Cuando en cualquier foro audiovisual se escucha la palabra financiación, todos los presentes atienden con las orejas tiesas y los ojos bien abiertos. En esta industria, como en todas, es la piedra angular alrededor de lo que gira todo, que ocupa, preocupa y desespera a partes iguales. El éxito o el fracaso dependen de esta palabra.
En el mundo del cine periódicamente entran nuevos agentes y salen otros o incluso se reconvierten, pero la realidad es que el modelo de financiación tradicional está muy consolidado, al menos en lo básico, con ayudas públicas, inversión privada a través de incentivos fiscales, ventas a televisiones, plataformas de streaming y también posibles ventas internacionales. Puede haber otras fuentes de financiación marginales y otras fórmulas para levantar una obra audiovisual e incluso se puede prescindir de todas ellas, pero las alternativas están bastante claras.
Quizá el panorama vuelva a cambiar próximamente, porque en los últimos tiempos han empezado a surgir movimientos sobre la financiación de obras audiovisuales a través de otros métodos menos convencionales, que son a veces más comprensibles para un experto informático que para un especialista financiero. Todos estos nuevos caminos conducen a la tecnología Blockchain, como la gran “notaría digital” para el registro de transacciones seguras.
Y el otro gran concepto que surge en este novedoso modelo es el de NFT (Non -Fungible Token), un activo digital único e irrepetible que ha acaparado fama, para bien y para mal, sobre todo en el mercado del arte.
En los últimos años grandes estudios norteamericanos como Disney, Lionsgate, Warner Bros. Discovery, Paramount y Universal Pictures han empezado a trabajar con esta nueva tecnología, lanzando colecciones de NFTs (en castellano “Token No Fungible”) de sagas audiovisuales tanto de películas (‘Saw’, ‘Matrix’, ‘Top Gun) como series (‘The Walking Dead’, ‘Juego de tronos’).
Ahora la tecnología de NFTs ha llegado también a la producción audiovisual como fuente de financiación, sí, otra más, muy diferente y quizá no válida para todos los proyectos, pero al fin y al cabo una alternativa más.
Además de las criptomonedas en las que se basa esta tecnología Blockchain, hay muchos usos que pueden ser aplicados por cualquier empresa. “Dentro de estas soluciones hay dos básicas, por un lado, ofrece la descentralización y seguridad en los datos, lo que es muy útil para cosas como certificados, acreditaciones, identidades digitales… Todo esto es más fácil con la tecnología Blockchain. La segunda es la ‘tokenización’, es decir, presentar en el mundo digital cosas de la economía real como pagos a través de criptomonedas y otras cosas como los ‘tokens no fungibles’, que son los denominados NFTs”, explica Luis Carbajo, CEO de la compañía Vottun, que permite construir soluciones Web3 sin necesidad de conocimientos previos en tecnología blockchain.
En muchos casos, se trata de una nueva fuente de financiación indescifrable para los productores, a la que dan la espalda por desconocimiento o porque no la ven como una herramienta válida para sus propuestas más ambiciosas. La realidad es que, una vez que se investiga un poco, tampoco es tan diferente a un crowdfunding, eso sí, sería una campaña de micromecenazgo mejorada, “con esteroides”, tal y como la define Carbajo. En Audiovisual451 hemos intentado poner un poco de luz a esta novedosa herramienta financiera aplicada ahora al sector audiovisual.
“El modelo al final es parecido al crowdfunding, pero bajo mi punto de vista mejor, porque en el crowdfunding tradicional los mecenas tienen muy claro que hacen una donación a fondo perdido y tienen alguna recompensa en señal de agradecimiento. Con los NFTs, aunque tengan limitaciones y no sea una inversión como tal en la película, recibes un NFT que tiene un valor y, en cierto modo, representa la inversión que el mecenas ha hecho en la película. Es un activo digital que tiene en su propiedad y que puede revender. Incluso con este NFT se puede recuperar la inversión o una parte de ella”, reconoce el español Miguel Faus, el director del primer largometraje europeo financiado con tecnología Blockchain: ‘Calladita’.
