Neus Ballús, directora de ‘Seis días corrientes’: «He aprendido que las cosas pueden estar fuera de tu control y eso está bien»

Neus Ballús, directora de ‘Seis días corrientes’, que participa en el Festival de Locarno 2021

‘Seis días corrientes’ es el tercer largometraje de la cineasta Neus Ballús tras ‘La Plaga’ y ‘El viaje de Marta’. La película participa en la sección competitiva Concorso internazionale del Festival de Locarno, que se desarrolla hasta el 14 de agosto y que ha seleccionado en total 17 largometrajes de todo el mundo. Solo uno de ellos ganará el Pardo d’oro. Después pasará también por el Festival de Toronto.

Se trata de una producción de Distinto Films y El Kinògraf. La película cuenta con el impulso del Master en Documental de Creación de la Universitat Pompeu Fabra y la participación de Radio Televisión Española, Televisió de Catalunya y Movistar+, además del apoyo de ICAA e ICEC. ‘Seis días corrientes’ recibió sendos importes de 174.000 y 58.000 euros en la convocatoria de ayudas selectivas del ICAA del año 2018. Filmax se encarga de la distribución en cines, mientras que las ventas internacionales son responsabilidad de Beta Cinema GmbH.

Seis dias corrientes RODAJE
Neus Ballús, en el rodaje ‘Seis días corrientes’.

‘Seis días corrientes’ es una comedia que conjuga la ficción con elementos prestados de la realidad. El guion de ‘Seis días corrientes’ es de Neus Ballús y Margarita Melgar, pseudónimo tras el que se encuentran Montse Ganges y Ana Sanz-Magallón.

Todos los personajes que participan en la película son no-actores que se interpretan a sí mismos. El proyecto nace del impulso de explorar los prejuicios en las relaciones humanas, y lo hace en clave de comedia. La películas relata una semana en la vida de Valero, Moha y Pep, trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad de las afueras de Barcelona. Durante una semana Moha, el más joven, tendrá que demostrar que está preparado para sustituir a Pep, que se jubila. Pero Valero considera que Moha “no da el perfil”, y duda de que los clientes acepten a un trabajador marroquí en sus casas.

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El filme lo conforman seis capítulos que narran las situaciones que surgen cuando los protagonistas se enfrentan a una reparación. Cada capítulo corresponde a un día de su semana laboral y se construye alrededor de la relación que se establece entre los protagonistas y la clienta o cliente que ha solicitado sus servicios. Bajo una capa de humor, ligereza y cotidianidad, las historias ofrecen elementos de reflexión de mayor profundidad. Neus Ballús ha contado a Audiovisual451 los secretos de esta producción rodada en 2019.

Audiovisual451: ¿Qué supone la selección en Locarno?

Neus Ballús: «Ha sido una suerte la selección no solo porque nos encanta Locarno y el tipo de película que programan, sino porque es uno de los festivales que se va a hacer presencial. Es un fin de fiesta digno poder celebrarlo en persona, tras seis años en contacto».

A451: La película también estará en Toronto…

N.B: «Efectivamente, pero no se va a hacer presencial, en este caso lo haremos a distancia».

A451: ¿Qué fue primero en ‘Seis días corrientes?, la búsqueda de actores o escribir el guion?

N.B: El proceso se parece mucho al que hice en ‘La Plaga’. Yo decido qué universo quiero retratar, que en este caso es el universo de los fontaneros y electricistas, entre otras cosas porque mi padre es fontanero y me había contado mil historias de su día a día. Lo que hago luego es ponerme a buscar el casting en una escuela de instaladores de Barcelona. Me cuelo en las clases y voy viendo a personajes a la vez que recojo historias, anécdotas y voy adentrándome en su universo. A la vez acompaño a algunos fontaneros a hacer sus trabajos. Hago una inmersión en este universo. Pero en ese momento yo no tengo todavía en la cabeza ninguna historia. A partir de este proceso en el que conocí a más de mil fontaneros, elegí a los tres protagonistas y nos pusimos a hacer durante dos años unas sesiones de improvisaciones semanales o quincenales donde hacíamos juegos de improvisación, debates sobre temas de actualidad… casi terapias de grupo. Es decir, ejercicios para preparar a alguien para estar frente a cámara, pero donde se trabaja con  material real. Estas sesiones, donde más tarde fui incorporando secundarios, fueron el punto de partida del guion. Con lo cual, a lo largo de estos dos años, en paralelo, escribíamos el guion de la película. Es decir, sucede todo a la vez».

seis dias corrientes

A451: ¿Cómo fue el proceso de construcción del relato?, ¿Qué parte es ficción?

