Uno de los pocos premios técnicos de la pasada edición de los Goya que no fue a parar a ‘Las brujas de Zugarramurdi’ fue el de mejor fotografía, que recayó en Pau Esteve por su magnífico trabajo en ‘Caníbal’. Este fue además el único galardón que consiguió el filme de Manuel Martín Cuenca, de los ocho a los que optaba.
El impactante trabajo de iluminación de Esteve tiene su principal explicación en el tono elegido para la película: “A la hora de acometer el trabajo de iluminación, Manuel Martín Cuenca siempre me decía que ‘Caníbal’ era ante todo una historia de amor, que huyese de lo truculento, de su parte más negra. Primaba la historia de amor por encima de todo. A partir de estas premisas intenté sacar la película de este mundo oscuro”, comentó Esteve a Audiovisual451, tras recoger su primer Goya.
En ‘Caníbal’, uno de los elementos fundamentales para mantener el pulso de la historia y hacerla creíble era la interpretación de los actores, como corrobora el propio director de fotografía y sendas nominaciones a los Goya para Antonio de la Torre (Actor Protagonista) y Olimpia Melinte (Actriz Revelación: “Para el director lo más importante eran los actores, por esa razón no podíamos poner marcas, los actores tenían total libertad de movimiento. Yo decidía el plano con Manolo (Martín Cuenca) y a partir de ahí debía seguir el movimiento de los actores, adaptándonos a cada situación”, explica el director de fotografía.
En cuanto a la postproducción de la imagen, Esteve reconoce que nunca había trabajado con Lustre y ha sido una gran experiencia, “a nivel de color la película se toco poco, pero trabajamos mucho las reservas”, apunta. La película producida por La Loma Blanca P.C. (Alejandro Hernández y Manuel Martín Cuenca), Mod Producciones (Fernando Bovaira y Simón de Santiago), CTB Film Company, Libra Films y Luminor fue rodada con una cámara Arri Alexa Plus 4:3, con lentes anamórficas Hawk, serie C, sin embargo Pau Esteve no tiene especial predilección por los rodajes digitales: “Acabo de rodar ahora una película en 16 mm. Y en mi opinión, la diferencia fundamental con la captación digital reside en la magia que aporta el soporte fotoquímico. Aunque controles mucho el rodaje, nunca sabes muy bien lo que te vas a encontrar, lo intuyes y al final siempre lo consigues, pero tiene que pasar un tiempo hasta que lo puedes revisar. Sin embargo, con las cámaras digitales ya sabes que es lo que has rodado, ves al momento como queda, en el set”, aclara.
De hecho, en opinión de Esteve, los rodajes con cámaras digitales en ocasiones dan lugar a situaciones poco deseables: “Uno de los inconvenientes que observo en el rodaje con cámaras digitales es que, como puedes hacer muchas más tomas, notas que hay una cierta relajación y eso no es bueno. Además, almacenar gigas y gigas en discos duros también cuesta dinero”. Tras triunfar en los Goya, el próximo 24 de febrero, Pau Esteve parte hacia Londres con el fin de comenzar el rodaje de una película, como miembro de la segunda unidad, mientras que en España está intentando levantar otro proyecto propio.