‘Las brujas de Zugarramurdi’, de Álex de la Iglesia, es uno de los primeros títulos españoles que ha mezclado el sonido con Dolby Atmos, el nuevo y flamante nuevo sistema de sonido pensado exclusivamente para salas de cine. Audiovisual451 ha charlado, en una calurosa mañana de agosto, con Charly Schmukler y Nicolas de Poulpiquet, el primero responsable del sonido de la película, y el segundo, mezclador, para conocer qué ventajas aporta Dolby Atmos, instalado en nueve salas de España y llamado a ser el nuevo estándar del sonido cinematográfico.
La conversación se desarrolla en las instalaciones de Best Digital, uno de los pocos estudios de sonido de España con Dolby Atmos disponible, y uno de los cuatro a nivel mundial que une la certificación Dolby Premier con Dolby Atmos. De ahí que la iniciativa de mezclar ‘Las brujas de Zugarramurdi’ saliera principalmente de Best Digital y fuera aceptada de buena gana por Enrique Cerezo PC, productora del nuevo título de Álex de la Iglesia. Altavoces incluso en el techo caracterizan a las salas Dolby Atmos, pero ¿qué es exactamente este nuevo sistema de sonido? ¿Cuáles son sus ventajas?
“Dolby Atmos simplifica, en el sentido de que nosotros siempre tratamos de crear entornos tridimensionales con el sonido, y Dolby Atmos facilita crear esa sensación 3D”, comenta Schmukler, parte del equipo del director vasco desde ‘800 balas’ (2002). “Ahora estamos metidos en un entorno totalmente tridimensional. Hasta ahora hemos estado imitándolo y ahora realmente lo tenemos”, comenta el que también ha sido responsable del sonido directo durante el rodaje.
Detrás de cada mezcla hay un minucioso trabajo sobre cada objeto sonoro de la película. Nico y Charly lo explican: “Hay 128 canales que son objetos cada uno de ellos. El sonido no está colocado en ningún sitio específico. Cada objeto lleva un metadato que define dónde tiene que estar el sonido. La sala interpreta esa información y coloca el sonido acorde a los altavoces y las posibilidades que tiene. El sistema calcula qué altavoces tienen que sonar para que el sonido se oiga en ese punto concreto.” El mezclador asegura: “Ahora hay zonas de la sala a las que por fin puedes hacer llegar el sonido. Antes no existían altavoces a la izquierda de la pantalla, por ejemplo, ni en el techo”.
Una virguería del sonido que va a lucir de lo lindo en ‘Las brujas de Zugarramurdi’, una película que para Charly representa una tremenda madurez de Álex de la Iglesia como director, “tiene planos muy interesantes, sabe dónde colocar la cámara. Esta película no para, tiene secuencias de acción cada dos por tres. ¡Sería más fácil decir cuántas escenas son sosegadas! Como todas las películas de Álex de la Iglesia, el desmadre es total desde el principio, con muchos personajes. Ahora tenemos un montaje con miles de elementos y nuestro desafío es poner orden”. Incluso en algunas escenas el diálogo podrá escucharse a través de los altavoces del techo, pero es importante también no abrumar al espectador y no sacarle de la historia. “El sonido con Dolby Atmos debe estar muy controlado para que no descentre de la trama”, señala Charly.
El diseñador del sonido confiesa: “El nuevo sistema tiene una pequeña complicación técnica, sin embargo, las posibilidades que ofrece son bestiales. Ahora ya no tenemos que elegir entre tener potencia sonora o amplitud sonora. Con Dolby Atmos podemos posicionar el sonido de una forma muy minuciosa y además, al abrirlo, sigues manteniendo esa sensación de potencia sonora por cómo es la instalación, por la respuesta de los altavoces, etc. esto permite trabajar con un sonido mucho más grandioso y amplio”.
Por otro lado, está el debate sobre el volumen en las salas de cine. “Existe un estándar para el volumen que no siempre se respeta en las salas de exhibición y Nico y yo hemos hablado de ello muchas veces. Nos preguntamos ¿cuán fuerte podemos sonar sin ser desagradables? Nos gusta que las películas de acción suenen fuerte, nos gusta la presión sonora en el cine pero somos muy cuidadosos para no parecer agresivos. Es un tema complejo porque a medida que vas subiendo el volumen, te vuelves más hiriente y nosotros sólo queremos provocar placer”, comenta Charly.
