Andersen Tax & Legal está presente en todo el mundo a través de despachos miembros y firmas colaboradoras de Andersen Global, con el fin de ofrecer soluciones integrales de asesoramiento jurídico de una manera objetiva e independiente. Una de las ramas relevantes de la firma está dedicada al derecho de la Cultura, donde se incluye todo lo referido a la producción audiovisual, con especial atención a la puesta en marcha de Agrupaciones de Interés Económico (AIEs), una figura clave para para la financiación actual del cine español.
El departamento de Cultura, Deporte y Entretenimiento ofrece un asesoramiento integral y personalizado, a través de un equipo multidisciplinar formado por nueve profesionales especializados en cada una de las áreas específicas del derecho, como la Propiedad Intelectual, Derecho Regulatorio y Derecho Fiscal, y con un amplio conocimiento de las industrias culturales y de cada área de negocio. Entre los servicios destacan el estudio y búsqueda de formas de financiación, además, claro está, de la redacción, negociación y seguimiento de todo tipo de proyectos o transacciones comerciales.
Desde su creación, Andersen Tax & Legal ha ofrecido sus servicios con éxito a numerosas producciones y coproducciones nacionales e internacionales y a todo tipo de artes escénicas, musicales, espectáculos de circo, conciertos y festivales.
Audiovisual451 ha entrevistado a dos socias de la firma que precisamente forman parte del equipo del departamento de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen Tax & Legal y que están curtidas en asesorar y facilitar la financiación del cine español a través de la puesta en marcha de Agrupaciones de Interés Económico.
Por un lado, Patricia Motilla, responsable del área de Cultura, Deporte y Entretenimiento, especializada en el asesoramiento a clientes de Banca de Inversión, también cuenta con una dilatada experiencia en procesos de internacionalización de empresa y es especialista en asesoramiento en la industria del cine, teatro y espectáculos en vivo, donde ha participado en procesos de estructuración de productos financieros de rentabilidad fiscal y ha ahondado en el ámbito regulatorio del sector, con amplia especialización en rodajes extranjeros, tanto europeos como de Estados Unidos y Bolliwood.
Por su parte, Mabel Klimt es socia del área de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen Tax & Legal, especialista en Derecho del Entretenimiento, con una dilatada experiencia en el asesoramiento integral de la producción audiovisual, principalmente en cine, televisión y animación. También dispone de una larga trayectoria en asesoramiento en materia de protección de datos de carácter personal, así como en el ámbito de Internet y Nuevas Tecnologías.
Audiovisual451: ¿Cuál es el rasgo distintivo de Andersen Tax & Legal para el sector audiovisual?
Patricia Motilla: “Nosotros trabajamos fundamentalmente de una manera multidisciplinar, no creemos que la aproximación a una producción audiovisual deba hacerse exclusivamente desde un punto de vista financiero o desde un punto de vista fiscal o de propiedad intelectual… Creemos que el trabajo en equipo da un valor añadido a la obra audiovisual muy importante. Tenemos discusiones constantes porque el derecho de propiedad intelectual piensa totalmente opuesto al derecho fiscal y contable. Lo que tenemos que hacer es encajar todo para una óptima financiación”.
Mabel Klimt: “Los productores lo han vivido en sus propias carnes desde siempre, pero ahora que existen vehículos fiscales específicos nos obliga a ser extremadamente delicados en la gestación de estos procesos de financiación”.
A451: ¿Cuáles son las claves y peculiaridades de las Agrupaciones de Interés Económico para la producción audiovisual?
