El documental ‘Los olvidados de los olvidados’, producido por Odisea, Televisión Española y Aigua Films, ha conseguido el Gran Premio al Documental de Autor en el Festival Internacional de Televisión de Montecarlo 2013 (URTI). Desde 1949 nunca un documental español lo había logrado. El trabajo fue también premiado recientemente con el Globo de Oro en el World Media Festival de Hamburgo.
Producido en 2010 y dirigido por Carles Caparrós, el trabajo aborda la impresionante historia de Grégoire Ahongbonon, un reparador de neumáticos africano que decidió un día dedicarse por completo a una misión: rescatar, curar y reinsertar a los olvidados de los olvidados, a los enfermos mentales africanos.
Los premios se entregarán el próximo 13 de junio en la ceremonia final del Festival de Televisión de Montecarlo. ‘Los olvidados de los olvidados’ también ha recibido recientemente el Premio del Público en el Festival Sole Luna de Palermo, el Premio al mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine Educativo y Espiritual (FICEE) de Ciudad Rodrigo y ha sido reconocido asimismo en el Concurso de Televisión de Manos Unidas.
La URTI (Unión Internacional de Radio y Televisión) organiza cada año estos premios con el apoyo de la UNESCO y de otros organismos internacionales del sector audiovisual. Los galardones, que alcanzan su 32ª edición, reconocen aquellos documentales de autor que destaquen por su calidad técnica y editorial y también por la originalidad del tema y del punto de vista expresado. Pretenden además favorecer la expresión de valores humanistas de tolerancia, respeto, paz, amistad y entendimiento entre los pueblos.
Hombres, mujeres y niños, encadenados, la mayoría a la intemperie, privados de comida y agua, algunos de ellos azotados regularmente; o abandonados en las ciudades desde niños por sus propias familias. Esta es la situación en la que se encuentran la mayoría de los enfermos mentales africanos, desde esquizofrénicos graves a simples epilépticos. Una realidad desconocida incluso para la mayoría de africanos, ya que las familias afectadas los esconden por vergüenza o superstición.
Nacido en Benin y emigrado más tarde a Costa de Marfil, donde reside actualmente, Grégoire Ahongbonon comenzó como reparador de neumáticos. Más tarde, se dedicó a invertir en taxis y a ganar dinero, pero lo perdió todo y entró en una depresión severa, que le llevó a intentar suicidarse. Un misionero católico, viendo su situación, lo invitó a sumarse a una peregrinación a Jerusalén. En Tierra Santa, Grégoire llegó a la conclusión de que quería dedicar el resto de su vida a ayudar a la gente, a los más pobres: En 1983 creó, en Bouaké, Costa de Marfil, la Asociación Saint Camille de Lellis para ayudar a los enfermos (en general, no sólo mentales) sin medios económicos del hospital de esa ciudad. En 1991 la asociación se abrió a la asistencia a los presos, a los enfermos de SIDA y a los refugiados de guerra de la vecina Liberia.Y, finalmente, en 1993, inicia la actividad más extraordinaria: liberar, curar, rehabilitar y reinsertar social y laboralmente a los enfermos mentales africanos de diferentes poblaciones de Costa de Marfil y Benin.