Al menos es lo que Marco Pugini, productor de ‘Roma’ (serie de HBO) y ‘Retrato de una dama’ (1996, Jane Campion), entre otras, ha comentado a los alumnos de Mega, el master de Media Business School centrado en la gestión audiovisual que se celebra en Ronda (Málaga).
Pugini habló de los diferentes tipos de productor que existen, desde el ejecutivo hasta aquel con sueldo precario contratado por algún secretario o secretaria con funciones algo difusas, y comentó de qué manera cada uno de ellos debe acercarse al guión. Como “line producer” (el que controla el proceso día a día), él admite que cuando lee una escena romántica que sucede en un barco en un lago, no se fija en su valor visual o en el tono: inmediatamente piensa si necesita un equipo de buceo o un seguro extra.
Pugini explicó que el “line producer” gestiona el tiempo y el dinero: necesitas entregar la película ajustándote al presupuesto y a las fechas marcadas. Por lo tanto, es inevitable que esta figura pierda cualquier concurso de popularidad: “Nosotros normalmente decimos que los demás se dan cuenta o hablan del trabajo de producción cuando algo va mal. Cuando todo funciona y va bien, nadie se da cuenta de que los productores están haciendo bien su trabajo”, comentó.
Y entonces, por supuesto, hay problemas artísticos que no se pueden pasar por alto y hay que considerar. “El triángulo mágico es bueno, bonito y barato”, comentó, pero “puede ser rápido y barato, pero no bueno; o bueno y barato, pero no rápido; o bueno y rápido, pero no barato. Tener las tres cosas a la vez es imposible”.
Sobre el futuro de la industria, Pugini se mostró convencido de que a la gente le encantan las historias, y piensa que siempre habrá necesidad de contenidos. Los productores están deseosos de experimentar nuevas formas hoy en día, pero las bases del proceso siempre serán las mismas: una historia es siempre el punto de partida. “Ahora, donde veamos esa historia, si es el cine, Internet o un dispositivo, sí puede cambiar”, comentó.