El equipo de ‘La Jota de Saura’, la nueva película musical dirigida por Carlos Saura sobre la música, el cante y el baile de su tierra, Aragón, apostó por la Canon EOS C300 Mark II –junto con varias lentes EF y prime- como parte del equipo de grabación.
Según Paco Belda, director de fotografía de ‘La Jota’ la elección de la EOS C300 Mark II se ebió a su versatilidad, «al ser una videocámara pequeña, se adecuaba perfectamente a las necesidades de la producción. Una segunda cámara va moviéndose muy rápido y nos hacía falta una cámara de este tamaño, de modo que ésta cumplía los requisitos. Además, tiene un potencial importante a nivel de registro; yo había tenido experiencia con la EOS C500 y había comprobado su magnífica respuesta. La imagen que ofrece está desprovista totalmente de lo que asociamos a una imagen digital… tiene mucho de “orgánico”, de hecho la imagen resultante de la película se parece mucho a la imagen que conseguíamos antes con los soportes fotoquímicos. Una de sus particularidades es su excelente registro en los verdes”, continúa.
El principal reto al que se enfrentaban en el rodaje era la luz. Belda explica “Saura es una persona con altos niveles de exigencia y de refinamiento en torno a la imagen, como ha demostrado a lo largo de toda su carrera. Sobre todo en esta última fase, en la que ha rodado más musicales, ha querido siempre contar con una imagen limpia y rica en cuanto a gama cromática y latitud. La Canon EOS C300 Mark II cumplía con todos estos requisitos. La captación de luz en esta película ha sido, en ocasiones, con unos niveles de luz muy bajos; esta cámara, con un ISO 800, nos ha facilitado mucho las cosas, nos ha hecho tener unos esquemas de luz de clave muy baja, de forma brillante, sin ruido y con una calidad excelente”, añade.
Belda destaca que la combinación entre la EOS C300 Mark II y las lentes de Canon: “ha resultado ser la mezcla perfecta para obtener esa definición necesaria y la lectura en bajas luces; la unión objetivo-sensor ha funcionado muy bien. En esta cámara, el juego de ópticas fijas de Canon son ultraluminosas y mezclan muy bien con los zooms, de tal forma que la simbiosis que ha habido entre ópticas fijas y ópticas de longitud focal variable ha demostrado ser lo que necesitábamos. El uso de esta videocámara ha influido en la creatividad de la película. Queríamos una imagen suave y contrastada a la vez, un buen registro en las bajas luces pero que no dejara de tener una cierta incisión”, destaca el director de fotografía.
La cámara ha ayudado también a simplificar el flujo de trabajo: “Al generar archivos proxy 2K a los que se les puede aplicar una Lut, decidimos aplicar una de las que Canon pone a disposición, que se ajustaba bastante a lo que perseguíamos”. “Es fantástico, porque fue sencillo la generación de dailies y del material para montaje semietalonado, con lo que el equipo podía hacerse una idea de cómo estaba resultando el rodaje en todo momento y facilitaba la visualización en postproducción”, indica Belda.