Director de ‘Dragon Hill’, Mejor Película de Animación en los Goya de 2003, ‘El cubo mágico’ y ‘El corazón del roble’, fundó Milímetros Feature Animation junto al productor Antonio
Zurera. Además, trabajó en múltiples producciones internacionales para Hanna-Barbera, Gaumont…
Ángel Izquierdo falleció a primeros de febrero de 2021.
Antonio Zurera, guionista, productor, director, socio cofundador de Milimetros Feature Animation
«Conocí a Ángel antes de conocerlo. Cuando entré a trabajar con Cruz Delgado como intercalador (1979), el primer día levanté la parte superior de la calcadora (mesa de luz donde se trabajaba en animación) para dejar en su interior los lápices y la barra de pivotes y vi escrito sobre la madera: “Esta mesa es de Ángel Izquierdo”… ¡¡Joder!! Me sentaron a intercalar en la misma mesa que años atrás había utilizado Ángel cuando trabajaba en Cruz Delgado. En 1981 coincidimos en Estudios Moro, él era ya uno de los dos o tres mejores animadores de toda Europa, yo apenas si empezaba en esto de la animación.
En 1982 abríamos los dos un estudio, al que, por sugerencia de Santiago Moro, llamamos Milimetros. Fue Ángel quien me propuso asociarnos, yo de animación todavía no sabía nada, así que me sentí honrado y agradecido. Ángel trabajaba en esto desde los quince años… y no era solo un extraordinario animador. Dentro de esta actividad hacía todo, desde crear un personaje hasta construirse una “Truka” (stand con cámara vertical para rodar dibujos animados), de hecho construyó dos. Yo lo que quería era hacer tebeos y la animación para mí, en principio, solo era una manera de aprender a dibujar como es debido.
Al lado de Ángel acabé amando este oficio… duro, de hecho durísimo, sobre todo en los primeros ochenta. En los noventa Milimetros era el estudio de servicios más importante de Europa, no había serie o largometraje de animación en esa época en la que no hubiésemos participado. Yo dirigía la preproducción, la producción propiamente dicha (desde la animación hasta el negativo) era cosa de Ángel. Quiero decir que Ángel era el responsable de lo que finalmente veía el público y jamás permitió que el público viera algo que no fuera perfecto. De hecho, alguna vez pagamos de nuestro bolsillo arreglos y cambios que el cliente no pedía.
El sueño de Ángel era producir películas de animación… y las produjo. Con la primera (‘Dragon Hill’) ganamos un Goya. Milimetros produjo cuatro más y las cuatro fueron nominadas.
También coprodujimos una serie de animación, con la televisión de Galicia y lo pasamos muy bien produciendo y dirigiendo un cortometraje. Ganamos algunos premios, en Corea, en Toronto, en Vancouver y no recuerdo ahora dónde más, pero es que a Ángel, no le importaban los premios… es extraño, ¿verdad? A él le importaba la animación.
Cuando se escriben libros sobre la animación española, se mencionan los nombres de los grandes protagonistas de nuestra industria… y de otros que no lo son, pero a Ángel casi nunca se le nombra. A veces lo comentábamos él y yo… y me decía: «¿A ti te importa?» Yo le contestaba: «¡Pues no!» Y él me respondía: «¡A mí tampoco!» Y volvíamos a lo nuestro. Ahora que se ha ido, me viene a la memoria, algo que en broma yo le decía de vez en cuando: «Ángel, tú eres medio tonto y yo medio tonto también, entre los dos juntamos un tonto entero… pero ¡joder! la que hemos liado a lo largo de estos años.»
Ángel Izquierdo es uno de los protagonistas más importantes (con diferencia) de la historia de la animación española, además era mi socio, mi amigo, era mi familia.»
Raúl García, animador español afincado en Los Ángeles, director de ‘Extraordinaty Tales’
“Nos ha dejado Ángel Izquierdo, uno de los mejores animadores que hemos tenido en la industria.
De Ángel aprendimos todos. Le conocí cuando comenzamos a trabajar en los estudios Filman de Madrid, todos unos jovenzuelos llenos de ganas de animar y comerse el mundo. Él me enseñó que la calidad era más importante que la cantidad, en un sistema de producción que favorecía el estajanovismo y la animación-fórmula.
Ángel siempre tuvo el sueño de tener su propio estudio, crear sus propios personajes y dirigir sus propios proyectos. Y de aquel sueño nació Milímetros de la mano de Antonio Zurera, otro gran soñador. La combinación de ambos talentos fue mágica y prodigiosa.