Y añade: “Estamos estudiando seriamente cómo responden las frecuencias graves dentro de la sala. Nos gusta mover el aire. Las frecuencias graves son menos molestas. Es un desafío y nos gusta el rock and roll”.
Grabar el sonido directo de ‘Las brujas de Zugarramurdi’ tampoco fue tarea fácil. Charly comenta: “Ha sido complicado, como en todas las películas de Álex de la Iglesia, porque hay que cubrir el sonido de grandes áreas, siempre participan muchos actores, hay varias cámaras y mucho movimiento. Además, es un director que no duda en echar mano de nuevas tecnologías, dan mucha espectacularidad a la imagen pero a la hora de registrar el sonido complica mucho”. La escena inicial de la película es absolutamente trepidante y se rodó, nada menos, que en la Puerta del Sol de Madrid durante dos jornadas. “Se rodó con muchas cámaras, incluso desde balcones… era difícil acceder, esconder los micrófonos, luchar contra los inhibidores de frecuencia de la zona… y para más inri se juntó tal cantidad de gente que era imposible desplazarse por la zona. Necesitábamos recoger equipamiento del camión y no podíamos acceder a él. Fue divertido pero difícil. Había momentos en los que era complicado enterarse de qué se estaba haciendo”, comenta el diseñador de sonido.
El propio Álex de la Iglesia se ha implicado en esta mezcla de sonido tan nueva para todos, pero únicamente realiza apreciaciones y deja el trabajo en manos de los profesionales. “Creo que él hace lo que tiene que hacer un director: contar una historia. Sus aportaciones tienen que ver con el sonido conduzca a contar la experiencia que él desea. Él no interviene en cosas puntuales técnicas, sino que acude a una cuestión narrativa y deja en nuestras manos que usemos las herramientas y en cierto modo nuestro gusto. Si no lo conseguimos, nos pide que lo hagamos mejor”, comenta Charly.
La parte positiva es que mezclar en Dolby Atmos no supone un esfuerzo extraordinario durante el rodaje, es una decisión que se puede tomar a posteriori y que tampoco requiere un tiempo añadido en el estudio. Únicamente más cuidado en la fase de montaje y algo más de entrenamiento por parte de los técnicos, en el caso de Nico ha estado dos meses conociendo la nueva herramienta con personal de Dolby desplazado desde Londres. “Creo que es destacable el hecho de que no haga falta cambiar la forma en que se cuentan las historias para mezclar en Dolby Atmos”, señala Nico, el mezclador.
En cuanto al presupuesto, por el momento existe un pacto para no elevar el coste de las producciones con Dolby Atmos, un gesto loable por parte de todos los implicados teniendo en cuenta la delicada situación de la industria del cine en España.
Charly cuenta cómo en Estados Unidos los colegas quedan sorprendidos con el trabajo de calidad que se hace en el cine español con menores recursos: “Creo que a nivel tecnológico estamos a la altura de lo que se está haciendo en las superproducciones de Hollywood. Están trabajando exactamente igual que nosotros, eso sí, aquí tenemos una limitación de presupuesto notable. Aun así, no estamos un paso por detrás. Tenemos menos tiempo, menos personal y menos presupuesto, pero te aseguro que he hablado con personas que han trabajado en blockbusters y que queda admirada de lo que somos capaces de hacer aquí con esas limitaciones. El equipo de sonido de ‘Las brujas de Zugarramurdi’ hemos trabajado unas ocho o diez personas, y ten en cuenta, en una película de Hollywood puede haber 50 personas en ese departamento trabajando durante meses… ellos consideran que lo que hacemos es muy interesante”.
Anteriormente a ‘Las Brujas de Zugarramurdi’ se han mezclado en España con Dolby Atmos las películas ‘El Cuerpo’ y ‘Mamá’. Próximamente, se podrán ver también ‘Mindscape’ (coproducción de España y Canadá), y el documental sobre la naturaleza ‘Guadalquivir’ (Wanda Films), entre otros muchos títulos.
En definitiva, sólo queda que el público conozca el sistema y opte por las salas Dolby Atmos, presentes por el momento en Madrid, Barcelona y Valladolid de la mano de Cinesa para sus salas iSens. Una de las ventajas es su capacidad para adaptar la reproducción del sonido a la acústica y la instalación de cada sala de cine, es vectorial y no importa cuántos altavoces haya en la sala.
‘Las brujas de Zugarramurdi’ se estrena el 27 de septiembre en España y compite en el Festival de San Sebastián en la Sección Oficial.