni a sus padres, ni su pasado, ni siquiera su propio nombre.

El Corredor del Laberinto_PosterNi Thomas ni el resto de sus compañeros saben cómo ni por qué han llegado al Claro. Sólo saben que las gigantescas puertas de hormigón que conducen al Laberinto se abren cada mañana. Que todas las noches, con la puesta de sol, se vuelven a cerrar. Y que, cada treinta días, un chico nuevo llega en el ascensor. El predecible comportamiento del Laberinto hizo que la llegada de Thomas fuera esperada. Lo que no era esperable es que la caja apareciera de nuevo, menos de una semana después, portando a Teresa, la primera chica en llegar al Claro.

Thomas descubre que cada habitante del Claro tiene asignada una tarea, desde trabajos de jardinería o construcción a ser uno de los corredores de élite que elaboran el mapa de los muros del Laberinto que los mantiene cautivos y cuya configuración cambia cada noche. Los Corredores del Laberinto corren contrarreloj intentando cubrir el mayor terreno posible antes de que acabe el día, cuando el Laberinto se cierra herméticamente y los mortíferos Laceradores biomecánicos deambulan por las galerías de la gigantesca estructura de hormigón.

Aun siendo un recién llegado o “novato”, Thomas siente una inquietante familiaridad hacia el Claro y el Laberinto. Hay algo profundamente guardado en su memoria que, de hecho, puede ser la clave para resolver los misterios del Laberinto y, tal vez, del mundo que se encuentra más allá.

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‘El corredor del laberinto’ está basado en el primer libro de la popular colección escrita por James Dashner. Publicada en octubre de 2009, la novela se situó entre los libros más vendidos de la lista del New York Times y avivó la imaginación de lectores de todo el mundo, que la describieron como una mezcla de ‘El señor de las moscas’, ‘Los juegos del hambre’ y la legendaria serie de televisión ‘Perdidos’. 

Para conseguir una fiel adaptación de la novela a la pantalla, los estudios recurrieron al productor Wyck Godfrey, de Temple Hill Entertainment, que ha disfrutado de un extraordinario éxito con la saga cinematográfica de ‘Crepúsculo’. Con el fin de plasmar en pantalla las expectativas de los más recalcitrantes fans de ‘El corredor del laberinto’, producción recurrió al realizador Wes Ball, quien dirige aquí su primer largometraje. Ball sólo había dirigido anteriormente ‘Ruin’, un cortometraje de siete minutos de animación por ordenador que se había convertido en un auténtico fenómeno en la Red.

Ball declara, “Yo tengo una pequeña compañía de efectos visuales y decidí que, tras estar un par de años haciendo trabajos para otras personas, quería hacer algo para mí mismo. Cerré el chiringuito e hice ‘Ruin’. Lo subí a la Red y, simplemente, explotó a través de Twitter.”

Desde los muros de miles de metros de altura del Laberinto, cubiertos de frondosa vegetación, hasta la artesanal configuración del campamento de los Gladers, el equipo de diseño de producción de la película insufló vida a ‘El corredor del laberinto’. El Claro y el Laberinto se recrearon en localizaciones muy funcionales que posteriormente se realzaron con efectos visuales.

Fisichella habla sobre el diseño y la construcción del funcional set del Laberinto. “En la película aparecen muchas partes del Laberinto y, por supuesto, estábamos muy limitados respecto a todo lo que podíamos crear realmente. Ideé un concepto modular. Reestructuramos el set y creamos diferentes galerías e intersecciones que cumplían en buena medida con la función de bloqueo que plantea la historia. Mediante diferentes capas de vegetación, plantas trepadoras y otros elementos, pudimos cambiar su aspecto lo suficiente como para poder vender la idea de que eran diferentes partes del Laberinto”.

Fisichella prosigue, “Los muros del Laberinto que construimos tenían unos 5 metros de altura porque estábamos limitados en cuanto a la envergadura de lo que podíamos montar en la plataforma, y además nos permitía el espacio suficiente para la iluminación en la parte superior. Los efectos visuales aumentaron la altura de los muros hasta unos 30 metros.” Uno de los principales trabajos de ingeniería del Departamento de Arte consistió en crear un set funcional para las puertas del Laberinto. “Cada una de las puertas medía 6 metros de profundidad y 6 de altura, con un grado de apertura de también 6 metros”, dice Fisichella. “Eran mecánicas, con lo cual se abrían y cerraban de verdad en el momento justo, permitiendo que los actores las traspasaran de verdad, lo cual proporciona más dinamismo a la película que si eso lo rodáramos sobre un croma azul”. Con un peso de más de 3 toneladas cada una, las puertas eran trasladadas por el equipo de efectos visuales del set. “Su instalación fue, cuando menos, un desafío, ya que lo hicimos en una zona bastante alejada de nuestro campamento base”, añade.

La boscosa localización del Claro, donde comenzó la fotografía principal, se ubicó en una granja de St. Francisville, Luisiana, aproximadamente a una hora de Baton Rouge.

Antes de iniciar la fotografía principal, Ball sometió a su joven reparto artístico a un entrenamiento de supervivencia, y una ajetreada acampada nocturna se hizo inolvidable debido a una impresionante tormenta, que se completó con espectaculares truenos y relámpagos.

Dirección: Wes Ball.

Año: 2014, Estados Unidos.

Reparto: Dylan O’Brien, Thomas Brodie-Sangster, Kaya Scodelario, Will Poulter, Ki Hong Lee, Blake Cooper, Aml Ameen, Jacob Latimore.

Producción: Wyck Godfrey.

Distribución: Hispano Foxfilm.

Estreno: 19 de septiembre de 2014.

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