P.M: “La incorporación a la producción audiovisual y de artes escénicas del capital privado ha complicado las cosas. Obviamente, este capital privado entra en el cine para beneficiarse de los incentivos fiscales, pero esto obliga a montar unas estructuras financieras que se ven desde dos perspectivas distintas. Mientras que para el productor ese vehículo financiero, ese producto financiero, es una Agrupación de Interés Económico (AIE), es decir, una línea más en la financiación de la obra audiovisual, para el inversor es una inversión en un producto financiero de rentabilidad fiscal. En vez de invertir en un fondo de inversión, este inversor invierte en cine pero buscando una rentabilidad. Por eso, toda la estructura que se debe montar tiene que estar muy cuidada, no solamente desde el punto de vista fiscal, que es el gran error. Se tienen que cuidar mucho otras variables como los contratos, por ejemplo la cesión de los derechos de explotación con ventas internacionales, televisiones… porque cualquier solapamiento en una venta dispara inmediatamente indemnizaciones cuyo riesgo iría a la película”.
M.K: “La AIE es una productora más de la película y evidentemente hay que ofrecer todas las garantías a los inversores externos. Por esa razón, cada vez es más importante el papel que juegan los abogados. Muchos productores nos dicen que cada vez nos parecemos más a la figura del agente americano, porque el conocimiento del negocio audiovisual que tenemos que tener para el montaje de este tipo de estructuras tiene que ser muy profundo”.
A451: ¿Qué posición tiene ahora Andersen Tax & Legal en el audiovisual español en este sentido?
P.M: “Creo que nuestro posicionamiento en el mercado es muy bueno, estamos en el centro del sector y eso es porque nuestro acercamiento a la obra es multidisciplinar. Por ejemplo, hay que tener muy en cuenta los impactos de las subvenciones desde el punto de vista contable, fiscal… También desde punto de vista del derecho regulatorio, con la complejidad de las órdenes y convocatorias. Las AIEs son una parte más de la financiación que después hay que combinar con las ventas de derechos, con los descuentos en los bancos… La participación de las entidades financieras en este tipo de proyectos empieza a ser muy activa”.
A451: El nacimiento de las AIEs para el cine fue un impacto que quizá pilló un poco descolocado al sector ¿cómo está ahora?
M.K: “Desde el inicio, lo que era esta figura de la AIE hasta lo que es ahora ha pasado mucho tiempo y cambios. Para un productor que aborda por primera vez una AIE, aunque tenga 20 películas sobre sus espaldas, siempre da un poco de vértigo. Se trata de cambiar la manera de trabajar, de llevar la contabilidad… hay una serie de aspectos que hay que tener muy en cuenta”.
P.M: “Hay una matización muy importante, este tipo de estructuras sin abogados no se puede llevar a cabo con éxito. Llegados a este punto en que se necesita la participación de capital privado, la complejidad de la producción de una obra audiovisual aumenta al estructurarse con una AIE y esto obliga a los productores a incorporar servicios jurídicos a sus equipos. Además, los abogados entran en el cine cuando llega el capital privado pero, cuando se empieza una obra audiovisual con presupuestos de dos, cuatro o diez millones, hablo de cantidades importantes, hay profesionales para localizar, un director, un ayudante de dirección, guionistas, jefes de equipo de vestuario, fotografía, maquillaje, postproducción… Mi pregunta es siempre la misma, ¿dónde está el abogado? ¿Dónde está el director financiero? Quiero decir con esto que, aunque a la hora de producir no quieras montar una AIE, la industria audiovisual española requiere del asesoramiento legal y financiero. Cuando trabajamos en estos temas con los americanos, el primero en la mesa de negociación es el abogado. Pero también están sentados el director financiero y el productor. En España, el productor sigue viendo al abogado como una molestia necesaria si quiere obtener capital privado para su película, no se dan cuenta que además podemos solventar muchos conflictos futuros. También es verdad que muchos productores que han trabajado varias veces con nosotros ya se relajan y se ponen en nuestras manos”.
A451: ¿Ha variado entonces el punto de vista del productor?