Carbajo abunda en esta teoría de la financiación audiovisual a través de NFTs como un crowdfunding vitaminado: “Puede explicarse como un crowdfunding con un valor añadido, porque, como tienes la propiedad, es como si te dieran un título. Como todo está en digital es muy fácil de transferir y se puede vender y comprar de manera muy sencilla. Es un crowdfunding pero del que se puede sacar luego un beneficio porque se puede vender el coleccionable. Genera nuevos ingresos que la mayoría de los estudios o productoras todavía no están utilizando como fuente de financiación, sino más bien para sacar ingresos adicionales de películas ya hechas, pero también podría usarse para financiarlas directamente, como es el caso de ‘Calladita. Yo creo que incluso con los años será posible que los que adquieren estos NFTs participen en los beneficios de la película. Mejora el crowdfundig tradicional.”
Otro ejemplo de atrevidos con esta nueva vía de financiación es la española afincada en Los Ángeles, Mireia Vilanova, una de las productoras de la película de Julie Pacino de ‘I Live Here Now’, también financiada con NFTs. De hecho, se trata del primer largometraje de la historia que ha elegido este sistema de financiación. Para Vilanova, la financiación mediante NFTs es también una clara evolución de lo que conocemos como crowdfunding tradicional y en el caso de ‘I Live Here Now’ ha permitido a los coleccionistas incluso ser partícipes del proceso de creación de la película mediante múltiples “town halls” con Julie Pacino, la directora, guionista y productora de la película (además de hija de Al Pacino).
Tirando del hilo
Todo empezó el verano pasado, con el anuncio del rodaje de ‘Calladita’, primer largometraje de Miguel Faus (‘La muerte de Don Quijote’), basado en su cortometraje homónimo. Aunque en Audiovisual451 teníamos conocimiento de la tecnología Blockchain, es cierto que sin entenderla demasiado ni profundizar demasiado en ella, nos sorprendió el hecho de que la financiación de este filme estuviera basada al cien por cien en una campaña de NFTs, creada por el propio Faus y, que, por ende, se tratase además del primer filme europeo y, por tanto, español, financiado mediante este modelo.
“Me metí de lleno en el mundo de los NFTs, a coleccionar, a invertir y a entrar en contacto con esta comunidad creciente en todo el mundo. Es entonces cuando me surge la idea de financiar la película a través de NFTs, diseñando un modelo tipo crowdfunding”, comenta el director de ‘Calladita’, cuyo corto previo se estrenó en el Festival de Málaga y participó en diversos festivales internacionales, incluyendo el Palm Springs ShortFest y el London Short Film Festival.
Irremediablemente, ‘Calladita’ condujo al primer largometraje del mundo financiado con NFTs, el mencionado filme de la hija del popular actor protagonista de ‘El Padrino’ y tirando de este hilo hemos conseguido entender mejor estos procesos que, insistimos, están en una etapa inicial y no se sabe realmente hasta donde llegarán, tampoco si su utilidad es transversal actualmente. “El presupuesto de ‘Calladita’ es pequeño, imagino que con una película de cinco millones de euros, si quisiéramos financiarla con este modelo sería muy complicado. Este mercado es muy pequeño de momento y es casi imposible venderle a alguien su primer NFT”, argumenta Faus para corroborar esta tesis.
‘Calladita’: el dinero empieza a fluir
El proceso de financiación de ‘Calladita’ comienza con ese exitoso cortometraje homónimo, rodado en 2018 y que se estrenó en 2019, que tuvo un buen recorrido por festivales y desde entonces, Faus ha estado trabajando para convertir esta historia en su primer largometraje.
“Al principio intenté levantar el largo por las vías tradicionales pero no funcionó y entonces empecé buscar otras alternativas de financiación, ahí surge la posibilidad de los NFTs. No es que yo estuviese buscando estas alternativas de financiación y apareciesen los NFTs, sino que al mismo tiempo que intentaba financiar la película empecé a explorar este mundo por causalidad. Lo descubrí en Twitter, donde comprobé que había personas que pagaban miles de dólares por fotos de gatitos. Me picó la curiosidad y empecé a investigar más a fondo, leí mucho sobre Blockchain y propiedad digital y quedé fascinado con la propuesta de crear un nuevo Internet gracias a la propiedad digital, donde los creadores y los artistas estén mejor recompensados por sus trabajos”, explica Faus.
