De manos del maestro de la narración Guillermo del Toro llega la película ‘La forma del agua’, un sobrenatural cuento de hadas que, con el telón de fondo de la Guerra Fría, transcurre en Norteamérica alrededor del año 1962. En el oculto laboratorio gubernamental de alta seguridad donde trabaja, la solitaria Elisa (Sally Hawkins) se halla atrapada en una vida regida por el aislamiento. La vida de Elisa cambia para siempre cuando, junto con su compañera Zelda (Octavia Spencer), descubre un experimento clasificado como secreto.
En un laboratorio secreto del gobierno, en plena Guerra Fría, estalla una proeza de imaginación visualmente deslumbrante y emocionalmente osada. El gran maestro de la narración audiovisual Guillermo Del Toro lanza un sobrenatural hechizo con la forma del agua, fusionando el conmovedor y emocional patetismo de un género con tanta tradición como las clásicas películas de monstruos con el más luctuoso cine negro, mezclando posteriormente la pasión de una historia de amor que no se parece a ninguna para explorar las fantasías con las que todos flirteamos, los misterios que no podemos controlar y las monstruosidades a las que debemos enfrentarnos.
Del Toro comienza su cuento sumergiéndonos bajo el agua. A partir de ahí, todo el filme se convierte en un acto de inmersión asfixiante, zambullendo al público en un mundo de los años 60 lleno de elementos que nos resultan muy reconocibles –poder violencia, intolerancia, así como soledad, determinación y sorprendentes y emocionantes conexiones– y una extraordinaria criatura que no identificamos en absoluto. Un inexplicable “activo” biológico del Gobierno de Estados Unidos, una mujer de la limpieza muda, sus mejores amigos, espías soviéticos y un audaz robo, todo ello desemboca en un singular romance que excede los límites más inconcebibles.
Este ser anfibio, envuelto en el misterio, no sólo ha sido arrastrado desde aguas profundas y oscuras, sino que parece poseer las fundamentales cualidades adaptativas del agua, tomando la forma física de cada humano con el que se topa, y replicando también tanto la agresividad como el insondable amor.
Dentro de la narrativa audiovisual de Del Toro, temas como el bien y del mal, la inocencia y el peligro, lo histórico y lo eterno, la belleza y la monstruosidad, se entrelazan unos con otros, revelando que ninguna oscuridad puede vencer totalmente a la luz. Del Toro sintetiza: “Me gusta hacer películas que sean liberadoras, que digan que está bien ser quien eres, y parece que en este momento concreto esto resulta muy pertinente”. También era absolutamente primordial contar con un extraordinario grupo de actores.
Para Del Toro, la pasión por cautivar y, simultáneamente, lograr la aprobación del público se remonta a mucho tiempo atrás. Natural de Guadalajara, México, Del Toro se nutrió desde la infancia de la infinitud de misterios que pueblan historias de fantasmas, películas de monstruos y leyendas, lo que exacerbó su particular y extremadamente imaginativo mundo fantástico. Cuando Del Toro comenzó a escribir y dirigir películas, todas estas influencias confluyeron dando lugar a su propio y visceralmente expresivo estilo visual, uno que parecía conectar directamente con la psique humana.
Dirección: Guillermo del Toro.
Año: Estados Unidos, 2017.
Reparto: Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Stuhlbarg y Octavia Spencer.
Producción: Guillermo del Toro, P.G.A. y J. Miles Dale, P.G.A.
Distribución: Hispano Fox Films.
Estreno: 16 de febrero de 2018.