Los productores de cine independiente de España proponen cambiar el sistema de ayudas del ICAA a medio plazo

Los productores independientes españoles están cansados de competir entre ellos por los fondos públicos. Consideran fallido el actual sistema de ayudas del ICAA y proponen cambiarlo a medio plazo.

Una importante representación de las asociaciones de productores independientes nacionales se ha reunido estos días en la vigésima edición del Festival de Sevilla, donde se ha celebrado una mesa de trabajo sobre la sostenibilidad de la producción de cine independiente española.

Maria Luisa Gutierrez
María Luisa Gutiérrez

En el encuentro han participado entidades agrupadas en la Plataforma Audiovisual de Productoras Independientes (PAP) como MAPA (Mesa Territorial de Productores Audiovisuales), Ancine (Asociación Andaluza de Productores de Cine de Ficción, Documental, Animación y Seriado), Profilm (Asociación de empresas productoras de audiovisual internacional) y Aecine (Asociación Estatal de Cine).

Audiovisual451 tuvo acceso en exclusiva a las conclusiones de esta cita sevillana, en la que estuvieron reunidos María Luisa Gutiérrez, presidenta de Aecine; Peter Welter, vicepresidente de Profilm; por Ancine su presidente José Alba y su vicepresidenta Marta Velasco, que es la actual presidenta de la Academia de Cine de Andalucía, el también productor Gonzalo Bendala, miembro igualmente de la asociación andaluza y en representación de MAPA participó Álvaro Alonso.

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La principal conclusión del encuentro es que a su juicio el sistema actual de ayudas en concurrencia competitiva no está funcionando y además está poniendo en riesgo una producción de cine independiente diversa en España.

La alternativa que proponen los productores a medio plazo para las ayudas generales del ICAA, para aquellas películas más industriales, sería un fondo abierto (cash rebate) durante todo el año, que no sea en régimen concurrencia competitiva. Pero la distorsión actual del sistema también afecta a las ayudas selectivas destinadas a aquellos títulos más arriesgados, experimentales, para talentos emergentes y de menos presupuesto, que creen que deben redefinir su línea editorial.

«El sistema se ha distorsionado, lo hemos distorsionado nosotros mismos, los productores. Las ayudas selectivas del ICAA se crearon con la finalidad de apostar por nuevos talentos, para que fueran el i+D del cine español, con proyectos menos comerciales y temáticas más arriesgadas… Mientras que la finalidad de las ayudas generales era beneficiar a películas más comerciales e industriales, pero lo que está pasando es que hay películas que deberían concurrir a las generales, participan ahora en las selectivas, porque todo se ha distorsionado. Se han ido cambiando cosas cuando no nos gustaban y al final tenemos un sistema complejo que no funciona para nadie. Tampoco las ayudas generales benefician solo a películas más comerciales, porque muchas películas de este tipo se han quedado fuera en cada convocatoria. En definitiva, no es un sistema justo», explica María Luisa Gutiérrez.

Los productores denuncian que hay un cierto tipo de películas que se han quedado en un limbo porque no pueden acceder ni a las ayudas generales ni a las selectivas. Y tampoco puede acceder a esas ayudas cierto talento, temáticas y géneros. «En mi opinión, se debería hacer balance de los proyectos que han accedido a las ayudas selectivas todos estos años, su evolución, y con ese análisis igual se podría definir la nueva línea editorial de las ayudas selectivas para poder cubrir este espectro que se ha perdido. Creo que la línea editorial de las ayudas selectivas debe replantearse, porque deberían ser el realmente i+D de nuestro sector», apunta José Alba, reciente premio Luz en el Festival de Huelva.

«El paradigma audiovisual ha cambiado mucho en los últimos años y las políticas públicas deben adaptarse. Ahora hay géneros que en las ayudas selectivas no están saliendo y los productores saben que no pueden acudir a esta línea a pesar de que sea una película que por su estructura, presupuesto, riesgo… debería ir a selectivas», añade la presidenta de Aecine.

No es la primera ni será la última vez que los productores cuestionan la funcionalidad del sistema de ayudas del ICAA. Sin ir más lejos, un productor como Eduardo Campoy, con 40 años de carrera, también ponía en duda hace unos días el sistema actual de ayudas públicas, aunque su visión es diferente.

«El sistema actual de ayudas es totalmente perverso y habría que cambiarlo. Es un modelo erróneo que no ha funcionado desde el primer día, quizá porque no ha tenido nunca la dotación presupuestaria necesaria. No digo que el sistema objetivamente no pueda ser bueno, quizá con 200 millones de euros funcionaba, pero ahora de lo que se trata es de repartir la miseria que hay y eso no funciona. En mi opinión, era mejor el sistema de amortización, aunque tenía un defecto que no se supo corregir. Era un todo o nada al llegar a un límite de taquilla y debía haber sido un asunto gradual. Como eso no se corrigió, con el escándalo de la compra de taquilla se cambió radicalmente. Creo que este cambio ha sido a peor, porque no tiene sentido que películas perfectamente financiadas no tengan ayudas. Habría que cambiarlo sin tardar», declaró Campoy a Audiovisual451.