‘Calladita’ está producida además de por el propio Miguel Faus, por Ignacio Delgado (Saint Denis) y Carlo D’Ursi (Potenza Produccions). A pesar de su singularidad, la película cuenta con un gran reparto encabezado por Ariadna Gil y Luis Bermejo, acompañados por Paula Grimaldo, protagonista del cortometraje en el que se basa el largometraje. Completan el reparto, Pol Hermoso, Violeta Rodríguez, Anais Tovar, Jesús Rubio y Eduard Torres.
Con la campaña de NFTs de ‘Calladita’, Faus ha conseguido reunir nada más y nada menos 750.000 euros y no está cerrada toda la financiación. Cuando Audiovisual451 habló con el cineasta, a principios de año, todavía era posible hacerse con uno de los activos digitales de la colección, aunque hace unos días la situación ha dado un nuevo vuelco con el Premio Andrews/Bernard impulsado por el director Steven Soderbergh y la plataforma Decentralized Pictures. Este galardón proporciona a sus ganadores 300.000 dólares en fondos (distribuidos en tres rondas diferentes de 100.000 dólares cada una) para la finalización de películas y cortometrajes considerados notables, para un máximo de tres cineastas. Es decir, otros 100.000 dólares apuntalan ahora la financiación de ‘Calladita’.
Al proyecto se han unido también figuras del negocio del entretenimiento mundial como la mencionada Julie Pacino, que se convirtió en asesora del proyecto de Faus, y el actor y director estadounidense Jim Cummings. Asimismo, Mike Judge, creador de la serie ‘Beavis and Butt-Head’, o el fotógrafo Justin Aversano, también participaron en la campaña de NFTs, al igual que rapero estadounidense Snoop Dogg, que parece que a través del alias Cozomo de Medici ha comprado participaciones de la película.
“La comunidad NFT se mueve sobre todo a través de redes sociales. En el caso de Julie Pacino ha sido la primera persona que ha financiado un largometraje de ficción a través de NFTs. Yo la conocí cuando ella lanzó su proyecto en enero de 2022 y yo estaba a punto de lanzar la campaña de ‘Calladita’, hicimos algunas videollamadas y le propuse entonces sumarse como asesora del proyecto. El resto, como por ejemplo el fotógrafo Justin Aversano simplemente descubrió el proyecto y compró algunos NFTs. En el caso de Snoop Dogg, es un poco gracioso, porque es una cuenta alternativa con el alias Cozomo de Medici. En realidad es anónimo, pero en un momento puntual, cuando se hablaba de que detrás de esa cuenta había alguien famoso, Snoop Dogg tuiteó en su cuenta personal que era él. De todos modos, no está claro del todo. El caso que es que este coleccionista llamado Cozomo de Medici compró NFTs de ‘Calladita’”, puntualiza Faus
El director empezó a descifrar para nosotros las particularidades de este modelo de financiación similar a un crowdfunding, sin el cual asegura que ‘Calladita’ no existiría como largometraje: “En el caso de ‘Calladita’ lanzamos 2.400 NFTs, que son fotogramas del cortometraje y también algunos vídeos, donde cada plano individual también es un NFT en formato vídeo. El corto tiene 92 planos en montaje, eso significa que hay 92 NFTs en vídeo y de cada uno de esos 92 planos se sacan 25 still-frames únicos.”
Las cuentas son claras: 92 por 25 equivale a 2.300 fotogramas que son el nivel más básico de compromiso. Luego hay otros NFTs de material adicional que se fueron rodando mientras se preparaba el largo y cada nivel tiene un precio. “Cuando subes de nivel, hay menos NFTs y por tanto es más valioso y se obtienen mayores recompensas. Por ejemplo, los de nivel más alto reciben crédito como productor asociado y estaban invitados al rodaje. En el nivel más bajo reciben el NFT, agradecimiento en los créditos y un link para ver la película cuando esté disponible”, cuenta Faus.
Y todo depende del valor de la criptomoneda Ethereum en ese momento: “Es difícil hablar de unos precios concretos, porque fluctúan con el valor de Ethereum. Cuando lo lanzamos, el más bajo costaba unos 500 dólares y el más alto unos 20.000. En la campaña de ‘Calladita’ se han agotado todos menos los NFTs del nivel más básico, pero ahora el nivel más alto costaría unos 8.500 dólares y el más barato algo más de 200”, aclara el director.