M.K: “Es cierto, antes te contaban el guión, la historia, y ahora te cuentan cómo va la financiación. Por eso decía que las cosas han cambiado mucho, todos los agentes implicados, no solo los productores, también la administración, se han dado cuenta de la importancia que tienen estos productos financieros. La agilidad que ofrecen al sector es muy importante, en un momento en que las ayudas públicas han mermado mucho, esta herramienta de la AIE es fundamental. No hay ninguna película de presupuesto medio – alto que no la utilice. Ahora, de hecho, se utiliza la figura de la AIE para películas con presupuestos bajos y en eso ha tenido mucho que ver las artes escénicas, que han montado AIE con presupuestos muy bajos en comparación con el cine”.
P.M: “En mi opinión, el cambio que ha sufrido el cine con la merma del apoyo público le ha venido bien para profesionalizarse más desde un punto de vista jurídico y tributario. También el cambio ha sido sustancial a nivel técnico. De creatividad y capacidad de producción siempre hemos estado muy bien, pero ahora tenemos un importante poso jurídico y financiero… mucha más experiencia. Esto está arrastrando a otras disciplinas, por ejemplo, la 30ª edición de la ceremonia de entrega de los Goya se hizo a través de AIE y la hicimos nosotros. Fue un trabajo complejo porque lo tuvimos que estudiar muy a fondo, porque se enmarcaba dentro de las artes escénicas, fue todo un éxito”.
A451: ¿El nuevo modelo de financiación ha impulsado también esta figura?
M.K: “En el momento actual pocos productores se pueden permitir producir una película sin la figura de una AIE. El nuevo modelo sí ha tenido en cuenta que existe el mecanismo de las inversiones externas y la figura de la AIE. Evidentemente, hay referencias directas en la propia normativa y si un productor quiere aprovecharse de todas las posibilidades, sabe que se puede compatibilizar las ayudas públicas con la inversión privada. Esto creo que hará que los presupuestos de las producciones crezcan, porque los productores serán más capaces de maximizar las ayudas, cuanto más alto sea el presupuesto más fácil es aprovecharse también del incentivo fiscal”.
A451: Territorios como Canarias, Navarra y País Vasco son paraísos de las AIEs y responsables de su proliferación, ¿no es así?
P.M: “En un momento determinado, hace cuatro o cinco años, es cierto que se buscaba muchas veces rodar en los territorios de España con mejores incentivos fiscales, sobre todo Canarias. Ahora eso ha cambiado, aunque en Canarias o en Navarra y País Vasco se estén haciendo las cosas bien. Lo primero que tiene que saber un productor es cuánto le va a costar la película, cómo la va a financiar y cuál es el ‘gap’ que tenemos que cubrir. A partir de ahí, hay que empezar a sopesar la mayor deducción fiscal que se puede obtener dependiendo de donde se ruede. Es decir la calificación que se da a la película como obra canaria, vasca, navarra o peninsular. No siempre debe ser prioritario ir a un territorio que ofrezca una mayor desgravación fiscal porcentual. Te diré que alguna de las películas en las que vamos a participar en 2018 tenía la intención de rodarse en el País Vasco y finalmente se harán en el territorio común. Hay que valorar muchos aspectos, porque en según qué casos no es lo mismo hacer una producción en Madrid que tener que desplazar a todo el equipo al País Vasco o a Canarias. Creo que el crecimiento de las AIEs no ha sido tanto por los mayores incentivos de ciertos territorios”.
A451: ¿Cuándo debe un productor buscar el asesoramiento para provechar la inversión privada?
M.K: “Nosotros recomendamos a los productores que vengan cuanto antes mejor, cuanto más verde esté le proyecto mejor. Porque desde ese primer momento podemos recomendar pautas de actuación que le van a evitar dolores de cabeza y le van a ahorrar dinero. Si entramos muy al final, por más que él haya hecho un trabajo previo, tenemos que auditarlo todo”.(Continúa)
A451: ¿Qué posición toma Andersen en la producción de la película y dónde empieza y acaba su trabajo?