Ángel tenía una pasión: el dibujo animado, y él supo contagiarnos ese amor por la profesión que todavía no me ha abandonado. Por eso, cuando empecé mi andadura internacional, con ‘Astérix y la sorpresa del César’, no dudé ni un momento en llamar a Ángel para unirse al grupo de animadores trashumantes que se estaba formando en aquel momento. Costó lo suyo, porque en el fondo, venir a París significaba cerrar momentáneamente ese estudio Milímetros que tanto luchó por crear, pero creo que en París, Ángel creció como artista, mostró al mundo lo que era capaz de hacer y dio rienda suelta a sus deseos de animar con mayúscula. Aquello fue el comienzo de una gran carrera y al volver de su etapa parisina, Milímetros renació y se convirtió con más fuerza en un estudio de referencia cuando la animación seguía siendo esa profesión rara a la que se dedicaban cuatro chalados.
Con ‘Dragon Hill’, su primer largometraje, Ángel convirtió su sueño de independencia en realidad que, además de llevarse el Goya, convirtió a Milímetros en un estudio de aspiraciones internacionales. Tras este largometraje seminal, la carrera de Ángel fue imparable.
Pero más que su trayectoria profesional, es imposible hablar de él sin resaltar su calidad humana. Siempre con una sonrisa, Ángel ha sido el mejor mentor que ha podido tener toda una generación de artistas, contagiando a todos con su vitalidad y energía creativa, el amor por la animación.
La última vez que hablé con él, hace apenas unas semanas, nos lamentábamos de la «invisibilidad» de Milímetros en escritos, muestras o exposiciones sobre animación española. Su muerte nos ha creado a todos los que le conocíamos un vacío y una gran tristeza, un contraste tan sumamente cruel a los sentimientos que te producía el hablar con él. Descanse en paz, Maestro.”
Paco Rodríguez, productor y consultor
“Cuando me enteré de la desaparición de Ángel fue un choque y sacudida a la vida y a la permanencia. Es cuando empiezas a ver los de tu quinta eclipsarse como estrellas. Ángel era una estrella de la animación española e internacional. Un pionero que tocó muchas teclas de este arte, desde el diseño de personajes, pasando por la animación y terminado por la dirección. Se fue dejando un vacío tremendo por un maldito virus. Me lo imaginaré subido a la colina de ‘Dragón Hill’ dentro de su ‘Cubo mágico’ dibujando con su lápiz… ¡Que la paz animada celestial te acompañe!”
Julio Díez, director y supervisor de animación, consultor, vocal de animación de la Junta Directiva de la Academia de Cine
“Conocí a Ángel Izquierdo cuando era aún muy joven, casi un adolescente, y ya desde entonces, su entusiasmo por la animación era patente, lleno de ilusión plasmaba en sus primeros trabajos toda la pasión que un joven tiene la capacidad de reflejar, y con toda esa fuerza que su edad imprimía.
A lo largo de su carrera profesional siempre erigió un sello de arte y profesionalidad que le distinguía del resto.
Recuerdo allá por el año 1985 cuando trabajamos juntos en París para un largometraje de Astérix, donde formábamos parte de un equipo de profesionales de diferentes partes del mundo, Ángel siempre destacaba por las animaciones que hacía, aportando estilo y calidad, siendo reconocido como un gran artista. Además, por si esto no fuera suficiente, también era apreciado por ser buena persona, de trato cálido y cariñoso, mantenía siempre un estupendo sentido del humor y una amplia sonrisa.
Había también algo que nos unía más allá de lo profesional, era el gusto por la buena mesa, por eso, a lo largo del tiempo, compartimos diversos momentos disfrutando de ese placer común. ¿Recuerdas, Ángel, la fantástica «Soupe de Raviolis aux Crevettes» que tanto nos gustaba en Le Pacifique?
Tristemente y cuando menos lo esperaba, de hecho aún no lo he asimilado porque no hace tanto tiempo que estuvimos juntos, se ha ido un gran compañero. Ha sido una parte importante de nuestras vidas tanto personal como laboral, y es evidente que notaremos mucho su ausencia.
Descansa en paz, querido Ángel, y allá donde estés, espero que seas feliz compartiendo con todos los Grandes de la Animación que se fueron antes.
Un abrazo muy fuerte y hasta siempre.”