Los 400 millones de usuarios de Internet europeos están expuestos a una lotería geográfica en lo que respecta al precio, la velocidad y la oferta de servicios de banda ancha, según datos sobre la UE recién publicados. Cuatro estudios publicados recientemente revelan que en los mercados de la banda ancha de la UE prácticamente no existen pautas ni hay coherencia.
Los consumidores están también desconcertados ante la disparidad de la información que facilitan los operadores, lo que limita su capacidad para elegir la oferta que más les conviene. Los precios de las conexiones más comunes de banda ancha pueden llegar a ser hasta cuatro veces más altos en algunos Estados miembros, incluso tomando en consideración el poder adquisitivo. El 66 % de los ciudadanos no sabe qué velocidad de Internet ha contratado. Los consumidores solo obtienen, como promedio, el 75 % de la banda ancha que han contratado.
El sector sigue funcionando en gran medida sobre la base de veintiocho mercados nacionales. Tanto los consumidores como los operadores se enfrentan a precios y normas divergentes. El Parlamento Europeo votará próximamente los planes de la Comisión para crear #Uncontinenteconectado, que subsanará esta situación al aportar a los consumidores más transparencia, más derechos y mejores servicios. Por poner solo un ejemplo, en España los precios de la banda ancha pueden ser hasta un 50 % más altos que los de Francia.
La vicepresidenta de la Comisión Europea NeelieKroes ha declarado lo siguiente: «No existe un mercado único de Internet, y eso tiene que cambiar. Nada justifica que una persona tenga que pagar más de cuatro veces más que otra en Europa por la misma banda ancha».
El nuevo estudio publicado revela diferencias de precios de hasta el 400 % en las ofertas de banda ancha publicitadas en los distintos países de la UE en la categoría de 12 a 30 Megabits por segundo (Mbps) de la banda ancha fija, la que contrata la mayoría de los europeos. Los precios mínimos oscilan entre 10 y 46 euros al mes, dependiendo de dónde se viva, y pueden alcanzar hasta los 140 euros al mes.
Contrastes de precios: el servicio de banda ancha más barato se publicita en Lituania (a partir de 10,30 euros), Rumanía (a partir de 11,20 euros) y Letonia (a partir de 14,60 euros); en otros países, la oferta más barata puede ascender hasta los 46,20 euros (Chipre), seguido de cerca por España (38,70 euros) e Irlanda (31,40 euros). La banda de precios nacionales más amplia se registra en Polonia, donde las ofertas oscilan entre 20 y 140 euros, y en Croacia, donde van de 30 a 121 euros.
Aunque algunas divergencias entre mercados pueden explicarse por las diferencias de costes e ingresos, las disparidades actuales se deben en gran medida a la persistente fragmentación del mercado. El paquete de medidas #Uncontinenteconectado ayudará a corregir esas diferencias de precios otorgando más poder a los consumidores y proporcionando a los inversores un entorno más favorable en todo el mercado único de la UE, lo que permitirá a los operadores eficientes vender sus servicios a consumidores de otros países.
Otro estudio, realizado por Sam Knows, efectuó más de 7.000 millones de mediciones de las conexiones a Internet de casi 10.000 voluntarios y constató que la velocidad real de descarga puede llegar a ser un 64 % menor que la publicitada.
Tipo de conexión | Velocidad real, en % de la publicitada |
Cable | 89,5 % |
Fibra (FTTx) | 82,7 % |
Cobre (xDSL) | 63,8 % |
La vicepresidenta de la Comisión Europea señaló: «Aunque las redes están mejorando, la brecha entre las velocidades anunciadas y las reales es tan grande como en 2012, lo que confirma la necesidad de reforzar y armonizar los derechos de los consumidores, tal como proponemos en nuestro paquete de medidas #Uncontinenteconectado. Y ha llegado el momento de que las empresas hagan un esfuerzo común para encontrar mejores maneras de publicitar y explicar sus productos. Esa es la reacción que espero susciten esas conclusiones».
Las reformas para un #Uncontinenteconectado que se proponen conferirán derechos nuevos, como el derecho a unos contratos redactados en un lenguaje sencillo y con información más comparable. En concreto, los operadores deberán facilitar información rigurosa sobre la velocidad de datos realmente disponible. Los consumidores verán reforzado su derecho a cambiar de proveedor o de contrato, a rescindir el contrato si no se proporciona la velocidad de Internet prometida y a que se les reencaminen los mensajes de correo electrónico a su nueva dirección cuando cambien de proveedor de Internet.
Sam Knows desarrollará el estudio hasta finales de 2014, y está prevista otra ronda anual de mediciones. Los consumidores europeos pueden medir el rendimiento de sus propios operadores adhiriéndose a una comunidad de voluntarios de todos los países de la EU-28, más Islandia y Noruega. Los consumidores seleccionados recibirán un pequeño dispositivo que acoplarán a la conexión de Internet en su casa. Ese dispositivo efectuará una serie de mediciones automáticas, cuando la línea no se esté utilizando, para determinar la velocidad y calidad de su conexión de banda ancha.
La Comisión Europea ha publicado un estudio comparativo realizado en 2013 sobre los costes del acceso a la Internet de banda ancha (BIAC) en todos los Estados miembros de la UE, así como en Canadá, Islandia, Japón, Corea del Sur, Liechtenstein, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Noruega, California, Colorado, el Estado de Nueva York, Suiza y Turquía. El estudio, basado principalmente en información recogida en el periodo comprendido entre el 1 y el 15 de febrero de 2013, analiza las ofertas de los proveedores de servicios de Internet. En su caso, la información correspondiente a ese periodo se ha comparado con información similar recogida en febrero de 2011 y de 2012.
El estudio, elaborado por Sam Knows para la Comisión Europea, mide la diferencia entre la velocidad de Internet que se paga y la que se recibe. Los resultados se basan en mediciones efectuadas en el horario punta, definido como el comprendido entre las 7.00 y las 23.00 horas (inclusive) los días laborables. Es el segundo estudio realizado por Sam Knows, y está previsto un tercero en 2014.
El estudio se basa en una metodología que utiliza dispositivos de hardware y proporciona los resultados más exactos e independientes del rendimiento de Internet, independientemente de la tecnología de acceso y de la instalación doméstica. Esa metodología ha sido utilizada también por los reguladores nacionales de EE.UU., el Reino Unido, Brasil y Singapur. Se emplearon 9 467 dispositivos en 30 países, con un total de 7 184 604 603 mediciones en 63 666 843 pruebas. El segundo informe se elaboró al margen de los proveedores de servicios de Internet, pero estos han sido invitados a participar en el tercero.
La encuesta del Eurobarómetro mide las percepciones de los usuarios de servicios de telecomunicaciones en todos los Estados miembros de la UE en febrero de 2014. Por, último, la Comisión ha publicado asimismo los datos sobre el número de abonos de banda ancha en los Estados miembros recabados en el contexto del Comité de Comunicaciones (COCOM). El estudio se basa en datos procedentes de los ministerios y reguladores pertinentes y en otras estadísticas sobre banda ancha publicadas por la Comisión (datos sobre cobertura, precios minoristas y mayoristas y ayudas estatales en el ámbito de la banda ancha).