Carbajo es más preciso en sus explicaciones: “No exactamente están basados en el valor de una cripto. Los NFTs son ‘tokens’, como un título de propiedad de algo que tú registras en un notario digital que es la Blockchain. Para hacer ese registro hay diferentes tipos de Blockchain, cono si hubiera distintas “notarías”, por así decirlo. Para este tipo de desarrollos lo más habitual es Ethereum pero para entendernos, los costes de registro en la “notaría” Ethereum suelen ser altos. Pero puedes ir a otra “notaría” más modesta como Avalanche, Polygon… La tecnología es la misma en todas, el tipo de NFTs es igual, pero estas últimas no tienen el pedigrí de Ethereum, por así decirlo. Hay a quien le da igual, porque tecnológicamente es lo mismo, pero hay otros casos sobre todo en el mundo del arte digital que prefiere tener el registro de esos NFTs en la mejor “notaría”, que es Ethereum. El valor no lo determina Blockchain, pero dependiendo de dónde haces el registro de la operación es más o menos caro. En Ethereum te puede costar entre 10 euros y 80 euros, incluso más, mientras que algunos céntimos o un euro en otras blockchain más baratas.”
De lo que no hay duda es que el 50 por ciento de los posibles beneficios de la película de Faus se podrán en un bote común, una denominada DAO, una Organización Autónoma Descentralizada, que básicamente funciona como un fondo de inversión y todos los propietarios de NFTs de ‘Calladita’ pueden votar sobre qué hacer con esa tesorería. “Se puede votar si financiar mi segundo largometraje o cortometrajes de otros cineastas emergentes… lo que consideren”, asegura el director, guionista y productor de ‘Calladita’.
Faus apunta, que en cualquier caso, lo importante no es el archivo concreto físico sino tener la propiedad del NFT, que se puede volver a comercializar o hacer lo que se quiera con ella, aunque con límites, claro, porque no hablamos de activos de inversión regulados, eso hay que dejarlo muy claro. “Los que compran los NFTs no se convierten en productores al uso, tal y como los conocemos. Nosotros no podemos ofrecer a los compradores de NFTs una participación directa en los beneficios de la película porque esto significaría que estamos vendiendo un activo de inversión y eso necesita una serie de regulaciones. No se permite que se pueda poner a la venta en Internet para cualquiera que lo pueda o quiera comprar. Para hacer eso, habría que seguir unos pasos, como acreditar quién es el inversor, se tiene que publicar un folleto en la CNMV… es muy complicado”, clarifica el propio impulsor de la campaña.
Actualmente, ‘Calladita’ se encuentra en postproducción, con el montaje ya muy avanzado. “Nuestra idea sería terminarla sobre el mes de marzo. Nos gustaría estrenarla en un festival internacional este mismo año. Veremos”, manifiesta Faus que insiste en recalcar que quizá no sea un modelo sostenible para muchos cineastas, aunque él está más que dispuesto a seguir explorando este modelo de financiación en el que cree que se pueden mejorar muchas cosas aún:
“Para el siguiente proyecto me gustaría encontrar la fórmula para que los que adquieren los NFTs sí que se conviertan en inversores reales de la película y que tengan una participación directa en los beneficios de la película. Creo que si conseguimos esto, será mucho más atractivo para mucha más gente. Más allá de eso, tengo la suerte de haber empezado pronto y tener un cierto reconocimiento como uno de los pioneros en este mundo y si puedo aprovechar eso para financiar mis próximas películas, realmente me gustaría mucho. También me gustaría crecer con la comunidad de unas 500 personas que me ha apoyado, que han apostado por ‘Calladita’ y están orgullosos de ello.”
Los obstáculos de las novedades
La novedad de este sistema de financiación y el desconocimiento de su funcionamiento interno por parte de las administraciones es uno de los obstáculos que hay que sortear actualmente y muchas veces no parece sencillo hacerlo: “Hubo una pequeña incertidumbre fiscal. En Hacienda no tenían claro cómo tenían que tributar los NFTs, porque el arte tiene un IVA reducido del 10 por ciento. Finalmente, desde Hacienda sacaron una nota aclaratoria donde decían que no consideraban arte los NFTs, sino que eran venta de servicios digitales y que por tanto tributan al tipo de IVA general del 21 por ciento. Esto nos ha perjudicado bastante, porque tributamos a ese tipo general con todos los NFTs que vendemos, a pesar de que la mayoría de nuestros compradores son extracomunitarios, sobre todo americanos, asiáticos… En realidad, las exportaciones no tributan IVA del 21 por ciento, pero como en la Blockchain todo es anónimo y no puedes aportar datos a Hacienda para demostrar que son compradores extracomunitarios, para Hacienda son españoles y hay que tributar al 21 por ciento. Esta anomalía se ha llevado un pico de todo esto. Hemos pagado más de 150.000 euros de IVA, mientras que en la mayoría de las películas que se hacen en España, una parte importante de su financiación procede del dinero público. Nosotros no hemos contado con ningún tipo de ayuda pública. Es un poco raro todo”, denuncia el director.
