El 13 de marzo de 2020 la vida se paralizó. Un viernes negro en el que los españoles hicieron muchas cosas por última vez en meses y en unas condiciones que tardarán en repetirse. Entre ellas, rodar. Series diarias, superproducciones, películas de autor, concursos, coproducciones… nadie quedó en pie.
La actividad audiovisual, como tantas otras, quedó en suspenso hasta el punto de que, en los primeros días de estado de alarma por la Covid-19, Spain Film Commission calculó más de 300 rodajes nacionales e internacionales cerrados de un día para otro, quedara lo que quedara por hacer.
Comenzó entonces una cascada de cifras de fallecidos, contagiados, recuperados, de comparecencias del gobierno, de estudios que analizaban el impacto económico del coronavirus. Y la industria española del audiovisual no podía evitar preguntarse “¿y ahora qué?”. Con una nueva crisis económica planeando sobre España y sobre buena parte del mundo, el temor a no encontrar financiación para los próximos proyectos crece, sobre todo, entre los productores de cine, aferrados en los últimos años a la herramienta de la AIE (Agrupación de Interés Económico).
Porque, ¿qué inversor privado obtendrá en este contexto de paralización e incertidumbre suficientes beneficios como para seguir apostando por el audiovisual? En los últimos años todas las películas de producción española con ayuda general del ICAA han contado con una AIE en su esquema de financiación, lo que ha convertido en imprescindible la aportación del inversor privado, sea cual sea su tamaño.
Audiovisual451 ha preguntado a diferentes agentes del sector para conocer cómo ha sido la situación en las primeras semanas del estado de alarma y para que vaticinen, con cautela, el futuro más próximo de esta relación de amor entre las películas españolas y las AIEs.
Mabel Klimt, abogada del despacho Elzaburu y presidenta de la asociación DENAE, asegura que cada inversor está reaccionando de una manera distinta. Por ejemplo, “hay inversores que están cerrando ya sus compromisos porque quieren asegurarse proyectos concretos que les interesan”, comenta Klimt. Muchas firmas han concentrado su actividad durante el estado de alarma en cerrar las AIEs que ya estaban negociándose, sin abrir nuevos procesos, a expensas de observar la evolución del virus. Desde Wandermoon Finance, Fernando de Miguel comenta que “hay proyectos ya terminados que confiamos financiar sin problemas, además de algunos otros que tienen que terminar su producción y creemos que podrán hacerlo antes de final de año.” Porque rara será la película que no termine dentro de este 2020 el rodaje que quedó suspendido en marzo.
“Otros inversores han bloqueado cualquier decisión hasta ver con más claridad cuál es su situación: estos seguramente no tomen decisiones hasta el último minuto, lo que ya nos prepara para un cierre de año de infarto” avanza Klimt. “Y, por supuesto, hay inversores que tenían previsto invertir y que ahora ya no pueden hacerlo por el brusco cambio de condiciones económicas y previendo una recuperación a más largo plazo” confiesa la abogada.
En opinión de Pedro Martín, director de Audiovisual y Cultura de Crea SGR, la Sociedad de Garantía Recíproca, un pilar fundamental en la financiación del audiovisual español desde hace años y que ha intensificado sus operaciones en las últimas semanas por la crisis sanitaria, tampoco todo va a ser blanco o negro y las AIEs tendrán su protagonismo también este año, aunque con matices: “El perfil de los inversores es muy variado e igual que unos se han visto perjudicados otros se verán beneficiados. Es el modelo que hay para la financiación del cine y en mayor o menor medida se va a seguir utilizando”, señala.
