El Festival de Sundance que acaba de concluir contó en esta edición con tres producciones españolas en su cartelera: ‘Slow’, de Marija Kavtaradze en coproducción con Lituania y Suecia; ‘Mamacruz’, de Patricia Ortega; y ‘La pecera’, de Glorimar Marrero Sánchez en coproducción con Puerto Rico. Esta última acabó siendo el mejor ejemplo de cómo las ayudas de Ibermedia, gracias a la participación en el proyecto de Solita Films, consiguieron no solo hacer realidad una historia muy personal para la cineasta novel, con la que llevaba luchando una década, sino acompañarla hasta participar en la sección internacional a concurso del Hollywood del cine independiente.
“Este proyecto tuvo una etapa de desarrollo muy larga”, confiesa su directora en una entrevista por zoom desde Sundance. Ya había trabajado en varios cortometrajes y quería realizar un largo cuando su madre, en 2013, falleció de cáncer de colon. “Quise explorar el relato de esa enfermedad, pero no desde un punto de vista biográfico por lo que desarrollé el personaje de Noelia, una viequense que me sirviera de puente entre su enfermedad y la contaminación de Vieques para hablar duramente del lazo político de Puerto Rico con Estados Unidos y los síntomas del colonialismo”. Ahí fue cuando comenzó, como ella dice, “el camino del tallereo”, cuando empezó a participar en laboratorios de desarrollo, pero se dio cuenta que necesitaba más gente. “Era palpable la necesidad de añadir otro país al proyecto, que no era viable hacer la película cien por cien puertorriqueña”, añade de la razón que la llevó al Festival de Málaga. “Allí hay un foro de coproducción que se llama MAFIZ y en el que participé en 2018. Estaba Amaya Izquierdo con otro proyecto. Le encantó el nuestro y se lo presentó a José Esteban Alenda. Ese mismo año se cerró la coproducción en Ventana Sur y así pudimos hacer el camino a Ibermedia, el fondo iberoamericano principal que nos permitió montar la coproducción para poder buscar fondos en España y en Puerto Rico”, recuerda.
La ironía es que para llegar hasta Sundance, en la costa oeste de Estados Unidos, esta producción que nació en las aguas del Atlántico haya tenido que dar toda la vuelta al globo. “El foro de coproducción nos abre mercado en España, que siempre me pareció importante para que se vea esta historia. Además, abre la puerta a Europa gracias a la participación de España en distintos foros de divulgación de cine europeo. Fue la forma de favorecer la posibilidad de divulgación del proyecto y ampliar las ventanas de exhibición para poder llegar a más lugares. Una coproducción facilita todo eso además de ayudar a encontrar talentos de otros países que enriquecen la pieza. Y ayudarnos a llegar hasta aquí”.
El talento añadido tiene nombre y apellidos, el de los hermanos César y José Esteban Alenda. Ellos son los fundadores de Solita Films, sello con el que llevan cerca de dos décadas haciendo cine. En muchas ocasiones como realizadores, pero en el estado actual de la industria cinematográfica también se han decidido por ampliar miras hacia la producción. “Somos de los que creemos en la figura de un productor creativo. Y ahora estamos en esa transición de ser directores a creernos también que somos productores”, comentó José Esteban, presente en Sundance como parte de lo que llaman “la comuna de La pecera” para apoyar hasta el fin lo que describió como “un trabajo muy agradecido de una directora muy inteligente que nos dejó entrar a su historia”.
Los elogios son mutuos. “Ha sido un lazo de trabajo bien bueno, bien productivo y de mucho bienestar para el proyecto. Logramos reunir recursos de ambos países, pero el lazo humano es mucho más importante. La capacidad de escucha, de producción de los Alenda, siempre pendientes de cómo podíamos lograr la mejor película posible. Fueron bien receptivos y solidarios además de proteger la producción. Han cuidado todo el proceso para que podamos estar aquí en Sundance. Ha sido un lazo profesional y, a estas alturas, familiar”, asiente Glorimar. El compositor granadino Sergio de la Puente, otro de los talentos que se incorporó a ‘La pecera’ por la parte española, coincide con Marrero. “Los Alenda en ‘La pecera’ han aportado un montón”, corrobora de un trabajo que subraya aún más la importancia de estos productores en el mundo del cine independiente.
