La Fundación AISGE ha presentado el tercer informe sobre la situación de los intérpretes españoles. Tras el avance presentado en julio, la entidad encargada de gestionar los derechos de propiedad intelectual de los actores, bailarines y directores de escena españoles da de nuevo la voz de alarma ante la precariedad del gremio actoral.
El ‘Estudio sociolaboral del colectivo de actores y bailarines en España’ se ha elaborado a lo largo de 2016 a través de más de 3.200 entrevistas (el 39 por ciento del colectivo de artistas e intérpretes) y presenta conclusiones como que a lo largo del último año, solo el 43 por ciento de los intérpretes realizó algún trabajo sobre los escenarios o frente a las cámaras, un índice de ocupación que representa un drástico retroceso respecto a los estudios anteriores. En concreto, los actores con trabajo en el sector eran el 66 por ciento en 2004, un índice que bajó hasta el 63 por ciento en el caso de 2011.
Además, quienes sí logran subirse a un escenario o pisar un plató obtienen unos ingresos muy modestos, a menudo ínfimos. Del total de actores y actrices españoles, solo el 8,17 por ciento cobran 12.000 o más euros anuales y, en consecuencia, pueden vivir de esta profesión. «Si colocamos el listón en quienes cobran 30.000 o más euros del año y disfrutan de cierta holgura económica, resulta que hablamos de apenas el 2,15 por ciento del colectivo» denuncia AISGE.
El informe, con más de 320 páginas y firmado por el sociólogo Walter Actis, señala que la tasa de desocupación es seis puntos mayor entre las actrices que entre los actores.
La investigación de Actis constata que no solo ha bajado la tasa de ocupación, sino también los ingresos que obtienen aquellos artistas que sí logran trabajar. Entre los que cobran por su trabajo como actores, más de la mitad (el 53 por ciento) no supera los 3.000 euros anuales. En concreto, el 29 por ciento obtuvo menos de 600 euros durante todo el año (una media de 50 euros mensuales), mientras que otro 24 por ciento se quedó en la franja entre los 601 y los 3.000 euros. «El desplome es evidente en este sentido: quienes obtenían menos de 3.000 euros al año eran el 34 por ciento en 2002 o el 45 por ciento en 2010» señala la entidad, que describe la situación de los actores españoles en los últimos años como «un callejón sin salida: paro cada vez mayor, trabajo cada vez más precario y pocas soluciones alternativas o complementarias fuera del gremio interpretativo.»
De entre quienes sí trabajaron como actores durante 2015, el 46 por ciento lo hizo durante menos de 30 días a lo largo de todo el año (30 por ciento en 2002, 42 por ciento en 2010). Como se ha reseñado, poco más de 2 de cada 100 integrantes de la profesión obtiene unos ingresos superiores a los 30.000 euros anuales como fruto por su talento artístico. Por si fuera poco, se incrementa el porcentaje de trabajadores sin contrato (“en negro”): eran el 6,2 por ciento en 2011, pero han subido hasta el 11,7 por ciento durante este último año.
Así, los intérpretes buscan otras fuentes de ingresos: el 46 por ciento tiene habitualmente un empleo al margen de la profesión artística. El 13 por ciento encuentra ocupaciones más o menos relacionadas con el sector y el 33 por ciento, en trabajos que nada tienen que ver con los platós o los escenarios. Los empleos ajenos al sector más habituales entre nuestros actores son, por este orden: docente, comercial, camarero, administrativo, autónomo, enseñanza de idiomas, hostelería, sanidad, teleoperador, traducción y azafato.
El 32 por ciento de los artistas nacionales acreditan unos ingresos globales (interpretación más otras ocupaciones) inferiores a los 600 euros al mes, lo que les coloca por debajo de la llamada “línea de pobreza” (665 euros mensuales). De ese 32 por ciento, el 7,5 recibe o ha recibido la prestación contributiva de desempleo, otro 7 por ciento obtiene subsidio y el 4 por ciento está acogido a alguna de las ayudas que ofrece el departamento asistencial de la Fundación AISGE. Los servicios sociales públicos apenas atienden al 1,3 por ciento. El respaldo de AISGE está permitiendo anualmente aliviar la situación de más de 700 familias de profesionales del sector.
El estudio estudia la situación de las actrices y de los intérpretes jóvenes (menores de 35 años) y aporta, por primera vez datos territoriales: Más de la mitad de los artistas censados (el 53 por ciento) residen en la Comunidad de Madrid, mientras que Cataluña asume el 18 por ciento del colectivo. Andalucía es el hogar del 8 por ciento de los intérpretes españoles, mientras que la Comunidad Valenciana, Euskadi y Galicia acogen en cada caso al 5 por ciento de estos profesionales.
Al pormenorizado análisis estadístico se le suma, en este trabajo del sociólogo Walter Actis para la Fundación AISGE, una serie de entrevistas con representantes sindicales del sector. Para mayor abundancia, se incluye también la información procedente de ocho grupos de discusión entre profesionales del sector que analizaron cómo era la realidad cotidiana en su trabajo.
Entre las conclusiones de las charlas: las remuneraciones “bajan”, aumentan los trabajos no pagados y, en consecuencia, “cada vez es más difícil vivir del oficio”; entre los jóvenes se genera, además, un fuerte debate en torno a la participación en proyectos creativos sin recursos y la explotación laboral.