La mayoría de los agentes con los que Audiovisual451 ha hablado confirma que habrá menos inversores, “pero también menos proyectos que colocar”, indica Patricia Motilla de Andersen Tax & Legal, al menos en este 2020. Ignasi Estapé de Arcadia Capital se pronuncia en el mismo sentido: “El problema de las AIEs no será en 2020, si no en 2021. A pesar de los resultados de muchas empresas, en 2020 no faltarán inversores si no que faltarán proyectos en los que invertir y que califiquen en 2020. En cambio, la acumulación de proyectos que prevemos para 2021 sí puede provocar un gran déficit de inversión fiscal a través de AIEs. En realidad, toda la inversión que no se pueda materializar en 2020 se perderá para siempre.”
Una de las gestiones habituales de Crea SGR es adelantar precisamente el incentivo fiscal de las AIEs para dar liquidez a los productores durante la financiación de las películas, ahora el director de Audiovisual y Cultura de la entidad piensa que habrá que estar atentos a la hora de calificar las películas que se ruedan este año, “ver si hay inversores o no. De no tenerlos habría que llevarse la calificación al 2021 y confiar que la situación mejore”, asegura Martín.
Productores, directores, actores y demás tienen que cuadrar de nuevo agendas, después de unos tres o cuatro meses en blanco. Algunos productores, como Emma Lustres de Vaca Films, prefieren esperar a 2021 para rodar, ya con más seguridad y más información sobre el virus. En la misma línea de prudencia se sitúa Telecinco Cinema. La posposición de rodajes al próximo año podría provocar una acumulación de producciones en marcha y, como consecuencia, “problemas de disponibilidad de equipos técnicos y artísticos”, indica Estapé.
Pero no todas las compañías pueden esperar. Aquéllas que se quedaron a escasas semanas de terminar la producción han sido las primeras en reanudar rodaje, como es el caso de ‘Ilargi Guztiak. Todas las lunas’, de Igor Legarreta. Atresmedia Cine también tendrá un verano plagado de rodajes de próximas películas.
Meses cruciales a la vista
Sólo el tiempo ayudará a aclarar la situación de los inversores. Para Fernando de Miguel de Wandermoon, “todavía es pronto para valorar el efecto de la crisis en las empresas inversoras. Sin duda, muchas se verán afectadas negativamente, pero de manera diversa según sus sectores de actividad. Ahora mismo no es posible valorar el efecto negativo que pueda darse en la segunda mitad del año, ya que depende de factores aún desconocidos, principalmente la evolución del virus.” Como en todos los sectores, la mayor esperanza está en una vacuna para la Covid-19. De Miguel también cree que la oferta y demanda de inversión se normalizará a lo largo de 2021.
Igualmente, para Klimt “los próximos meses serán los determinantes, pues nos terminarán de mostrar cómo queda el cuadro completo, algo que también dependerá de si podemos volver a una cierta idea de normalidad en el corto plazo, si hay rebrotes…” Para la abogada, la gran pregunta es si, a nivel macroeconómico, todas estas películas terminadas van a tener posibilidad de encontrar su inversor. Y en caso negativo, a qué se podrán acoger esos productores para no tener que tirar la toalla.
Por fortuna, y como teorizaba César Benítez de Plano a Plano, el audiovisual tiene todas las papeletas para recuperarse de manera rápida. Por un lado, está la altísima demanda de contenidos. Sobre todo las plataformas de streaming tienen entre sus objetivos el estreno semanal de múltiples producciones, a ser posible, propias. Durante las semanas de confinamiento, el consumo audiovisual se ha disparado en los hogares, y los servicios de pago no tendrán más remedio que mantener durante un tiempo ese ritmo acelerado de novedades para retener suscriptores. Por otro lado, tal y como señala la abogada Patricia Motilla, el audiovisual corre con ventaja porque, aunque sea tomando medidas y reconfigurando algunos aspectos, se pueden reanudar los rodajes y estrenar contenidos, “si miras a las artes escénicas te das cuenta enseguida de que no lo tienen fácil para recuperarse”.
