Dos representantes de la asociación de productores italianos de animación, Cartoon Italia, acudieron la semana pasada a Weird Market, en Valencia, para comentar el estado de su industria y estrechar lazos con la española.
El reto de la financiación
Anne Sophie Vanhollebeke, presidenta de Cartoon Italia, y Alfio Bastiancich, vicepresidente responsable de relaciones institucionales de la asociación, ofrecieron una panorámica del sector italiano de la animación: algo más de 40 compañías dedicadas a la producción y 18 canales infantiles en abierto y de pago, pero sólo uno invirtiendo en producción. Se trata del ente público RAI, que pone encima de la mesa unos 15 millones de euros al año para adquisiciones y coproducciones de animación. Rai Yoyo, para niños hasta 7 años, y Rai Gulp, para niños y adolescentes, son los dos canales públicos infantiles.
Un escenario que a cualquiera que conozca un poco la situación de España le resultará familiar, dado que el sector está igualmente formado por muchos estudios y productoras de tamaño pequeño con una sola puerta a la que llamar: RTVE y su canal Clan. Por suerte, España cuenta con canales autonómicos públicos, algunos de los cuales, como TV3, tienen interiorizada en su estrategia la apuesta por la animación patria.
«Pensamos que las industrias italiana y española de la animación son primas hermanas y creemos que sería positivo tener una relación más fluida para coproducir y colaborar. Veo capacidad para crear una alianza de producción mediterránea«, comentó Bastiancich en Valencia, quien añadió que las series italianas de animación llegan a más de 150 países de todo el mundo. El vicepresidente de Cartoon Italia y diretor general de la productora Showlab aseguró que el modelo de financiación de la animación italiana se basa, principalmente, en coproducciones internacionales, «trabajamos mucho con Francia, Luxemburgo, Bélgica, pero estos países siempre buscan ser socios mayoritarios y creemos que con España podríamos tener una relación más equitativa.» Para fomentar la coproducción internacional Italia cuenta con un incentivo fiscal del 40 por ciento.
De nuevo, otra similitud con la industria española, cuyos productores llevan décadas acudiendo al mercado internacional para obtener financiación.
De lo que sí gozan en Italia es de unas ayudas públicas nada despreciables. La animación puede optar a las ayudas selectivas en tres estadios de producción: 20.000 euros para guion; hasta 100.000 euros para desarrollo y preproducción; y entre 200.000 y 800.000 euros para producción. Además, existen las ayudas automáticas con un presupuesto de 4 millones de euros para animación. En España, los largometrajes de animación sí pueden optar a ayudas nacionales, pero las series, todavía no.
Por otro lado, las plataformas de streaming están obligadas a invertir un 20 por ciento de sus ingresos netos en producción local en Italia. Y el objetivo de la asociación es conseguir que un cuarto de ese porcentaje, es decir, un 5 por ciento, se destine únicamente a animación. «Sería una manera de que se ampliaran las posibilidades de financiación para los productores italianos», comentó el vicepresidente de Cartoon Italia.
De la misma manera, los productores italianos, como los de cualquier país, esperan como agua de mayo que las plataformas impulsen títulos de animación para el público joven y adulto, dado que los canales de televisión suelen estar destinados a niños y eso limita mucho el mercado. Más allá de ‘Los Simpsons’, ‘Padre de familia’ o ‘Rick y Morty’, sigue siendo complicado sumar a la lista nuevas producciones de animación «para mayores». ‘Undone’ de Prime Video y ‘Love, Death and Robots’ de Netflix pueden ser algunos ejemplos, pero hay múltiples proyectos buscando su sitio en el mercado, no hay más que comprobar que los títulos para adolescentes y mayores son cada vez más numerosos en citas como Cartoon Forum.
Durante su ponencia en Weird Market, los responsables de Cartoon Italia destacaron el caso de Cerdeña, la isla que guarda muchas similitudes con Canarias. Ambos territorios gozan de una excensión fiscal que les permite ofrecer ventajas a las empresas y entre los planes de los productores italianos está estrechar lazos para formar y compartir profesionales y cubrir así la falta generalizada de personal que todo el audiovisual vive a nivel mundial. Cartoon Italia está en contacto con todas las film commissions del país y tiene entre sus objetivos la creación de un clúster de la animación.
Ante el cambio de gobierno en Italia, Vanhollebeke y Bastiancich aseguraron que seguirán luchando por defender un sector en el que trabajan 3.000 profesionales. «Lo más importante es que los políticos sean conscientes de la importancia del sector audiovisual y que legislen de manera que obliguen a las televisiones y a las plataformas a invertir en la producción nacional. Nuestro deseo para los productores españoles es que RTVE tenga más presupuesto destinado a animación«, comentó el vicepresidente.
¿Un país de servicios?
Lo que Cartoon Italia no mencionó durante su ponencia es que hasta ocho grupos franceses han adquirido participaciones en compañías italianas de animación en los últimos años. Por ejemplo, Cyber Group Studios (‘Gigantosaurus’) es propietaria de Graphilm, estudio romano en marcha desde 1988. Superprod invirtió hace dos años en Red Monk Studio (‘Spirit Rangers’), en marcha desde 2017. Banijay acaba de firmar una operación con Movimenti Production (‘Topo Gigio’), fundada en 2004 y con oficinas en Milán, Florencia y Roma, para que entre en la división Banijay Kids & Family.
«Es totalmente comprensible que un productor independiente se sienta seducido por entrar en un grupo grande y tener un respaldo financiero» comenta Bastiancich. Enlazar proyectos y mantener la continuidad del estudio es una de las principales preocupaciones de cualquier productor de animación. Y Francia es la mayor potencia europea en este campo, gracias a múltiples apoyos públicos sostenidos en el tiempo durante décadas y a las numerosas ventas internacionales que sus series de animación firman cada año. Es decir, Francia tiene el dinero. Y algunas personas empiezan a pensar que está atravesando una pequeña crisis de creatividad, por lo que andaría necesitada de nuevas IPs.
La otra cara de la moneda es que Francia convierta a Italia en la nueva India o China de la animación, es decir, que se haya interesado solo por el país alpino porque puede ser un proveedor de servicios económico y de calidad probada, sin diferencias horarias ni culturales que puedan hacer imposible la consecución de los proyectos. De esta manera, los estudios italianos tendrían que dejar en un segundo plano el desarrollo de sus propias ideas y la identidad del sector empezaría a perderse.
Si, en términos de animación, España e Italia se miran la una a la otra y se reflejan como un espejo, no es descabellado pensar que en un futuro próximo Francia posará su mirada en las múltiples pequeñas compañías españolas que componen un sector con serias dificultades para financiar sus proyectos y una creatividad reconocida en todo el mundo. Cada año unos ocho proyectos españoles de serie de televisión son seleccionados en Cartoon Forum. Algunos nunca consiguen completar su financiación y otros tardan años en reunir a los socios suficientes para comenzar su producción.
De la misma manera que ha pasado en los últimos años en el terreno de las series de ficción, con grupos como Banijay, Studiocanal, Mediawan, Newen o Federation adquiriendo productoras o abriendo filiales, Francia podría continuar la conquista de España por las compañías de animación. Porque, ya lo dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.