También hay que tener claro a quién dirigirse, porque no todo el mundo, ni los fans más furibundos están dispuestos adquirir un activo digital que no acaban de comprender ni saben qué hacer con él. “En realidad, actualmente, hay que enfocarse a gente que ya conoce este mundo y ha adquirido NFTs anteriormente, por eso es un nicho pequeño. Por eso creo que hoy en día hay un límite sobre la liquidez que puedes conseguir. Al ser un nicho de mercado tan pequeño, tiene unos códigos y un lenguaje muy particulares que hay que conocer. Ha habido proyectos con grandes estrellas y marcas importantes detrás que han lanzado campañas y han fracasado porque no conocían este mundo. Pensaban que ya con su audiencia tradicional anterior era suficiente y no es así, porque esos fans no va a comprar NFTs si no conocen ese mundo”, afirma.
De esa misma opinión es el CEO de Vottun, aunque en su opinión quizá eso cambie pronto: “Totalmente de acuerdo. Actualmente, para tener éxito hay que dirigirse a la comunidad NFT establecida para vender este tipo de productos. Pero es que esto acaba de empezar. Sí que hemos visto que, cuando Disney sacó sus primeras colecciones de NFTs fueron comprados por gente de estas comunidades familiarizadas con este mundo NFT y las criptomonedas, pero la tendencia ahora está cambiando. Ahora la palabra NFT creo que se está desechando para desterrar la parte especulativa y ahora se habla de coleccionables digitales, por ejemplo Instagram ha dado de alta este tipo de productos y los denomina coleccionables digitales, no NFTs”.
Por su parte, Vilanova coincide en que con este modelo todo puede cambiar rápidamente y acabar por complicarse para la producción independiente pero insiste en la necesidad de conocer la comunidad Blockchain: “Creo que hay un factor novedoso en esta manera de hacer cine. El caso de ‘I Live Here Now’ es pionero, ya que se trata de la primera película en el mundo financiada con NFTs, pero no sé si a la larga, a no ser que se trate de un proyecto muy único o de un director con recorrido, el camino empezará a complicarse. Hay que tener en cuenta que, a menos que el artista sea muy conocido, no puede esperar simplemente sacar una colección y venderla. Es muy importante estar involucrado en la comunidad Blockchain y crear un tejido”, afirma la productora afincada en Los Ángeles.
Carbajo sí ve indicios de un viraje hacia usuarios más generalistas y menos especializados: “’Juego de tronos’ ha sacado una colección para enganchar con sus aficionados, no necesariamente del mundo NFT y habla igualmente de coleccionables digitales. Creo que se está re-etiquetando precisamente para dar la espalda al mundo especulativo y llegar a más gente. Pero actualmente estoy de acuerdo con Faus, porque hay ciertas cosas de este mundo que el aficionado normal todavía rechaza por desconocimiento. Dentro de unos años se normalizará”, comenta.
No solo superhéroes
‘Calladita’ cuenta la historia de Ana, que acaba de llegar de Colombia y es la empleada doméstica de una lujosa mansión en la Costa Brava. Allí veranea una familia de marchantes de arte. La joven trabaja de sol a sol y sin contrato, bajo la falsa promesa de conseguir condiciones dignas al final del verano, si es discreta y calladita. Cuando gracias a Gisela, la empleada de la casa vecina, descubre sus propias formas de disfrutar del verano, la familia decide despedirla. Pero antes de irse, con el ingenio y astucia que la caracterizan, encontrará la forma de resarcirse detrás de 12 palabras que abren una billetera crypto.
