Según el último informe de BARB (Broadcasters Audience Research Board), correspondiente al último cuatrimestre de 2015, ya hay en Reino Unido más de un millón de hogares sin televisor, en favor de servicios de streaming como Netflix.
Son 1,3 millones de hogares, es decir, un 4,7 por ciento, los que han decidido vivir sin televisor en Reino Unido. BARB ha señalado que en los últimos seis años ha habido un crecimiento constante en los hogares que han «desenchufado» el televisor, pero también asegura que ha cambiado los criterios para considerar que un hogar no tiene televisor. Antes, la asociación consideraba que un hogar no tenía televisor si no había visto ningún programa en los últimos seis meses. Ahora estos hogares sí cuentan como tenedores de televisor. También había excluido a quienes tenían televisión pero no especificaba por qué medio (cable, satélite, terrestre…). Ahora sí se contabilizan.
Según el informe, el 47 por ciento de los habitantes de hogares sin televisión tienen entre 16 y 34 años, comparado con el 23 por ciento de este grupo de edad en hogares con televisor. Y buena parte de los hogares sin televisor se encajan en lo que se conoce como «pre-familiares», es decir, jóvenes de hasta 44 años sin niños. Vivir sin televisor se relaciona directamente con la juventud.
El informe señala cerca de un cuarto de las casas de Reino Unido están suscritas a Netflix, Amazon Video o Now TV de Sky a finales de 2015, lo que supone un gran crecimiento con respecto al 14 por ciento del comienzo de 2014.
Netflix lidera en el campo del streaming y crece más rápido que sus competidores. El número de abonados a Netflix creció en 1,4 millones desde finales de 2014 a finales de 2015, cuando Amazon Video sólo sumó medio millón y Now TV, 300.000.
Los hogares abonados a servicios de streaming suelen ser grandes consumidores de televisión y tienen un 40 por ciento de habitantes menores de 24 años.
Esta tendencia está afectando directamente a los ingresos de BBC, el broadcaster público británico, que se financia en parte con el canon que cada ciudadano debe pagar por ver sus canales. La reducción del presupuesto de BBC ha llevado a una reestructuración profunda del que para muchos es el ente público de radio y televisión modélico. Por eso, el asunto de que los hogares británicos no tengan televisor tiene una relevancia más allá del hecho del cambio en los hábitos de consumo de los espectadores.