El proyecto ALICE finaliza sentando las bases del ecosistema europeo de la animación

ALICE, la Liga de Animación para aumentar la cooperación en Europa, concluyó ayer su andadura después tres años dedicados a desarrollar los fundamentos para transformar la animación europea en «una industria única y unida, capaz de competir en el contexto internacional.»

El acto de clausura tuvo lugar en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau, en Barcelona, y contó con la presencia de los socios europeos participantes en la iniciativa y de representantes de la industria. ALICE ha contado con la financiación de Interreg Europe y ha estado formada por PROA (Cataluña), Pictanovo (Haut-de-France), Wallimage (Valonia), la Región de Puglia (Italia), el Ministerio de Cultura de la República Eslovaca y Rzeszow Regional Development Agency (Polonia).

ALICE clausura 2022“Incrementar la cooperación en la animación europea exige que no solo colaboremos entre productores, sino que también lo hagan los demás agentes del sector, desde los reguladores hasta las escuelas”, afirmó Iván Agenjo, presidente de ProAnimats (PROA) y cofundador de Peekaboo Animation. “Por eso es necesario seguir conectando la industria de manera intersectorial e interregional, así como armonizar las distintas legislaciones para allanar el camino de la coproducción”.

Con este objetivo, el proyecto ALICE ha desarrollado una hoja de ruta para aumentar la competitividad de la animación europea en el marco global a través de la cooperación interterritorial. Para ello, partió de un análisis de las necesidades de la industria de la animación, entre las que sobresalieron la armonización de los sistemas de financiación territoriales para incrementar las coproducciones europeas, o la necesidad de reforzar la capacitación y la libre circulación de talento.

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De la teoría a la práctica

Tras dos años de análisis teórico cuyas conclusiones han quedado recogidas en un libro blanco, los seis socios europeos que forman parte de ALICE han dedicado el último año a implementar sus propios planes de acción. De este modo, han puesto en marcha las herramientas que permitirán acelerar la capacidad de las pymes en el sector de la animación. El resultado de este esfuerzo es el que se presentó ayer en Barcelona.

Entre las iniciativas impulsadas en cada región, destacan el mapeo de la cadena de valor de la animación, las investigaciones de mercado sobre la salud del sector, la creación de hubs de animación territoriales, el impulso de fondos específicos para producir películas de animación, el mecanismo “Wonderland” para agilizar la cooperación entre regiones desde el punto de vista legal, o el diseño de programas formativos adaptados a las necesidades de la industria para impulsar la empleabilidad.

Nuevo encuentro en Barcelona

«Pese a que ALICE se despidió ayer, la industria de la animación europea recogerá sus frutos a partir de ahora», indican desde ALICE. Muestra de ello es el congreso sobre la coproducción europea en animación en el que ha empezado a trabajar PROA (Federación de Productores Audiovisuales) con el apoyo de la federación Animation in Europe, tal y como anunciaron ayer. Este encuentro, previsto para noviembre de este año en Barcelona. Al mismo tiempo, dará continuidad a los esfuerzos de ALICE por construir un ecosistema europeo de la animación.

Al situarse en el cruce de caminos entre la creatividad y las tecnologías de vanguardia, la industria de la animación es un sector estratégico para generar una especialización inteligente regional. Según datos del Observatorio Audiovisual Europeo, en el continente cada año se producen, de media, 55 películas de animación para cine y unas 830 horas de animación televisiva. Sin embargo, solo el 37 % de las películas europeas de animación son coproducciones internacionales. Y aunque dos tercios de las entradas para las películas de animación europeas se venden fuera de su país de origen, la animación de Estados Unidos sigue siendo la más vista en las salas de Europa.

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