Ni cuál será el próximo programa en triunfar, ni la monetización en Internet, ni la presencia en redes sociales, ni la emisión en verdadera HD… los broadcasters privados españoles tienen ahora una enorme preocupación que afecta directamente a las inversiones realizadas a largo plazo y al futuro de sus grupos de canales: el Gobierno de Mariano Rajoy ha acordado en Consejo de Ministros acatar la sentencia del Tribunal Supremo del pasado mes de noviembre por la que la concesión de licencias de TDT de 2010 de cobertura nacional queda anulada. Es decir, que los nuevos canales nacidos con la Televisión Digital Terrestre podrían tener los días contados.
Se abre ahora un plazo hasta el 1 de enero de 2014 en el que el Ejecutivo decidirá cuál será el destino de esas nueve licencias concedidas a Antena 3, Telecinco, Sogecable, Veo7, Net TV y La Sexta sin un concurso público tal y como exige la ley. La incertidumbre llega ahora al sector televisivo en forma de decisión judicial, no ya en caída de la inversión publicitaria o en pérdida de espectadores.
El 1 de enero de 2014 es la fecha que, hasta hace unas semanas, el Gobierno manejaba como límite para poner en marcha el dividendo digital, es decir, el cambio de frecuencias de emisión: las televisiones deben abandonar la banda en la que actualmente emiten y liberarla para que sea utilizada por las operadoras de telecomunicaciones y las nuevas tecnologías 4G. Este movimiento en el espectro tendrá un coste para el ciudadano de 20 euros por vivienda para la reantenización del edificio, y también se llevará una partida de 7,5 millones de euros de los presupuestos para las campañas de comunicación. El mayor temor de las televisiones es perder espectadores por este cambio de la sintonización. Este proceso puede realizarse hasta enero de 2015 según los plazos marcados por la Unión Europea.
Si la sentencia se ejecuta, Atresmedia perdería tres canales, Mediaset España dos, y Veo TV y Net TV otros dos cada uno. En los últimos años Atresmedia y Mediaset España han invertido millones de euros en la puesta en marcha de nuevos canales temáticos de TDT, que poco a poco se han posicionado y han ido arañando puntos de share a los canales más consolidados. Por su parte, Veo TV y Net TV mantienen su negocio en TDT con el alquier de frecuencias a operadores extranjeros que también dejarían de ingresar.
Cierto es que España ha convertido su televisión en abierto en una de las más numerosas en cuanto a número de canales, cuando estamos hablando de un país de unos 47 millones de habitantes, un mercado no tan amplio ni tan variado como para que se sostengan 33 canales de cobertura nacional. Pero para las empresas televisivas, en el caso de que esos nueve canales tengan que cesar sus emisiones, sería un agujero negro en sus cuentas, y el número de trabajadores despedidos se presentaría incalculable.
Aquí recordamos el artículo sobre la sentencia del Tribunal Supremo.