Y en el caso de ‘I Live Here Now’, su historia se centra en una actriz que, desilusionada con las expectativas de Hollywood y su propio cuerpo, se escapa a un hotel aislado cuando descubre que está embarazada. Ahí se da cuenta que los empleados y huéspedes del hotel vigilan todos sus movimientos que el hotel tiene un interés siniestro en su cuerpo mientras va perdiendo poco a poco la cordura.
Dirigida y escrita por Julie Pacino y producido por Mireia Vilanova, Julie Pacino y Aron Meinhardt, ‘I Live Here Now’, como ‘Calladita’, no es precisamente una historia con una marca o unos personajes a priori ideales para lanzar coleccionables digitales, tal y como está haciendo Disney con Marvel y otros productos de su vasto conglomerado. Este perfil independiente y autoral demuestra que la financiación con NFTs es accesible a casi todos los formatos y todas las historias:
“Este tipo de financiación de contenido, permite a creadores o historias, que de manera clásica no hubiesen tenido acceso a fondos, poder realizar sus proyectos. Tras trabajar en Hollywood durante varios años, he podido comprobar como las historias convencionales son las que consiguen financiación más fácilmente o necesitan unos apoyos externos muy grandes (Talento A-list, trayectoria) para que sean posibles, y estos están cambiando constantemente. El cine independiente, y más en este caso siendo una ópera prima, siempre ha tenido que buscar soluciones en los márgenes para poder realizarse”, explica Vilanova.
Los casos de ‘I Live Here Now’ y ‘Calladita’ quizá sean son extremos, dos películas financiadas en su totalidad con coleccionables digitales, pero hay otras posibilidades para seguir rentabilizado los títulos una vez estrenados. Es cierto, que en estos casos, lo ideal es que sean películas que hayan conseguido una gran repercusión entre la audiencia, hasta el punto de haber generado a su alrededor una comunidad de fieles seguidores. Y si es una saga, pues mejor que mejor.
El caso ‘[REC]’
Con motivo del decimoquinto aniversario del estreno de la primera entrega de la saga de terror ‘[REC]’, Filmax decidió adentrarse en este mundo de la tecnología web3 lanzando la colección “[REC] Resurrection”, una edición limitada de coleccionables digitales relacionados con su mítica marca cinematográfica de terror, que incluyen utilidades asociadas a experiencias físicas y digitales para la comunidad. El lanzamiento, con motivo del pasado Festival de Sitges, estuvo formado por coleccionables exclusivos y limitados de figuras hiperrealistas y terroríficas en 3D.
La empresa responsable de hacer realidad la campaña de coleccionables digitales de Filmax ha sido Vottun, que desde hace cuatro años facilita a las empresas tradicionales usar las soluciones Blockchain y desde hace dos trabaja en el mundo NFT. “Los NFTs tienen muchas aplicaciones como las campañas de crowdfunding, pero también se están utilizando mucho para la promoción, coleccionables digitales que dejan de ser especulativos y pasan a ser útiles. Ahora estamos evangelizando sobre qué es este tipo de tecnología y que puede ofrecer a estas empresas tradicionales”, declara Carbajo.
Para Vottun, la experiencia con Filmax ha sido muy interesante, un modelo a seguir: “Ha sido algo exploratorio, ambas partes hemos aprendido mucho y creemos que tiene un gran potencial. En el caso concreto de ‘[REC]’es una película icónica con una gran comunidad de seguidores, que hemos descubierto que estaba dormida. Había grupos que se mantenían en las redes sociales, que seguían hablando de cosas relacionadas con la saga, como de los actores, los directores…”, declara Carbajo.
Según sus responsables, la colección “[REC] Resurrection” ha servido para conectar de nuevo con la audiencia y buscar nuevos modelos de engagement y futuras vías de interés para los aficionados. “La campaña sigue abierta, porque además estos NFTs estaban destinados a los fans de la saga ‘[REC]’, para que después pudieran participar entre ellos en canales de Telegram y Discord y hablar sobre el filme o posibles acciones que se podían poner en marcha. Es un proyecto que se aleja un poco de lo que se está haciendo con NFTs en el audiovisual. Vamos a ver por dónde continúa todo esto, tenemos mucha curiosidad”, cuenta Carbajo que asegura que la acogida de los fans fue muy buena.
