Si hay un sector dentro de la cadena de valor del audiovisual que está sufriendo las consecuencias de la pandemia durante más tiempo ese es el de exhibición cinematográfica.
Sin apenas ayudas, apenas 13 millones de euros para sufragar los gastos derivados de la crisis sanitaria, con limitaciones de aforo cambiantes y horarios desiguales según comunidades, además de poco producto de tirón para programar, los cines españoles se han visto en la obligación de estar abiertos claramente en condiciones precarias.
Parecía que el verano, con las medidas de seguridad flexibilizadas, iba a ser el punto de inflexión definitivo para la recuperación, pero la cosa va más lenta de lo esperado. El pinchazo de títulos importantes, las reticencias de algunas distribuidoras a estrenar sus producciones estrella, junto a eventos deportivos como la Eurocopa y los Juegos Olímpicos y las ganas de la gente de reunirse y participar en actividades al aire libre, han sido un cóctel envenenado, una barrera muchas veces infranqueable para los exhibidores.
La situación ha mejorado en verano respecto a meses atrás, sí, pero está claro que no lo suficiente y ya solo quedan cuatro meses para enderezar un rumbo demasiado escorado a estas alturas. Si finalmente abren todos los cines que aún no lo han hecho, España contaría este año con 706 cines, 3.563 pantallas y 752.291 butacas. Teniendo en cuenta el panorama actual y lo vivido, se trata de unas cifras no muy alejadas de las de 2019, cuando había 3.593 las pantallas disponibles en 723 cines, el problema es que si la situación de precariedad se enquista habrá salas que dejarán de ser viables y se verán abocadas al cierre.
En los ocho primeros meses de este año la taquilla en España ha superado 120 millones de euros, pero ha caído un cuatro por ciento, respecto al mismo periodo de 2020. En el caso del cine español, el panorama está aún más nublado porque la reducción de ingresos entre enero y agosto fue del 45 por ciento, con menos de 14 millones de euros. ¿Y qué sería el cine español ahora sin Santiago Segura? pues a todas luces una debacle absoluta, porque su filme ‘A todo tren. Destino Asturias’ logró el 44 por ciento de la recaudación de todas las películas españolas en esos primeros ocho meses. Y no es nuevo, ya el pasado año ‘Padre no hay más que uno 2’ logró más de 10 millones de euros en pleno verano post-confinamiento.
Esperemos que a final de año varios títulos nacionales e internacionales sigan la estela del éxito de Santiago Segura y estemos hablando entonces de un cambio de tendencia real, por el bien del sector audiovisual y cultural en general que necesita la recuperación total de las salas de cine.