El talento que llega de Puerto Rico en ‘La pecera’ incluye a la protagonista de esta historia, Isel Rodríguez. “Es una actriz muy conocida en Puerto Rico por (hacer) comedias -explica la realizadora-. El director de casting me la presentó como su favorita y quise que probara otros registros. Además, Isel tiene familia en Vieques así que entendía la historia y se ubicaba como viequense. Se conectó con esa memoria, tiene familiares enfermos por Vieques y se enfocó en un personaje que va cargando este dolor y lo va mostrando de manera sutil. Respiraba el dolor. Tuvo un entendimiento pleno y un compromiso político con la situación de Vieques. Era importante para ella contar la historia”.
La pandemia fue una de las cosas que alargó, como en muchas otras producciones, el calendario. “Acabamos rodando en 2021 con protocolo covid. Un gran reto porque tuvimos que mantener un equipo pequeño, que era la intención por los recursos limitados, pero fue aún más reducido porque teníamos que trabajar en una burbuja. Algo que además nos costó una fortuna en protocolos lo cual fue un ‘challenge’ a la hora de la utilización del dinero. Afortunadamente rodamos antes del omicron y con muchos ya vacunados. No nos tocó esa ola tan dura que paró otros rodajes en Puerto Rico”, se alegra.
Como explica la directora, hacer cine en su país sigue siendo un reto lleno de obstáculos y dificultades con las fuentes de financiación, además de exhibición, distribución y ventas. “Pero ahora mismo hay dos películas dirigidas por mujeres en la cartelera puertorriqueña, ‘Receta no incluida’ y ‘Perfume de gardenias’. De alguna manera dice mucho de las realizadoras que hemos estado tirando de estos proyectos para sacarlos a flote”, expresa con orgullo en un año en el que Hollywood se ha vuelto a olvidar de las mujeres detrás de la cámara a la hora de las candidaturas al Oscar en la categoría de mejor realización. “Cuando empecé a hacer cine me puse a investigar cuántas películas están dirigidas por mujeres en Puerto Rico y la distancia es abismal comparada con los hombres. Eso me dio fuerza y razón de seguir, porque necesitamos representar nuestras voces. Necesito contar una historia desde el punto de vista de una mujer. Me dio energía para seguir porque es nuestro derecho tener representación”, arenga. En este sentido se siente orgullosa de los logros en este último año gracias a los estrenos mencionados, así como la llegada a Sundance de su propia cinta. “Son el resultado del compromiso que hicimos hace años, un camino de larga distancia que hemos podido mantener con la tenacidad que se requiere”, sentencia.
Lo mismo ocurre con el cine boricua de cualquier género. “No paramos de hacer. Ahora mismo tenemos las fuentes de incentivos de créditos contributivos. Muchas veces las asignaciones de estos recursos van a obras que se ruedan en Puerto Rico y luego los fondos que quedan para los cineastas nacionales se ven muy limitados. También hay subsidios modestos pero que ayudan. Eso hace necesaria nuestra permanencia en el programa Ibermedia porque es una plataforma fundamental y vital para poder desarrollar coproducciones como ‘La pecera’. En Puerto Rico hacer cine es un reto, es duro. Pero lo seguimos haciendo. Hay menos dinero, pero hacemos de tripas, corazón, y se hace”, reafirma con el orgullo de haber llegado a una meta como Sundance que, posiblemente, no es más que el comienzo del recorrido mundial de esta cinta que guarda la esperanza de volver a Málaga.