N.B: «Es una costura de un punto tan fino que no sé decir donde termina el hilo y donde la tela. La tela es el material real y el hilo es lo que nosotros construimos. Es un collage inmenso, para buscar una metáfora. Lo construyo a partir de sus experiencias reales, de las historias que me han contado, de las emociones que ellos han transitado en algún momento en su trabajo. Lo que hago es construirlas, reproducirlas, ver si suceden en lo que yo provoco. Así que está todo mezclado, ficción y realidad. Lo que sí que hacemos es un dispositivo de rodaje que está muy preparado para que técnicamente sea suficiente. Es decir, tenemos un dispositivo de ficción, pero yo a ellos no les explico nada de qué es lo que va a ocurrir ni con quién se van a encontrar, ni qué avería tendrán que reparar. Soy yo la que provoco una avería, les hago entrar en una casa y reaccionar al problema de quién tienen enfrente. Esto lo que provoca es que a nivel de interpretación lo percibas como que estás delante de un material muy real y auténtico. Uso tecnologías tanto del documental como de la ficción sin ningún tipo de prejuicio. Siempre viendo qué es lo más adecuado para la película, para crear esta experiencia atmosférica, donde lo que quiero es que el espectador experimente en su propia piel qué significa acompañar a estos trabajadores durante una semana»

A451: ¿Los actores no tienen entonces que aprenderse unos diálogos?, ¿es todo espontáneo?

N.B: «Eso es. Es todo espontáneo. Bajo mi dirección ellos van reaccionando. Yo los he preparado para que se sientan libres de reaccionar como sientan, como perciban y como crean».

A451: Al rodar con no-actores, ¿esto suma un componente de complicación al proceso?

N.B: «Al final es un juego. Yo al momento de hacer esta película propongo que no es una película de ficción y abiertamente no lo es. Yo incorporo la realidad como parte integrante fundamental. Esto lo que significa es que lo que yo quiero como cineasta, tanto como escritora y como directora, no es que ese componente sea secundario, pero sí que quede en segundo término porque la realidad de lo que sucede delante tuya pesa, ese es tu material. Es como una lección de humildad. Yo puedo querer que esta película vaya en esta dirección, pero lo que están dándome los protagonistas es algo muy fuerte, muy valioso si lo sé mirar con limpieza, no con la idea preconcebida que yo tenía. Es un proceso en el que tienes que estar muy abierta porque la primera escena que sale no es lo que te habías imaginado, pero a lo mejor es mejor. Tienes que mantener el foco muy claro para estar muy abierta en todo momento y saber dónde nos está llevando este viaje que está vivo, que no podemos cerrar hasta el final. Es un reto para la gente que lo quiere tener todo controlado y yo he aprendido mucho en este sentido, en que las cosas pueden estar fuera de tu control y eso está bien».

A451: ¿Tenías claro que el personaje del inmigrante tenía que estar en la película para crear conflicto?

N.B: «Sí, no es algo casual. Y no solamente esto. Para mí es un reflejo real de lo que es la clase obrera y de muchos otros entornos laborales que vivimos. Pero en la clase obrera es una evidencia, gente de todo el mundo trabajando juntos, codo a codo, día a día, debajo del sol y que tienen que entenderse en unas condiciones de trabajo que no siempre son fáciles. Siento que, si tenemos que retratar lo que es la Barcelona periférica y metropolitana, es justa esta selección de personajes donde está Pep, que es el catalán de toda la vida; Valero, que es fruto de esa inmigración de los años 60-70 venida de otras partes de España. Es justo que el conflicto esté en Moha porque es el llegado más recientemente y es lo que vemos más claramente. Para mí la película tiene una cuestión de representatividad incluso a nivel lingüístico, que es muy importante incorporar. Estamos hablando de convivencia en todos los aspectos».

A451: Son personajes que todos vemos en nuestro día a día…

N.B: «Para mí era básico mostrar a alguien como Valero, que es un personaje al que todos conocemos. Puede ser nuestro padre, nuestro tío, vecino, que habla de sus prejuicios sin tapujos y que es abiertamente racista en algunas situaciones. Para mí es importante preguntarnos por qué nos sucede esto como sociedad. Tengo muchos amigos de muchas partes del mundo que me dicen que España es una sociedad racista, y esto no lo podemos obviar. La pregunta es: ¿qué voluntad tenemos todos de explorar nuestros prejuicios, racismos y formas de mirar al otro? ¿Cómo podemos transformarlo? ¿Estamos dispuestos a hacerlo de otra manera? Esto es lo que me gustaría que el público se planteara. ¿Estoy haciendo yo esto de una forma u otra ara cambiar esa actitud? Es una violencia en otro nivel, pero es una actitud violenta y de no respeto hacia el otro muy clara. La película lo que dice es que no solamente se tiene que integrar el que llega, sino que el esfuerzo debe ser mutuo. Moha puede hacer mucho esfuerzo, pero si Valero no quiere ser su amigo… dos no pueden ser amigos si uno no quiere».

