La retrospectiva sobre Muriel Box del 66º Festival de San Sebastián ofrecerá los 28 largometrajes de la cineasta británica

La retrospectiva de la 66 edición del Festival de San Sebastián ofrecerá los 28 largometrajes que Muriel Box (Surrey, Inglaterra, 1905- Londres, 1991) escribió y dirigió. Box se caracterizó a lo largo de toda su obra como escritora y directora, desarrollada entre 1945 y 1964, por tratar temas complejos y prohibidos –como la prostitución, el abuso de menores, el aborto, los hijos ilegítimos o el sexo en la edad adolescente–, de manera muy clarividente y valiente teniendo en cuenta el contexto social y político en el que se produjeron aquellas películas. Su aportación en relación a estas temáticas es fundamental en el cine inglés de los años cincuenta y la primera mitad de los sesenta.

Como ocurre con las estadounidenses Dorothy Arzner –objeto de una retrospectiva en el Festival de San Sebastián de 2014– e Ida Lupino, la revisión actual de su filmografía parece esencial para establecer un discurso feminista y una reivindicación del importante papel de las realizadoras en distintos contextos y cinematografías. Pese a gozar de un cierto prestigio cinéfilo, son pocos los estudios sobre su obra y apenas aparece reseñada en las historias generales del cine.

Muriel Box responde además al canon del cine independiente a pesar de trabajar con temáticas propias de los géneros clásicos y populares, como el melodrama, la comedia, el policíaco o el cine de época. Su obra como directora queda inscrita en un periodo de cambios en el cine británico, el de las comedias de la productora Ealing, la obra de otros independientes como Michael Powell y Emeric Pressburger y el nacimiento de la práctica documental crítica que derivaría en el Free Cinema.

Nacida el 22 de septiembre de 1905 en New Malden (Surrey, Inglaterra), con el nombre de Violette Muriel Baker, comenzó en el cine como script. En 1935 contrajo matrimonio con el escritor Sydney Box, con quien crearía cinco años después Verity Films, una productora destinada a financiar cortos de propaganda bélica durante la segunda guerra mundial. La hermana de Sydney, Betty Box –una de las productoras inglesas más influyentes de los cincuenta–, colaboró con ellos. Muriel realizó para Verity el corto ‘The English Inn’ (1941).

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Escribió varias obras de teatro con su marido destinadas a compañías amateurs. Cuando después de la guerra Sydney se convirtió en el director de Gainsborough Pictures, Muriel pasó a ser la responsable del departamento de guiones y codirigió ‘The Lost People’ (1949), un drama de posguerra iniciado por Bernard Knowles y que ella completó en el sesenta por ciento de metraje, cuya acción se desarrolla en un teatro alemán donde dos soldados británicos custodian a varios refugiados.

En 1951, Sydney creó la compañía London Independent Producers, en la que Muriel pudo acometer argumentos que entonces no estaban bien vistos ni en el cine ni en la sociedad británica, casi siempre con guiones escritos por ella y su esposo. Lo hizo a partir de una mezcla entre mirada autoral y cine de género, y ese resulta uno de sus rasgos principales. Aunque gozó de ciertos privilegios, tuvo que enfrentarse a los prejuicios masculinos e incluso femeninos de la industria cinematográfica: un año antes, la actriz Jean Simmons presionó para que no fuera la directora de ‘So Long at the Fair’ (Extraño suceso, 1950), dirigida finalmente por Terence Fisher y Anthony Darnborough. Muriel Box ha sido definida como una directora que se desanimaba fácilmente pero que era, a la vez, tenazmente ambiciosa.

Dirigió 14 largometrajes entre 1949 y 1964 –además de un cortometraje–, de entre los que destacan sus peculiares comedias románticas en torno a la guerra de sexos: ‘To Dorothy a Son’ (Herencia contra reloj, 1954), interpretada por Shelley Winters y centrada en las tribulaciones de varios personajes para cobrar una herencia; ‘Simon and Laura’ (1955), con Peter Finch y Kay Kendall en los papeles de una pareja de actores de la vida real que se convierten en protagonistas de un programa de la BBC; ‘The Passionate Stranger’ (1957), con Ralph Richardson como el chófer que tiene una idea equivocada de su jefa, Margaret Leighton, después de leer la novela erótica que ha escrito ella; ‘The Truth About Women’ (1957), en la que el personaje encarnado por Laurence Harvey revive sus coloristas y exóticas historias de amor en distintos continentes, y ‘Rattle of a Simple Man’ (1964), el último film de la directora, en el que narra la relación entre un hincha de fútbol muy introvertido y una prostituta.

Brilló igualmente en el drama, con títulos como ‘The Beachcomber’ (El vagabundo de las islas,1954), adaptación de una obra clásica de W. Somerset Maugham sobre alcohol, religión, puritanismo y epidemias; ‘This Other Eden’ (1959), en el que afrontó el tema irlandés al relatar las tensiones en una pequeña ciudad donde se quiere erigir una estatua a un miembro del IRA, y ‘Too Young to Love’ (1960), una historia de prostitución de menores y aborto ambientada en un juzgado estadounidense y con Thomas Mitchell como el veterano juez. También rodó curiosos relatos criminales: ‘Street Corner’ (1953), de estilo semidocumental y sobre el trabajo diario de una mujer policía; ‘Eyewitness’ (Testigo en peligro, 1956), centrado en una mujer que presencia un asesinato en un cine, es atropellada por un autobús y acosada después en el hospital por los criminales, y ‘Subway in the Sky'(1959), ambientado en el Berlín de posguerra y protagonizado por Van Johnson y Hildegarde Knef.

En 1946, Muriel ganó el Oscar al mejor guión original por ‘The Seventh Veil’ (El séptimo velo), filme realizado por Compton Bennett y escrito en colaboración con su esposo. Fue la segunda mujer en obtener un Oscar al mejor guión después de Frances Marion, que lo había ganado dos veces, en 1930 y 1932. Antes de pasar a la realización participó como guionista o productora en películas de Terence Fisher, Compton Bennett y David MacDonald, entre otros directores británicos ilustres de los años cuarenta y cincuenta.

El ciclo se completará con la publicación de un libro sobre la directora y guionista, coordinado por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte y que cuenta con artículos de Rachel Cooke, Hanna McGill, Eulàlia Iglesias y Carlos Losilla, entre otros autores.

La retrospectiva está organizada conjuntamente con Filmoteca Española y cuenta con la colaboración del Festival Lumière de Lyon, la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura, la Filmoteca Vasca y el Museo San Telmo. Después de su proyección en el Festival de San Sebastián, la retrospectiva podrá verse en Filmoteca Española, en Madrid, en el Festival Lumière, en Lyon, y en la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura durante los meses de octubre y noviembre.

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