‘First Man – El primer hombre’ cuenta la historia de la misión de la NASA que llevó al primer hombre a la luna, centrada en Neil Armstrong y el periodo comprendido entre los años 1961 y 1969. Un relato visceral en primera persona, basado en la novela de James R. Hansen, que explora el sacrificio y el precio que representó, tanto para Armstrong como para su familia, sus compañeros y el país, una de las misiones más peligrosas de la historia.
Damien Chazelle sigue interesándose por historias relacionadas con las consecuencias del éxito, y continúa planteándose si compensa realmente el precio que pagan los que lo logran. Del mismo modo que el cineasta enseñó lo que significaba tener un mentor en ‘Whiplash’ y deconstruyó el musical con ‘La ciudad de las estrellas-La La Land’, ahora replantea el significado del género cinematográfico de «misión». Damien Chazelle y sus colaboradores enfocan ‘First Man – El primer hombre’ desde dentro con el fin de permitir al espectador que se sumerja en un viaje imposible.
La ignorada, apasionada e indómita heroína Janet Armstrong, la esposa de Neil, que hizo posible lo imposible, está encarnada en la película por CLAIRE FOY (la serie «The Crown», de Netflix). A pesar de ser consciente desde el principio que el compañero al que escogió era un espíritu aventurero y no el «hombre de familia firme» con el que se casaban entonces las mujeres de su clase, Janet deben afrontar aquellos que desean dejar su huella en la historia. Armstrong viajará al espacio para superar el dolor que ambos comparten, pero será el fuerte lazo de unión con su mujer lo que le hará volver.
El diseñador de producción Nathan Crowley está acostumbrado a recrear el espacio sideral después de trabajar en películas como ‘Interstellar’, de Chris Nolan, pero ahora se enfrentaba a otro tipo de reto. «Era la primera vez que iba a la Luna», dice, riendo. «Cuando leí el guion supe inmediatamente que esta película me plantearía grandes dificultades. Tendría que reproducir el X-15, el Gemini, el Apolo y el alunizaje, pero pensé con cierta ingenuidad que sería capaz de conseguirlo. También había que construir los barrios residenciales, la NASA, el Centro Espacial de Houston, y hacer que todo encajara a la perfección, pero esto último no me asustaba».
«Ahora bien, reconozco que intenté no pensar en la Luna porque sencillamente no sabía cómo hacer una luna falsa», reconoce. «No tenía respuestas. Solo sabía que deberíamos rodar en una cantera o en una plataforma de cemento lo bastante amplia como para imitar la escala de la Luna. También estaba convencido de que la cantera era lo mejor, pero para imitar el suelo de la luna necesitábamos encontrar una cantera gris, y no abundan».
A veces basta con saber dónde buscar. «Tuvimos la enorme suerte de enterarnos de que hay canteras grises en Atlanta. Las empresas propietarias nos ayudaron a encontrar la cantera ideal, la Vulcan Rock (Roca Vulcano) de Stockbridge, al sur de la ciudad de Atlanta, y nos permitieron cambiar el paisaje a nuestra conveniencia», explica el diseñador.
Damien Chazelle recuerda perfectamente las dificultades que planteaba rodar la Luna: «En vez de filmar en un plató, decidimos rodar en exteriores y de noche, lo que nos permitiría crear la luz del sol con un foco gigante. Empezamos a buscar en los alrededores de Atlanta, pero tardamos en encontrar la cantera. Visitamos un sinfín de canteras, ninguna se adaptaba a lo que buscábamos; eran demasiado pequeñas, no eran planas, no encajaban. Por fin encontramos esta y nos dejaron cambiar el paisaje».
Damien Chazelle vuelve a trabajar con el director de fotografía Linus Sandgren en ‘First Man – El primer hombre’. Iluminar la Luna quizá fue la mayor dificultad a la que tuvo que enfrentarse. «Nathan diseñó la superficie de la Luna en una cantera enorme, el decorado era gigantesco», explica Linus Sandgren. «Mucho mayor que cualquier otro decorado de la luna, y había que iluminarlo. Lo ideal habría sido usar numerosos focos, pero tampoco era posible porque la luz solo procedía de una fuente, el sol, y solo podía haber una sombra. Conseguir un solo foco con esta potencia fue un auténtico reto».
Solo cabía buscar las luces más potentes del planeta. «Hablamos con David Pringle, el inventor del foco 100K Softsun«, explica el director de fotografía. «Le preguntamos si podía desarrollar una lámpara de 200.000 vatios, y lo hizo. Era exactamente la potencia que necesitábamos para rodar en un espacio tan grande».
