‘La quinta ola’ está basada en las novelas superventas de Rick Yancey. La primera de ellas, homónima con la película que se estrena el próximo 29 de enero, se publicó en 2013. Le siguió ‘El mar infinito’ y el tercer volumen, ‘La última estrella’, verá la luz en mayo de este año 2016.
Producen esta película Tobey Maguire, Graham King, Matthew Plouffe y Lynn Harris, con J Blakeson (‘La desaparición de Alice Creed’) en la dirección y un reparto formado por Chloë Grace Moretz, Nick Robinson, Ron Livingston, Maggie Siff, Alex Roe, Maria Bello, Maika Monroe y Liev Schreiber.
Una de las razones de la popularidad del libro es la forma que tiene de pasar de la ficción juvenil a la ficción adulta, y de la ciencia ficción a la ficción general. El autor de la obra, Rick Yancey, señala que el libro se centra en temas universales que todos tenemos que afrontar. “Todos mis libros, no solo ‘La 5ª ola’, tratan sobre aquello que nos hace humanos”, comenta Yancey. “Lo que verdaderamente me atraía de esta historia era que, cuando te lo quitan todo, ¿qué es lo que nos queda? ¿Qué es lo más importante? En el siglo XXI, nos rodeamos de tantos accesorios, con tanta tecnología, que nos aleja otro paso más de la conexión humana. En ‘La 5ª ola’, nos quitan todas esas cosas y cada personaje lo afronta a su manera, ¿cómo me enfrento a este nuevo mundo? ¿Cuáles son las cosas que verdaderamente importan? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar para tener todas esas cosas? Además, es un thriller, una historia de supervivencia, una historia de gente que intenta prevalecer, aunque ello sea prácticamente imposible, y también es una historia de amor, sobre el amor en todas sus variantes”.
Acerca de los efectos visuales y las localizaciones
La película cuenta con elaboradas secuencias de efectos pero, según señala el supervisor de efectos visuales Scott Stokdyk, se concibieron todas ellas en consonancia con la escala de la historia. “Hoy día, no hay límite en cuanto a lo grandes que se pueden hacer los efectos modernos y hubo momentos, durante la preproducción, en los que podría haberme sentido tentado de ir haciéndolos cada vez más grandes. Pero la visión de J es contar una historia personal”, apunta Stokdyk. “Ajusté mis objetivos de efectos visuales para que desempeñaran un papel más de apoyo en esta película. Tenemos un enorme tsunami espectacular y tenemos localizaciones de todo el mundo, pero la filosofía de los efectos es poner a los actores en peligro de una forma muy íntima”.
Esa filosofía de mostrar sofisticados efectos especiales de escala global según afectan a los distintos personajes puede apreciarse mejor en la secuencia del terremoto/tsunami, una de las secuencias de efectos visuales más importantes del filme. “Con la segunda ola, los alienígenas arrasan el mundo al causar terremotos que, a su vez, causan tsunamis por todo el planeta”, explica Stokdyk. “La secuencia del tsunami ayuda a J a contar la historia de este acontecimiento mundial –tenemos enormes planos de efectos en Nueva York, Florida y Londres– pero también destruye el barrio de Cassie. J decidió contrastar los impresionantes efectos del tsunami con una escena más contenida de terremoto, utilizando principalmente efectos prácticos alrededor de Cassie y Sam en el bosque. Los retoques visuales realizados a esta escena fueron más sutiles y en consonancia con la escala de las imágenes”.
“Derribábamos árboles alrededor de nuestros protagonistas y uno de esos árboles tenía incluso que aplastar su coche”, recuerda David Waine, coordinador de efectos especiales del filme. “Lo conseguimos de manera segura colocando una serie de puntos de anclaje en el suelo y utilizándolos luego para asegurar los árboles, que podíamos entonces dejar caer en el momento oportuno”.
Los efectos de las distintas olas exigieron al equipo de diseño de producción decorar la calle de los Sullivan de varias formas –pretsunami, postsunami y posgripe– todo en una zona residencial en la que vive gente. En una secuencia, una hora después del tsunami, está fluyendo agua por la calle; en otra, tras el virus, todo se ha secado y las casas están cerradas con tablones de madera. Lo que hizo que resultara complicado, según el diseñador de producción Jon Billington, es que los planos postsunami y posgripe se realizaron todos en el mismo día de rodaje. Consiguieron hacerlo gracias a la magia del cine y a un uso muy cuidadoso de los ángulos de cámara.
