El nuevo modelo de financiación del cine español sigue generando todo tipo de filias y fobias, además multitud de interpretaciones. Para analizar el panorama actual y futuro derivado de este nuevo sistema de ayudas con dos líneas diferenciadas pero complementarias (general y selectiva), «que solo funcionan la una con la otra», la ECAM y el programa ‘El Cine Que Viene’ de Radio Nacional de España han organizado un debate.
Moderado por Samuel Alarcón, director del programa radiofónico El Cine Que Viene (RNE 5), en el debate, emitido en diferido en RNE 5 a las 00:05 de la madrugada del 8 de abril, participaron Lorena González, directora general del ICAA; Emma Lustres, productora de Vaca Films; Belén Bernuy, productora en Centuria Films y co-coordinadora de la Diplomatura en Producción de la ECAM; Manuel Martín-Cuenca, director y productor (La Loma Blanca) y Gonzalo Salazar-Simpson productor (La Zona) y director de la ECAM.
Dividido en tres bloques temáticos el debate, comenzó poniendo el foco en el presente cine español. Lorena González piensa que la situación no es tan mala como parece, en su opinión se trata de un cine que gusta al público aunque haya cosas que cambiar: “Queda mucho recorrido para mejorar el tejido industrial y también en la educación del público”. El director Manuel Martín Cuenca no era la misma opinión, “no creo que estemos mejor que hace cinco años, pero al menos hemos perdido el miedo, ahora la gente cree que hay que ir hacia delante a pesar de la situación”, señaló.
Para Belén Bernuy el cine español es heterogéneo y “en esta gran variedad hay muchas películas que no llegan al público. Creo que debemos siempre pensar en el público, independientemente del tamaño de la película, porque todas las películas pueden ser comerciales”, una idea compartida por la directora general del ICAA: “cada película tiene un público objetivo y no solo me refiero al gran público”.
Por su parte, en esta disección del cine español actual, el productor Gonzalo Salazar Simpson cambió de tercio y rompió una lanza en favor de las ayudas públicas y el apoyo de las televisiones: “No estoy de acuerdo en ver como algo malo que el cine dependa del Estado y las cadenas de televisión. Ser independiente no significa hacer productos de más calidad”. El productor de ‘Ocho apellidos vascos’ elogió además el cine español actual: “nadie puede cuestionar la diversidad del cine español en todos los sentidos, hemos hecho un gran esfuerzo para llegar a todo tipo de público, creo que estamos mucho mejor y la gente está más predispuesta a ver cine español porque hacemos mejor cine”.
El último turno de palabra del primer bloque fue para la productora gallega Emma Lustres que también defendió el buen momento que atraviesa el cine español: “estamos mejor y creo que peor que dentro de 15 años. Nos hemos quitado el sambenito de ser un sector subvencionado”. La productora de ‘Cien años de perdón’ afirmó que el cine español aporta más al Estado que lo que el Estado da al cine: “quiero que el Gobierno se dé cuenta que el cine español puede mejorar la vida de los españoles, si se invirtiese más en cine se recaudaría más”. También se refirió a las películas nacionales como “la mejor herramienta de marketing que España infrautiliza”. En el apartado del público, Lustres cree que para muchos espectadores ir a ver una película norteamericana “es como irse a dar una vuelta con un Ferrari, mientras que ir a ver un filme español es como ir en Seiscientos. Con el apoyo de la televisiones podemos competir de tú a tú con el cine estadounidense y reducir esa distancia”. El director de la ECAM va mucho más allá: “contra un Ferrari solo podemos competir con personalidad propia, con nuestra cultura”.
El segundo bloque se adentró ya en el futuro del cine y en su nuevo modelo de financiación, concretamente en las ayudas generales que sustituyen a las ayudas a la amortización. Para la productora Emma Lustres lo mejor de la nueva normativa es que premia el esfuerzo y no el éxito, aunque su gran problema es la dotación económica que va a dejar a muchos fuera.
Gonzalo Salazar Simpson compartió la buena idea de premiar el esfuerzo y alabó a la vez que se obligue a divulgar las películas: “la nueva ley no persigue la rentabilidad, busca la divulgación”. Manuel Martín Cuenca criticó el nuevo modelo que en su opinión da la espalda a películas pequeñas y entrega el cine a las televisiones y distribuidoras. Sin embargo, Lorena González insistió en que no se deben desligar las ayudas generales de las selectivas para valorar el sistema en su conjunto: “Las ayudas selectivas van unidas a las selectivas, seguro que hay que corregir cosas y es cierto que con más dotación en las ayudas generales estaríamos más tranquilos”.
Precisamente el tercer bloque se centró en las ayudas selectivas para películas de especial valor cultural y social, las que sustituyen a las ayudas sobre proyecto, dotadas ahora con seis millones de euros ampliables a ocho millones y que dejan de ser menos subjetivas al establecer ciertos criterios objetivos para su concesión. “En este punto partíamos de una situación pésima, en la que una comisión debía valorar 400 proyectos y se concedían solo 20 ayudas. Ahora hemos establecido varios criterios objetivos con el fin de facilitar el trabajo de la comisión y que no todo dependa de la subjetividad”. La directora general del ICAA comentó que una película como ‘Magical Girl’ ganadora de la Concha de Oro de San Sebastián no obtuvo ayuda del organismo cinematográfico: “algo fallaba y no nos podemos permitir casos como éste”, apúntó. Todos los participantes en el debate estaban de acuerdo en que las nuevas ayudas selectivas mejoraban ostensiblemente las antiguas ayudas sobre proyecto.
Lorena González reparó en las ayudas a desarrollo y los incentivos fiscales como dos caminos que se deben explorar en el futuro: “creo que el ICAA debe apoyar el desarrollo pero de diferente manera a como se hacía. Debemos retomar las ayudas al desarrollo porque son importantísimas. Otra de las asignaturas pendientes son los incentivos fiscales, debemos trabajar para tratar de mejorar estos incentivos fiscales y que las películas con grandes presupuestos vayan por ahí”. La directora general de instituto de cine cree que “el nuevo modelo de financiación debe mejorar el tejido industrial del cine español y acercarlo más al público”. Según Emma Lustres, en el debe de las nuevas ayudas está el olvido de la clase media del cine español: “las películas medias se quedan ahora en tierra de nadie, porque van a tener difícil entrar en las ayudas generales y en las selectivas”.