La amplitud de la cantera contrastaba fuertemente con el espacio ocupado por los astronautas en su viaje a la Luna. «El Apolo 11 mide 3,5 metros de diámetro aproximadamente y los tres lo ocuparon durante una semana», explica el productor ejecutivo Adam Merims. «Es muy claustrofóbico, no hay sitio. Damien quería transmitir la dureza del viaje de ida y vuelta. Buzz y Neil alunizan, y vemos un horizonte infinito, el contraste es tremendo. Cuando los dos andan por la Luna, pasamos a un IMAX de 65 milímetros, el mayor formato disponible actualmente, para que el público esté allí con ellos».
Para Linus Sandgren, ver la Luna de tan cerca es como «ver el mundo de los muertos, algo que nadie ha visto jamás». Hace una pausa antes de seguir: «Es totalmente surrealista, no tiene nada que ver con el mundo real. Por eso se nos ocurrió rodar las escenas más íntimas en 16 milímetros y, una vez en la luna, pasar a IMAX, cuyo negativo capta muchos más detalles».
El productor Marty Bowen dice que el cambio provoca un efecto visceral: «Rodamos a Neil Armstrong dentro del Apolo en 16 milímetros. No es una grabación perfectamente uniforme. Esperamos que comunique la sensación de falta de espacio, de claustrofobia. Si conseguimos que sea una experiencia totalmente envolvente para el espectador, habremos conseguido contar esta maravillosa historia».
Es interesante saber que los objetivos que Linus Sandgren y Damien Chazelle escogieron para rodar la secuencia de la luna son exactamente los mismos que usaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin para fotografiar sus primeros pasos en el satélite. «Usaron cámaras Hasselblad y negativos de seis por seis, los mismos que hemos utilizado para filmar la luna», dice el director de fotografía.
El equipo estudió esas primeras fotos realizadas en la luna con gran detenimiento con el fin de recrear el satélite en la cantera y las imitaron con total precisión, incluso a la hora de reproducir el ángulo del sol. Así, si el ángulo del sol era de 15 grados en la fotografía original, se aseguraron de que la dimensión de las sombras correspondiera exactamente.
Se filmaron las secuencias de la Luna durante las últimas semanas de rodaje, a mediados de enero, cuando quedaba poco por hacer. «Casi habíamos llegado al final del rodaje cuando filmamos la secuencia del alunizaje», dice Damien Chazelle. «Al llegar aquí, nos sentimos un poco como nuestro protagonista, con toda la experiencia que nos había llevado a este momento».
Sobre cómo decidió filmar los primeros pasos del hombre en la luna, el cineasta dice: «Nos hemos esforzado en ser lo más auténticos posible y en no falsificar los detalles, esos que hacen que las imágenes de archivo sean tan interesantes, tan conmovedoras, pero también hemos intentado marcarlas con el sello de esta película. No queríamos limitarnos a una mera recreación, sino aportar las mismas emociones que sintieron los astronautas».
El productor Wyck Godfrey cree que el recorrido emocional es muy duro y cuando por fin alunizan, no solo la tripulación se siente liberada de la tremenda tensión, también el espectador. «Comunicamos la sensación de tensión, de ansiedad, de peligro», explica. «Cuando por fin la nave aluniza, es una auténtica liberación».
No solo es una liberación para el público que ve la película, también lo fue para el actor que dio vida a Neil Armstrong. «Decidimos que era una buena idea que oyera las grabaciones originales de los diálogos entre Neil, Buzz y el centro de control mientras realizaba esos primeros pasos», explica Ryan Gosling. «Fue una experiencia totalmente surrealista, quizá lo fuera también para Neil. Me parece genial que el punto de vista de esos primeros pasos sea el mío, haciendo posible que el espectador sienta lo mismo que Neil».
Una dificultad añadida fue filmar la Luna en una cantera de Georgia a mediados de enero porque algunas noches la temperatura era de ocho grados bajo cero en el decorado lunar. «Hacía bastante frío en nuestra luna», recuerda Damien Chazelle, «pero la temperatura en la luna pasa de muy caliente a muy fría, así que cierta hostilidad por parte de los elementos era más que adecuada».
«Lo peor de todo fue cuando empezó a nevar. Tuvimos que abandonar el decorado y volver a los platós durante unos días», dice Linus Sandgren, y añade, riendo: «Por suerte, el tiempo se calmó cuando volvimos, ya no había viento y la bandera no ondeaba. Se pareció bastante a rodar en la luna de verdad».
Dirección: Damien Chazelle.
Año: Estados Unidos, 2018.
Reparto: Ryan Gosling, Claire Foy, Jason Clarke, Kyle Chandler, Corey Stoll, Ciarán Hinds, Cristopher Abbott, Lukas Haas.
Producción: Wyck Godfrey, Marty Bowen, Isaac Klausner, Damien Chazelle.
Distribución: Universal Pictures.
Estreno: 11 de octubre de 2018.