P.M: “Cuando un productor llega con su proyecto, analizamos el coste de la película, con qué se cuenta en ese momento y cómo se va a financiar. Automáticamente nos encontramos con el primer punto débil que son las subvenciones, que exigen una gran cantidad de requisitos regulatorios. Nosotros también participamos en todo este proceso. Según vamos avanzando la financiación va por una vía u otra. Estamos hablando de un año y medio o dos años antes de que la película llegue a los cines. Comenzamos a supervisar todos los contratos y a negociarlos, pero teniendo muy claro que el negocio es del productor, hasta que llegamos al inicio de rodaje donde estamos disponibles las 24 horas para solventar cualquier problema, cualquier incidente, retraso… Es nuestro valor añadido. Te aseguro que revisamos todos los contratos, también los de los técnicos”.
M.K: “Nuestra exigencia profesional cada vez es mayor, no nos limitamos a que nos pasen un contrato, revisarlo y devolverlo, no. Intentamos tener todo bajo control y ser la conciencia del productor. Nuestra premisa es que al productor le vaya fenomenal, porque si se lleva una buena experiencia, independientemente del tamaño de su producción, seguramente vuelva a contar con nosotros. Nuestro trabajo es también acompañarles en todo el proceso de financiación de su película”.
M.K: “La clave de todo está en el trabajo previo, hasta llegar al rodaje han pasado 18 meses de trabajo, gran parte de nuestra labor es monitorizar cada paso, para saber las necesidades. Hay que explicar muy bien a todos los productores implicados cómo funciona esta estructura para evitar cualquier tipo de fricción”.
A451: ¿Y cómo se encajan a nivel internacional este tipo de estructuras?
P.M: “Nos está ayudando mucho la incorporación a la firma internacional, porque el hecho de tener oficina en todos los países e incluso en Los Ángeles, hace que el conocimiento de la legislación de otros países cuando nos enfrentamos a una coproducción sea mucho más sencillo”.
M.K: “Hace unos meses, socios de toda Europa de Andersen han estado en Madrid y uno de los temas que se ha tratado ha sido la financiación cultural, los compañeros franceses y holandeses, por ejemplo, estaban felices al comprobar cómo funcionaba el departamento en España y les daba tranquilidad saber que podían contar con nosotros si lo necesitaban en cualquier momento”.
A451: Una de las aportaciones relevantes de la firma es también la búsqueda de financiación, no solo el asesoramiento…
P.M: “Aunque nuestro cliente es la película, nosotros hemos alcanzado acuerdos de colaboración con gestores de patrimonios, concretamente con Dunas Capital, que se ocupan de la colocación financiera. Volvemos a reiterar la importancia del valor añadido que aporta nuestro departamento, abordando todo estos proyectos de una manera transversal. El acuerdo con Dunas Capital nos ha facilitado el acercamiento a clientes institucionales que están empezando a invertir en cine. Cuando se mueven 16 películas al año se necesita una inversión importante, hablamos de millones de euros. Nuestra responsabilidad es hacer todo el trabajo jurídico, tributario y de asesoramiento financiero, pero también el propiciar el acercamiento a los inversores, que es precisamente lo que hacemos a través de Dunas Capital”.
M.K: “El tándem que hacemos con Dunas Capital, la seguridad que nosotros les otorgamos a ellos, tras auditar todo el proceso de financiación de la película, y la experiencia de Dunas para encontrar el inversor adecuado para cada película creemos que es perfecto. El sistema se coinvierte en un proceso mucho más ágil y el productor ya no tiene que padecer hasta el último momento. En definitiva, además de la creación de la AIE, el asesoramiento, el control de todos los aspectos jurídicos y tributarios, les ofrecemos la posibilidad de buscar financiación de inversores externos mediante este acuerdo con Dunas Capital. Además, estamos a punto de firmar un acuerdo similar con otro colaborador para las inversiones de Canarias”.