A451: ¿Cuánto tiempo ha llevado el rodaje?

N.B: «Seis años llevó todo el proceso de la película, pero el rodaje fue, digamos, clásico, en el sentido en que fueron seis semanas de rodaje principal. Rodamos una semana sí y otra no porque los no-actores se cansan mucho y aparte son trabajadores de verdad, tienen que volver a sus tareas. Después dejamos un tiempo de descanso donde yo quería montar la película y una semana extra que ya estaba prevista de entrada, es decir, serían siete semanas en total para cerrar bien la película. Lo que ocurrió es que estalló la pandemia entre medias y esta última semana se hizo más tarde de lo esperado y por eso se alargó tantísimo el proceso».

A451: Entonces ¿una parte del rodaje se hizo en pandemia?

N.B: «Sí. En el momento postpandemia, cuando empezaron a abrir un poco la situación es cuando empezamos a hacer todos estos días que nos quedaban».

Neus Ballús (derecha), con los tres no-actores protagonistas
Neus Ballús (derecha), con los tres no-actores protagonistas

A451: ¿Cuánto tiempo llevó el proceso de postproducción?

N.B: «Fueron nueve meses de montaje. Esta es una película extremadamente difícil de montar. Yo diría que es el ejercicio más difícil que he encontrado en mi carrera. Primero porque se rueda mucho material, que en este tipo de rodaje puedes llegar a tener 70-80 horas y, por otro lado, cada toma es distinta, el día nuevo es distinto, no hay raccord, los tonos son distintos, digamos que la balanza entre comedia y drama oscila en cada toma y también la balanza entre realidad y ficción oscila también por secuencias y por tomas. Hay que encontrar el equilibrio entre todo esto en el montaje y ha sido extremadamente complicado».

A451: ¿Fue difícil conseguir todos los socios para levantar este tipo de proyecto?

N.B: «Es un tipo de narrativa que no es para nada convencional. Estoy muy agradecida a toda la gente que ha creído en el proyecto porque confiaban en que hacía falta hablar de este universo, hacerlo de esta manera, encarar el tema de los prejuicios en nuestro día a día. Muchas de las instituciones son además públicas y quiero pensar que se ha creído que hace falta fomentar, por un lado, un tipo de proyecto artístico cultural que quiere ir más allá de la norma, que quiere explorar. Y por el otro lado, que está comprometido con temas que nos afectan a todos y en este sentido a mí me preocupan mucho estas muestras de violencia que se están produciendo últimamente hacia lo diverso, hacia lo distinto, hacia lo que no es la norma. Quiero pensar que las instituciones quieren hacer algo a través de proyectos como este que ponen su granito de arena a la reflexión sobre la convivencia».

A451: ¿Cómo surgió la coproducción con Francia?

N.B: «Igual que toda la estructura financiera de la película, es la obra magna de la productora Miriam Porté (Distinto Films ). Ella encontró una forma de financiar y estructurar esta coproducción de una forma brillante, porque no era nada obvio cómo financiarla. Creyó que Francia era un socio natural para la película y así lo ha sido. Han incorporado figuras muy cruciales en el proceso creativo como es el del músico, René-Marc Bini, que estuvo creando música durante toda la parte del montaje, y esto me ayudó realmente a encontrar la película».

A451: De las vas ventas internacionales se encarga Beta, que es un referente…

N.B: «Sí. Esta es una película mediana que se ha podido financiar con todo lo que requería y que tiene unos socios no solamente muy potentes, sino entregadísimos. Beta está haciendo un muy buen acompañamiento a la película para que pueda moverse a nivel internacional y ya estamos viendo sus primeros resultados con la selección en festivales importantes. Creen realmente en la película, en su mensaje, en su excepcionalidad y en cómo ha estado hecha. Está entre la dicotomía de un proceso muy artesanal, muy a medida, hasta un punto que reivindica lo amateur, representado por los no-actores; y a la vez acompañados de socios extremadamente profesionales en el sector».

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A451: ¿Para cuándo está previsto el estreno?

N.B: «No hay fecha prevista. Se espera que sea hacia finales de año, pero no tenemos una fecha confirmada».

A451: ¿Estás trabajando ya en algún otro proyecto?

N.B: «Estoy empezando a escribir una historia, pero es muy temprano todavía porque estas dos últimas películas las he hecho bastante rápido, una después de la otra. Siento que con estas tres películas en las que he profundizado muy intensamente en el trabajo con no-actores y con la realidad se acaba un ciclo y tengo ganas de probar otras cosas. He culminado una forma de hacer, una metodología y tengo ganas de hacer un pequeño giro. Me pasa también en cada película, que me dan ganas de explorar cosas distintas, pero todavía no sé muy bien hacia donde irá».

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