En la campaña “[REC] Resurrection” todo giraba alrededor del universo demoniaco de la película, por eso se sacaron un total de 666 NFTs, con un precio de 66 euros cada uno. Además, se hicieron colaboraciones con youtubers y especialistas del cine de género. “Estamos viendo cómo seguir alimentando esta comunidad que ha surgido de ‘[REC]’”, comenta Carbajo.
Esta ha sido la primera experiencia de Vottun en el mercado audiovisual español, pero no es la única. Según ha podido saber Audiovisual451, está en marcha otra campaña para una producción que se estrena en marzo y han firmado un par de acuerdos más con otras productoras españolas, pero están en un estadio muy incipiente. “Insistimos mucho a nuestros clientes que lo importante es el concepto de comunidad. Es un sector muy interesante para nosotros. En Estados Unidos lo tienen clarísimo”, declara Carbajo.
Queda claro que los coleccionables digitales basados en la tecnología Blockchain son una oportunidad de muchas caras. “De la misma manera que se hace merchandising de una película, donde se incluyen posters o fotos de los protagonistas, se están empezando a crear coleccionables digitales, posters digitales, imágenes digitales… que los aficionados a esas películas pueden coleccionar. La diferencia con una imagen digital convencional es que con esta tecnología tú puedes convertir este poster o fotografía en algo único o que solo existen 200 o 500 emitidos por el estudio. Es decir, se da una autenticidad a ese coleccionable que lo hace más valioso. Esto es uno de los casos de uso más populares en el audiovisual, liderado por las grandes productoras norteamericanas que están lanzando este tipo de coleccionables”, reconoce Carbajo.
Sin embargo, parece que no existen límites para este tipo de soluciones, incluso se están utilizando NFTs para proyectos inmobiliarios, “hay promotores que están haciendo proyectos ‘tokenizados’ con pisos. Por ejemplo, un piso lo dividen en cien partes y cada una de esas partes cuesta 1.000 euros. Tú compras las partes que quieras, se pone ese activo en alquiler y tú vas recibiendo gracias a los ‘tokens’ que tú posees la proporción de ese alquiler. Es decir se ha ‘tokenizado’ un piso al que no tenías acceso pero puedes participar en los ingresos. Eso mismo podría aplicarse a una película o a un documental, pides a los fans o a inversores que aporten ese dinero que se cambia por ‘tokens’ y parte de los resultados los puedes derivar a esos inversores de una manera transparente y sencilla. Todo queda registrado y claro en la Blockchain. Auguro que esto va a ir llegando con el tiempo”, dice Carbajo.
Un ejemplo de modelo campaña de NFTs para una película
El responsable de Vottun, junto a Marta Vallés, se centra en el cine para explicar a Audiovisual451 lo que podría ser un modelo tipo: “Es muy sencillo. Una película con un presupuesto de un millón de euros, estimamos que vamos a tener inversores que inviertan mil euros cada uno y hacemos entonces una colección 1.000 NFTs. El productor saca a la venta esos NFTs, los aficionados los compran, uno compra uno, otro compra 50, otro 100… El productor se compromete con ellos a que, cuando salga la película, estos inversores obtendrán una serie de beneficios, conforme mantengan ese NFT consigo. Con ese millón, el productor realiza la película y entre los beneficios que ofrece está, por ejemplo, un sorteo para ir la fiesta del estreno, camisetas firmadas por los actores, o que en los cinco primeros años de explotación de la película, el 10 por ciento de lo obtenido se va a dedicar a estos inversores. Todo lo que haya determinado el productor en cuanto a los beneficios de los NFTs, nosotros lo especificamos en los metadatos del mundo digital, hay cosas offline y otras online. Cuando llega ese momento el productor tendrá esos datos para hacer el sorteo o distribuir el dinero de las plataformas. Si el NFT se vende, el comprador adquiere también los derechos que ofrecía el token”, concluye para explicar este modelo de campaña.
También en el sector de la animación
Ni superhéroes ni cine ‘indie’, el sector de animación por sus características intrínsecas es también ideal para dar rienda suelta a este tipo de experiencias basadas en la tecnología Blockchain. La compañía navarra Dr. Platypus & Ms. Wombat, liderada por Lorena Ares y Carlos F. de Vigo y especializada en animación, VFX y videojuegos, cuenta con un departamento que monitoriza de manera permanente todas las novedades tecnológicas que se pueden aplicar el audiovisual. “Estamos muy pendientes de la Blockchain, la inteligencia artificial, los NFTs… No creemos que haya un cambio de paradigma, pero sí vemos un salto muy relevante para ampliar los modelos de explotación y para generar nuevas experiencias de consumo”, comenta Carlos F. de Vigo.