Cuando la familia Sullivan emprende la huida, encuentra cobijo en un campo de refugiados. El equipo de producción descubrió la localización que necesitaba para esta secuencia en Camp Calvin, a las afueras de Atlanta. “Ocupamos un enorme campo vacío y montamos un montón de tiendas y una piscina con un trampolín”, recuerda el director artístico A. Todd Holland. “El trampolín les sirve de atalaya. La estructura tenía un poco de estilo y era un elemento central de la acción, y también conseguimos algunos buenos reflejos de la piscina”.
Cuando los Sullivan se separan, Cassie –por su cuenta y tratando desesperadamente de reunirse con su hermano– debe cruzar una autopista, pero en ese momento le disparan, y luego la rescata Evan Walker. Para esta secuencia, el departamento de localizaciones trabajó con representantes del condado, del municipio y del Departamento de Transportes para conseguir los permisos y la cooperación necesaria para cortar la carretera de Joe Frank Harris y el camino de Red Top Mountain, en Cartersville, Georgia.
“La autopista del francotirador era evidentemente un día importante para nosotros porque teníamos que cortar ambos carriles de dos autopistas para conseguir nuestra secuencia. En un primer momento, teníamos previsto rodar durante dos días pero, al llegar el primer día, nos dimos cuenta de que se iba a pasar el día siguiente entero lloviendo… por lo que ese día se perdería por completo”, aporta Blakeson. “Decidimos darnos toda la prisa posible el primer día y sacar todo lo que pudiéramos en un día”.
“Fue un día muy duro para Chloë, porque le pegan un tiro a Cassie y tiene un momento muy emotivo, en el que cree que va a morir atrapada bajo un coche, y que le ha fallado a su hermano. Las emociones cubren todo el espectro”, prosigue Blakeson. “También fue un día gordo para el departamento artístico, porque hay toda una autopista llena de coches abandonados. Tuvimos que pasar directamente de un momento de acción emocionante a escenas muy emotivas y sentidas. Pero todo el mundo puso de su parte y me encanta la secuencia. Las condiciones hicieron aflorar lo mejor de todos”.
Dos meses antes del rodaje, el equipo de producción empezó a planificar la secuencia en una maqueta de sobremesa del intercambiador real, con coches de juguete y todo; más adelante, tres días antes del rodaje, el equipo empezó a ensayar la secuencia con los coches de tamaño real que se utilizarían en la misma.
El responsable de transportes Doug Wright explica: “Toda la operación exigía una precisión militar para conseguir que todo –coches y decoración– estuviera listo para cuando saliera el sol. 50 de los coches eran nuestros, alquilamos 60 más e hicimos que 30 extras vinieran con coches, y 14 conductores los colocaran todos, todo ello a la vez que el departamento artístico hacía su labor”. Sirviéndose de pintura y de un producto especial, el departamento artístico se encargó de envejecer los coches y el propio Jon Billington se dedicó a ir, a oscuras, rompiendo ventanillas con un martillo.
Para el coche bajo el que se esconde Cassie –para dar vida a una escena emblemática del libro– el equipo de producción se dedicó a ver más de 70 vehículos, antes de decidirse por una camioneta roja y blanca.
Cassie es rescatada entonces por Evan Walker, que la lleva a su casa, en un lugar aislado. El equipo encontró la localización adecuada en una granja centenaria a una hora aproximada de Atlanta.
“Nos lo pasamos muy bien rodando la secuencia en la que Cassie corre por el bosque que hay alrededor de la casa”, recuerda Roe. “Sale corriendo y hace saltar una de las alarmas que ha puesto Evan para atrapar a los Otros. La persigue por el bosque y la atrapa con un placaje de rugby a toda velocidad. Fue muy divertido de rodar, porque teníamos que sincronizarlo a la perfección. Ni siquiera era necesario interpretar de verdad, se trataba más bien de algo puramente físico. Creía que iba a tener que hacerla con la doble de Chloë, pero ella dijo: ‘No, no, no, es cosa mía, yo me ocupo’. Chloë es dura”.