Pedro Martín, también es optimista, piensa que en producción audiovisual estábamos en un año muy bueno hasta que estalló la crisis sanitaria. “Dependerá de cómo evolucione todo esto, pero creo que el boom de producción tanto en cine como televisión y la entrada tan fuerte de las plataformas continuará”, apunta.
Así que, durante las semanas de paralización de la producción, la industria se ha centrado en postproducir en remoto, pero sobre todo en el desarrollo de proyectos, en afinar guiones, en adaptar otros que estaban escritos, en juntar piezas para lanzarse a rodar en cuanto se pueda. De ahí que muchos despachos de abogados hayan visto aumentada su actividad en el terreno de la preproducción. Para Mabel Klimt, estamos “en un momento de reorganizar, reprogramar, renegociar. Tenemos que ser capaces de hacer recuento de daños, minimizarlos, asumir las nuevas obligaciones, velar por la seguridad de todos y seguir adelante. Sin duda, un grandísimo desafío.”
Por su parte, Fernando de Miguel prevé “una paulatina recuperación de la producción en lo que queda de 2020. Y para 2021, creo que se retomará la senda de crecimiento que se apuntaba al inicio de este año. España está muy bien posicionada en la industria a nivel internacional para jugar un papel protagonista, por creatividad, profesionalidad y un marco financiero competitivo y atractivo.” Además, durante estos meses, Wandermoon Finance ha seguido trabajando bajo el convenio que mantiene con Crea SGR para asegurar liquidez a las producciones.
Estapé, desde Arcadia Capital, coincide en la vuelta a la producción en estos meses que restan de 2020, y recuerda el reto que queda y en el que entran en juego muchos factores: la vuelta a las salas de cine. “La mayor duda del sector es qué va ocurrir con la exhibición en salas, y cuándo van a recuperar los cines la ocupación que tenían antes del estado de alarma. Necesitamos que el público vuelva a las salas cuanto antes” asegura Estapé.
Para el director del área Audiovisual de Crea SGR, en el caso de los estrenos, la obligación de inversión en P&A debería extenderse hasta diciembre, “en nuestro sector, aunque volvamos lentamente a la normalidad, la sensación de seguridad no llegará hasta finales de año y mucho dependerá de si hay una vacuna”.
Las medidas
Junto con la muy solicitada y ansiada seguridad jurídica para los inversores privados, el sector audiovisual reclama algunas medidas que ayuden a torear la crisis. Una de ellas es la plurianualidad. Motilla, de Andersen Tax & Legal, explica que “la deducción fiscal que genera la inversión en obra audiovisual se sitúa en el mismo año en que se termina la película, y creo que sería muy importante que, de manera excepcional para el ejercicio de 2020, la deducción fiscal se pudiera imputar en 2020 y en 2021. Creo que es una medida que no hace daño y permite que se encuentre un inversor para esa obra, ya sea dentro de 2020 o ya en 2021, la modificación sería un balón de oxígeno para el sector audiovisual, así que desde aquí abogo por que el legislador tome nota y se realice este cambio transitorio en el artículo 46 de la Ley del Impuesto de Sociedades.” Se trata de una de las peticiones que los productores introdujeron en el documento que presentaron a Hacienda en reunión telemática y que no fue incluida en el paquete de ayudas a Cultura que anunció el gobierno a primeros de mayo.
Por otro lado, el aumento de la deducción fiscal por inversión en producción audiovisual es bienvenido y considerado positivo por todos. Según la última modificación, las inversiones en producciones españolas y las empresas que presten servicios a producciones extranjeras que ruedan en territorio español tendrán acceso a una deducción del 30 por ciento respecto del primer millón de base de la deducción, y del 25 por ciento a partir de ahí.
Asociaciones como Spain Film Commission o PROFILM han celebrado este aumento de cinco puntos, no en vano, se trata de una petición que llevan años elevando a la Administración para hacer de España un país todavía más atractivo para acoger rodajes. Más allá de la diversidad paisajística y de las infraestructuras de comunicaciones y hoteleras, las oficinas de rodajes y las empresas de service querían un marco jurídico que permitiera a España competir con los países de su entorno en cuanto a porcentaje fiscal.