Hasta el momento el acercamiento de Dr. Platypus & Ms. Wombat a los NFTs ha sido “desde un lado más artístico y experimental”, en concreto, para su cortometraje nominado al Goya ‘Amanece la noche más larga’. El equipo organizó una exposición con códigos QR que, al ser escaneados con un smartphone, permitían a los visitantes ver varios planos del cortometraje, acceder a información artística sobre los mismos y si lo deseaban, entrar en un mercado de NFTs y comprarlos.
“Nuestro cortometraje tiene una base tan artística y artesana que nos pareció interesante llevarla al otro extremo y eso pasó por montar esta exposición basada en NFTs. La titulamos ‘Amanece la noche más larga: del lienzo al NFT’ porque queríamos llevar al público a esa reflexión, de lo analógico a lo digital”, comenta F. de Vigo. Lo recaudado fue donado y, en este caso, no fue parte de la financiación del cortometraje. La exposición, además de reforzar el lanzamiento del cortometraje, sirvió a Dr. Platypus & Ms. Wombat a experimentar con un modelo y unos conceptos que la compañía aplicará en próximas producciones.
“Hemos llegado a la conclusión de que, para nosotros, un NFT tiene sentido dentro de la propia historia que queremos contar, como parte de la experiencia de entretenimiento digital que supone una película de animación o un videojuego. Por ejemplo, creas un personaje y después puedes venderlo para jugar con él en un videojuego y también fabricar un juguete basado en él. Como productor e incluso como usuario, veo muy interesante este planteamiento”, analiza F. de Vigo.
Para el director y productor, es importante tener una seguridad jurídica a la hora de generar NFTs, “hay que tener en cuenta los derechos de autor, de propiedad intelectual… en definitiva, hay que analizar, estudiar, asesorarse bien e incluso experimentar antes de montar un proyecto. Abrir la mente y ser coherente en lo artístico y tecnológico son otras de las actitudes que yo recomendaría para introducirse en el mundo NFT y más allá, pensando también en la inteligencia artificial, por ejemplo.”
Otro ejemplo es el del artista digital y animador Alberto Mielgo, ganador del Oscar por su cortometraje de animación ‘The Windshield Wiper’, que lanzó en 2021 su primera colección de NFTs. El madrileño sacó a subasta dos colecciones en Makersplace, mercado especializado en arte digital, siguiendo su filosofía de que se trata de una manera de democratizar el acceso a obras artísticas y de hacerlo de una manera más sostenible.
Y una prueba más de la introducción en el mundo de los NFTs del sector de la animación es el marketplace propio que ha creado DeAPlaneta Entertainment, sobre todo para algunas de las propiedades intelectuales infantiles que gestiona. ‘La abeja Maya’, ‘Vicky el vikingo’ o ‘Marco’ venden sus guiones, iconos, escenas y sinopsis a precio fijo o por subasta. También DeAPlaneta Enterainment se ha aliado con Dori Media Group para lanzar una colección de NFTs de ‘Rebelde Way’, la serie juvenil que acaba de cumplir 20 años de su lanzamiento. Y ha firmado un acuerdo con la marca WonderPals, creada por la artista Mina y una de las más potentes del entorno Web3, para codesarrollar libros, cómics, historietas y contenido coleccionable en general diseñado para el metaverso. La colección NFT de Wonderpals, lanzada en febrero del 2022 y formada por 10.000 unidades, se agotó en cuestión de segundos. El precio fue de 0,08 ETH por unidad (que, en el momento de lanzamiento, equivalían a unos 224 dólares por NFT).
No es el futuro, es el presente, aunque su evolución como solución de financiación decisiva para el sector audiovisual está por ver, ya es una opción real de financiación y rentabilización de marcas, de eso no hay duda. Jesús Carbajo lo tiene claro: “Me atrevo a decir que en unos años, en el paseo marítimo de Sitges se venderán NFTs al igual que ahora se vende merchandising durante el Festival. Serán pantallas digitales que venderán NFTs de las películas y todo el mundo podrá comprar directamente allí coleccionables digitales de las películas. Más rápido de lo que pensamos.”