P.M: “No hay que olvidar que para el inversor se trata de un producto financiero en el que busca una rentabilidad. Pero este paso demuestra la madurez del sistema, los inversores ya no tienen miedo y repiten. Conocemos el negocio, hay que estar al lado del cliente para saber sus necesidades, porque este es un negocio complejo”.
A451: ¿Qué debilidades tienen las AIEs en el sector?
M.K: “Una de las deudas que tienen las AIEs con el sector es precisamente con la animación, porque el encaje es mucho más complejo. Necesitamos una mayor seguridad porque las inversiones suelen ser más fuertes y durante más tiempo. También habría que ver la manera de encajar las AIEs cuando un productor extranjero trae capital para rodar publicidad. En publicidad se invierte mucho dinero pero en muy poco tiempo y no encajan los requisitos que fija la ley fiscal para poder invertir, pienso que se está perdiendo dinero, porque en la medida en la que el capital es extranjero y el gasto se hace aquí habría que hacer algo para apoyarlo. En este punto, sería bueno decir que pensamos que la nueva orden de la ley del cine busca el encaje entre las ayudas de la administración y la inversión privada. Creo que el ICAA ve con muy buenos ojos este tipo de fórmulas de financiación mediante Agrupaciones de Interés Económico. Lo que está claro es que ya ninguna película comercial puede prescindir de una AIE. Es muy importante cumplir con todos los requisitos que marca la ley, pero también es necesaria una gran seguridad jurídica y que no estemos sujetos a interpretaciones de la ley por parte de Hacienda”.
A451. ¿Podrían comentar algunos de los títulos en los que han participado con esta figura?
P.M: “Hemos trabajado en todo tipo de producciones audiovisuales. En filmes como ‘Nadie quiere la noche’, de Isabel Coixet; películas producidas por Fernando Colomo PC, como ‘La banda Picasso’ o ‘La noche que mi madre mató a mi padre’; también hemos participado en la reciente ‘Perfectos desconocidos’. Tocamos todos los palos, por ejemplo, trabajamos en una de las películas de la saga de ‘Jason Bourne’ que se rodó en España con un presupuesto de varios millones, pero también en documentales con presupuestos muy pequeños de National Geographic o en películas de menos de un millón de euros. “Desde nuestro punto de vista, la Agrupación de Interés Económico, sea de 100.000 euros o de 20 millones de euros, requiere asesoramiento legal. Al año solemos trabajar en un número de películas que está entre nueve y 15. En 2017 fueron 15, y para este año va a ser más. Es posible que activas pueda haber 50 cada año siguiendo todo el proceso. Unos cerramos y otros estamos atendiendo a las nuevas. Somos nueve personas trabajando en esto en Andersen y vamos a incorporar más personal. Incluso en muchas de estas producciones que se solapan coinciden actores y otros profesionales, es una realidad del sector”.
A451: En definitiva, ¿Qué ventajas fundamentales ofrece la creación de una AIE para la producción audiovisual?
P.M: “La primera ventaja de una AIE es su valor para financiar la película, cubre como mínimo el 25 por ciento del coste de producción, hasta el 43 por ciento de media si es en Canarias. Ahora hay que saber que para obtener ese 25 por ciento hay que tener claro desde el principio que vas a financiar la película mediante este sistema”.
A451: ¿Lo ideal sería crear una AIE por cada película?
M.K: “Nosotros recomendamos que se haga una AIE nueva por cada película. Solo podría mantenerse la misma en el caso que sea el mismo productor, la misma fecha de calificación y cuente con los mismos inversores. Porque creemos que si no es así, una película puede contaminar a la otra. Es decir si una película genera incertidumbre a un inversor, puede perjudicar otra película que nada tiene que ver. No merece la pena reutilizarlas”.
Buenas tardes. Tengo clientes directos que necesitan financiación.
desde los 35.000 euros hasta los 7 millones de euros.
incluso 80 millones para Cine y obras de arte de primer orden.
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