La abogada Patricia Motilla augura “un importante número de rodajes extranjeros desembarcando en España en los próximos meses.” Lo cual ayudará a la reactivación de otros sectores que arrastra el audiovisual, como el hostelero. Por no mencionar todos los equipos de atrezo, maquillaje, peluquería, transportes que se ponen al servicio de los rodajes. “Espero que las empresas y los profesionales puedan aguantar porque cuando se dé el pistoletazo de salida, estoy segura de que el sector va a estar igual de ocupado que antes del estado de alarma y va a haber mucho trabajo” añade Motilla. La socia de Andersen Tax & Legal también hace una lectura sobre las empresas de servicios a la producción no demasiado habitual y muy positiva: se trata de compañías que pueden llegar a tener un ingreso estable y que pueden llegar a acumular un pequeño músculo para desarrollos propios. Como es el caso de Nostromo Pictures, productora de ‘Hogar’ o de la trilogía del Baztán, y también el caso de Mark Albela desde Kanzaman, que está trabajando en varios proyectos de producción propia mientras sigue prestando servicios a rodajes de series y películas extranjeras.
Para Fernando de Miguel, el aumento del porcentaje “revalida, por un lado, el modelo de ayudas indirectas a través de deducciones fiscales como elemento de financiación, y por otro, mejora su efecto en las producciones que son las beneficiadas por este incremento. En la industria audiovisual, en la que los proyectos son de medio y largo plazo, es esencial conocer cuáles son las herramientas financieras con las que se puede trabajar. En este sentido consolidar las fuentes y mejorar su eficiencia es fundamental. El gobierno ha reaccionado de manera rápida y positiva en este aspecto.”
Sin embargo, Ignasi Estapé aboga por la equiparación de las condiciones para producciones nacionales y la extranjeras y se refiere también al artículo 36 de la Ley del Impuesto de Sociedades: “Ahora mismo los productores nacionales estamos en desventaja para monetizar la deducción fiscal. Las AIEs han funcionado hasta la fecha, con más o menos dificultades, pero el parón de la producción en 2020 y la crisis que se avecina van a forzar este sistema hasta su límite.” Estapé, socio de Arcadia Motion Pictures (‘Madre’, ‘Viaje al cuarto de una madre’, ‘Blancanieves’) añade: «El incremento de porcentaje de desgravación es importante y ayuda, pero no es suficiente. La limitación de la deducción al 25 por ciento de la cuota es un freno importante a la inversión, más todavía con el deterioro de las cuentas de resultados de las empresas. Aplicar a las producciones nacionales la misma solución técnica que ya se aplica a las producciones extranjeras para que los propios productores puedan monetizar la deducción, sin el mecanismo de las AIEs, sería lo más efectivo.»
Otra reclamación de los productores españoles es la convocatoria de ayudas a largometrajes del ICAA. Se trata de una aportación imprescindible para muchos proyectos. Según razona Estapé, “cuanto antes se puedan convocar las ayudas del ICAA y con una dotación importante, antes volveremos a la normalidad en el sector de la producción.” La aportación de las televisiones públicas, como Televisión Española y las autonómicas, es otro punto fundamental para los productores independientes.
En cualquier caso, el cine español sigue con la asignatura pendiente de encontrar un sistema de financiación sólido y capaz de cubrir al sector frente a una crisis, un sistema de autofinanciación. Tal y como señalaba la productora Puy Oria, presidenta de la federación PIAF, a Audiovisual451, “la idea de luchar de nuevo por una agencia estatal al estilo de las que tienen otros países de nuestro entorno ha vuelto a tomar fuerza estos días. Los productores españoles ya deberíamos estar generando nuestros propios motores de financiación.”