ICAIC y Wanda Visión producen la película del cubano Fernando Pérez, ‘Últimos días en La Habana’, que tras su paso por la sección Berlinale Special del pasado Festival de Cine de Berlín, ahora participa en la sección oficial del Festival de Málaga. El filme, que fue galardonado con el Premio Especial del Jurado y el Premio a la Mejor Banda Sonora en el Festival de Cine de la Habana el pasado mes de diciembre, es una coproducción hispano cubana protagonizada por Jorge Martínez, Patricio Wood, Gabriela Ramos, Cristian Jesús Pérez, Coralia Veloz, Carmen Solar, Yailene Sierra y Ana Gloria Buduén.
El guión es obra del propio Fernando Pérez junto a Abel Rodríguez. La dirección de fotografía es obra de Raúl Pérez Ureta y el montaje de Rodolfo Barros. Danilo León y el español José María Morales son los productores de este filme, una nueva colaboración entre Wanda Visión y Fernando Pérez.
La película se sutúa Centro Habana, el corazón de la Habana de hoy. Miguel (45 años) sueña con huir a New York. Mientras espera un visado que nunca llega, trabaja como lavaplatos en un restaurante particular. Diego (45 años) sueña con vivir. Postrado e inmóvil por el SIDA, libera toda su energía desde el estrecho camastro del cuarto más pequeño del solar. Mientras Miguel le da la comida a Diego, vamos descubriendo que ambos viven juntos como si fueran la noche y el día. Diego es gay, positivo, luminoso, Miguel es asexual, negativo, oscuro. Diego es el héroe, Miguel el antihéroe. Pero entre ambos existe una amistad contradictoria e indestructible, sostenida por un pasado compartido del que sólo ellos conocen sus secretos.El director de cine y escritor, Fernando Pérez, obtuvo un título en Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad de La Habana. En 1987, dirigió su primer largometraje de ficción ‘Clandestino. Su segundo largometraje de ficción, ‘Hello, Hemingway’, fue nominado a los Premios Goya en 1990 como Mejor Película Iberoamericana y ganó el premio de los críticos de cine en Nueva York.
En el alo 2000 logró el premio Goya por ‘La Vida es Silbar’ en el apartado de Película Iberoamericana y el premio del Instituto Sundance. También obtuvo el premio Flaiano por la Mejor Película Extranjera exhibida en Italia. En 2003 su película ‘Suite Habana’ inauguró el Festival de San Sebastián y fue nominada a los Premios Goya en las categorías de documental y Película Iberoamericana.
Para Pérez, ‘Últimos días en La Habana’ trata de ser un filme sobre la amistad, sobre el derecho de cada individuo a expresarse a su manera: un filme sobre la diversidad. Audiovisual451 ha hablado con el director tras su paso por la capital alemana y justo antes de que la película compita en la Sección Oficial del Festival de Málaga – Cine en Español.
A451: ¿Qué supuso participar en la Berlinale?
Fernando Pérez: “He podido participar en varias oportunidades en distintas secciones de la Berlinale. La primera vez fue en 1994 con ‘Madagascar. Es un evento que ha crecido extraordinariamente pero aún conserva (gracias al empeño de Dieter Kosslick) sus objetivos en la difusión de un cine diverso y alternativo. Y lo más importante es la permanencia de un público muy heterogéneo y participativo”.
A451: ¿Cómo surge la posibilidad de realizar la coproducción con España?
F.P: “José María Morales de Wanda Visión se interesó por el guión y junto al ICAIC (Instituto de Cine de Cuba) lo presentamos a Ibermedia, lo cual facilitó la producción definitiva”.
A451: Bajo su punto de vista ¿qué peculiaridades tienen las coproducciones cinematográficas entre España y Cuba?
F.P: “Desde los años noventa hasta hoy, las coproducciones entre Cuba y España han fluido muy positivamente –aunque en los últimos años se nota una disminución por la crisis europea y española. En mi caso personal, he tenido el privilegio de contar siempre con la colaboración de Wanda Visión y José María Morales, un productor que apuesta por un cine diverso y arriesgado y se implica con mucha pasión en cada proyecto”.
A451: ¿Qué tiene que tener una coproducción iberoamericana para que todo funcione de manera natural?
F.P: “Lo principal es una buena historia, un buen guión. Y facilitar las condiciones de producción de acuerdo con las características de cada país”.
A451: ¿Cuáles fueron los principales obstáculos para conseguir la financiación del filme?
F.P: “Se puede filmar una película en Cuba sin altos presupuestos, sobre todo si se tiene el apoyo del ICAIC. Como he dicho, las posibilidades que ofreció Ibermedia fueron un apoyo fundamental para completar la financiación”.
A451: A nivel de producción ¿qué fue lo más difícil durante el rodaje?
F.P: “El rodaje se realizó en pleno verano habanero (mes de agosto) y el calor fue agotador. Pero la mayoría de los días de rodaje fluyeron con mucha energía. De hecho, es la película que más rápidamente he filmado. Sí recuerdo como la secuencia más complicada de filmar la escena en el supermercado donde todos los clientes se mueven al ritmo de una música. Por razones de logística, tuvimos que ambientarla, prepararla, ensayarla y filmarla en apenas… cuatro horas”
A451: La película ha triunfado en el Festival de La Habana ¿En qué otros certámenes ha estado presente o lo estará próximamente además de Berlín y Málaga?
F.P: “La película fue muy bien acogida por el público en nuestra capital y tuvo, además, varios premios. Su lanzamiento internacional ha sido en la Berlinale y luego pasará por el Festival de Miami, Guadalajara, Nueva York, Uruguay y probablemente, Jeonju”. (Continúa)
A451: ¿Está previsto su estreno comercial en otros territorios además de España?
F.P: “Hasta ahora la película será exhibida en Suiza y Austria distribuida por Trigonfilm”.
A451: La temática de la película adquiere una mayor relevancia en las actuales relaciones entre Estados Unidos y Cuba y la llegada al poder de Donald Trump ¿Qué aporta el filme al momento histórico actual?
F.P: ‘Últimos días en La Habana’ trata de reflejar una parte de nuestra realidad que considero la más representativa porque es la más popular. Es un contexto que también es el menos representado en los medios masivos tanto en Cuba como fuera de Cuba. Son condiciones de sobrevivencia que demuestran la necesidad de una mejoría económica en nuestro país, a lo cual contribuiría una mejor relación con Estados Unidos que pudiera conducir al levantamiento embargo. Las perspectivas con Trump no indican, hasta el momento, una mejoría”.