José Alba

Uno de los principales problemas que observan los productores en el sistema actual es precisamente la concurrencia competitiva, que genera una carrera insana entre ellos: «Te obligan a elegir unos criterios que además se han ido cambiando constantemente y si eliges uno, fallas en otro. El sistema te encorseta en temáticas, directores… Los proyectos tienen que ser de una determinada manera e incluso cumpliendo lo que se exige, se quedan fuera de las ayudas. El objetivo es conseguir puntos para conseguir la ayuda, a veces se pervierten los proyectos para poder conseguir algún punto más», reconoce Gutiérrez.

Denuncian, por ejemplo, que ahora no están incluidos en los criterios de las ayudas generales del ICAA los festivales de género y en el caso de la taquilla no se tiene en cuenta la taquilla mundial: «Hay una meritocracia y está bien, por eso no queremos cambiar los criterios, sino el núcleo del sistema», explica la productora de los filmes de Santiago Segura.

Por eso, la propuesta principal que sale de la reunión de Sevilla es la creación de un fondo abierto para las ayudas generales, un ‘cash rebate’ gestionado por Cultura, que tenga un techo económico que en su opinión puede ser como el actual o mayor, pero en todo caso sería mucho más igualitario. «Sería un fondo abierto durante todo el año, y esto no significa que no hubiese cuotas de género ni de otro tipo. Y si se agota este fondo, pues acudes al del año siguiente, pero siempre dependiendo de uno mismo no de terceros, como ocurre ahora», comenta Gutiérrez.

«La idea es que si tu proyecto cumple una serie de requisitos, tienes acceso a este ‘cash rebate’. Las condiciones pueden ser similares a las que hay ahora, como contar con distribución, ventas internacionales, financiación previa, etc. También, obviamente, habría que cumplir todas las obligaciones de género. Pero a este fondo se debería poder acceder en cualquier momento del año una vez que cumplas las condiciones que se determinen y tu proyecto esté maduro. Ya sabes que si cumples los requisitos que se exigen, si acudes al fondo recibes la ayuda y no compites directamente con otros compañeros. Ahora tenemos que pelear por técnicos, actores, directores… y siempre en las mismas fechas», matiza Alba.

Los productores aseguran que el sistema de ayudas actual está generando además un cuello de botella en los rodajes, porque todas las películas se suelen rodar en las mismas fechas, en dos épocas del año coincidentes con las convocatorias: «Esto afecta directamente a la creatividad, ya que es difícil acceder al talento deseado. Muchas veces no puedes tener el equipo que quieres porque está comprometido ya en esas fechas. Esto va en contra de la naturaleza de la propia producción cinematográfica y contra la naturaleza de las ayudas», apunta Alba.

Para Álvaro Alonso de MAPA «tanto para las ayudas selectivas, con una línea editorial muy sesgada que impide por ejemplo que una comedia de ciencia-ficción acuda, como para las ayudas generales dónde hay una perversión por la concurrencia competitiva creemos que es mucho más sano que sea el sector el que pueda ir al fondo público a por financiación cuando el proyecto esté maduro».

Los productores denuncian también que actualmente están desarrollando su actividad con un elevado nivel de incertidumbre: «Tienes un proyecto para las generales con 85 puntos, que te debería otorgar la ayuda directamente, pero no es así, te quedas fuera. Has montado una estructura, has comprometido a una televisión, a un distribuidor… y te quedas sin la ayuda a pesar de que has cumplido con las condiciones que te imponen, porque otros tienen más puntos. A pesar de que has presentado un proyecto totalmente solvente, no lo consigues», sostiene el presidente de Ancine

Otra de las conclusiones de la reunión de Sevilla tiene que ver con la protección de la diversidad cultural europea. Los productores instan al Gobierno a impulsar políticas de diversidad cultural en las salas de cine, «A día de hoy se programa un mismo título en muchas salas y no existe una diversidad real de películas en los cines», afirma la presidenta de Aecine, que piensa que el Gobierno debería garantizar de algún modo esa diversidad en las salas comerciales.

«La película media española ha desaparecido. Ahora se pueden ver las películas españolas más comerciales pero otras no tienen acceso a la sala en condiciones óptimas. En muchos casos no es que el público haya dado la espalda a este tipo de títulos es que ni siquiera puede acceder a ellos porque no están en los cines. Algo hay que hacer, porque la UE quiere proteger la diversidad cultural y el cine es cultura», dice Gutiérrez.

Nueva Ley del Cine

Uno de los efectos negativos de la convocatoria anticipada de elecciones generales del 23 de julio fue paralización de más de 60 leyes que estaban en tramitación. Una de ellas, que estaba a la espera de pasar por el Senado, era la Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, cuya tramitación parlamentaria se realizaba además por procedimiento de urgencia.

La Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, tampoco llena el ojo de los productores independientes. «En la Ley del Cine hicimos alegaciones y el texto final presentado no recogía el sentir del sector, consideramos que se ha quedado un poco obsoleta, por ejemplo, no se habla de Inteligencia Artificial», concluye la presidenta de Aecine.

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