El pasado 31 de julio, la Academia de Cine comunicaba el despido a tres trabajadoras de diferentes, una vez finalizado el ERTE. Esta medida ha sorprendido y ha molestado a algunos académicos, según ha podido saber Audiovisual451.
Las tres trabajadoras despedidas son Ana Ros, coordinadora de la revista de la Academia de Cine, Nieves Martínez, coordinadora del departamento Gestión de datos, y Marta Tarín, que formaba parte de la Fundación Academia de Cine, que ahora han enviado una carta exponiendo su posición en el conflicto. La carta, fechada el 31 de agosto, dice lo siguiente:
Queridos compañeros/as del sector,
Como muchos de vosotros ya sabréis, la presidencia, con aprobación de la mayoría de
la Junta Directiva, nos despidió a tres trabajadoras el pasado 31 de julio, cuatro días
después de levantarnos un ERTE previsto hasta noviembre de este año, cuando nos
encontrábamos al inicio de nuestras vacaciones.
Agradecemos de antemano las numerosas muestras de apoyo recibidas en estas
semanas tan difíciles para nosotras y nuestras familias.
Entendemos que una empresa tiene el derecho a causar baja en sus empleados si la situación así lo justifica y, por supuesto, acatamos las decisiones que se toman en la Junta. Sabemos que el sector está atravesando por momentos muy duros y que son muchos los compañeros del sector que están corriendo una suerte similar a la nuestra.
No obstante, nos han sorprendido mucho los argumentos esgrimidos para nuestro despido en particular, y así queríamos dejarlo expuesto a continuación, en esta carta previa a la Asamblea del 12 de septiembre.
Tras 26 años (Ana Ros), 23 (Nieves Martínez) y 5 (Marta Tarín) trabajando en la Academia de Cine, la razón expuesta para nuestros despidos ha sido por “causas objetivas en base a la concurrencia de causas organizativas”. Además, la institución ha declarado a algunos medios que es por causas económicas debido a “una rotunda caída de ingresos”. Esta afirmación es contradictoria con la realidad de la Academia, tal y como muestran algunos hechos económicos recientes:
– No ha habido problema alguno para pagar las indemnizaciones, que han totalizado unos 200.000 euros.
– Se ha informado de una mayor partida para el programa Residencias que pasa de una aportación de 22.000 euros a 150.000 euros más que el año anterior.
– Se ha anunciado un Programa de Ayudas a la Investigación con una aportación por parte de la Academia de 50.000 euros.
– Se está desarrollando un gestor integral informático cuyo coste está valorado en alrededor de 50.000 euros.
– Se está haciendo una obra de remodelación en toda la planta baja de la sede para convertirla en una cafetería, lo que implica unos gastos que, ante “el panorama incierto”, al que alude la presidencia en su comunicado, no deberían tener lugar en este momento.
– Se han confirmado las dos próximas galas de los premios Goya en Málaga (2021) y Valencia (2022), con sus correspondientes ingresos municipales, los futuros patrocinios que traerán y los derechos de TVE que suponen una parte muy importante de los ingresos de la Academia.
– Y, como apuntan en la carta de despido, en 2020 la Gala de los Goya aportó un beneficio de 1,6 millones de euros.
Las decisiones tomadas no son “para garantizarla sostenibilidad de la institución”, como han subrayado en su comunicado los responsables actuales de la Academia, sino que obedecen a un cambio en su dirección estratégica. Varias son las decisiones que se han
tomado estos últimos dos años que así lo indican:
– La nueva reestructuración de los departamentos y la creación de un nuevo organigrama, que no han contribuido a la mejora del funcionamiento de la Academia ni al reparto equitativo de funciones.
– La eliminación de la Revista impresa ‘ACADEMIA’ tras 26 años de existencia, y de su versión digital anteriormente. Han terminado con un servicio fundamental para los académicos y para todo el sector, y con una importante herramienta de promoción para nuestro cine y sus profesionales, uno de los principales objetivos fundacionales de la Institución.
– La reconversión del club y de la sala de reuniones para académicos en una cafetería abierta al público general. Consideramos que el altísimo coste de una obra como esa no debería ser la principal prioridad de la Academia en plena pandemia.
Cabe preguntarse si este nuevo rumbo emprendido por la Academia encaja con los objetivos fundacionales de la Institución y hasta qué punto este conjunto de medidas ha sido comunicado, conocido y aprobado por la Junta y, en última instancia, por los miembros de la Academia representados en sus asambleas.
Además, mientras los cines luchaban por su supervivencia abriendo sus salas la segunda quincena de junio para poder ofrecer al público las producciones españolas, la sala de la Academia se ha mantenido cerrada desde marzo. La Academia debería haber liderado esa “vuelta al cine” como apoyo a la industria, siguiendo así los fines estatutarios de la institución.
Por último, y no menos importante, explicar las formas en las que se han realizado nuestros despidos: cuatro días después del levantamiento del ERTE y al inicio de nuestras vacaciones, en pleno mes de agosto.
¿Por qué no esperar a la vuelta de nuestras vacaciones? ¿Acaso la presidencia tenía interés en que el mes de agosto ahogase cualquier repercusión negativa de su decisión, y eso primó por encima del trato digno a unas trabajadoras que acumulaban más de 50 años de entrega a la Academia? Y, después de toda esta entrega, ¿no sería lo apropiado una llamada, una explicación o un mensaje de apoyo por parte de la presidencia?
Por otro lado, el formato legal de los despidos, que se definen por causas objetivas, pero con una indemnización que corresponde a un despido improcedente de acuerdo con la actual reforma laboral, en un posible intento de maquillar unos despidos que son, a todas luces, improcedentes.
Nosotras, Ana, Nieves y Marta, nos sentimos muy orgullosas de formar parte del sector del cine y precisamente por el sentimiento de pertenencia a éste, creemos que no se pueden permitir estas actitudes. Por eso solicitamos a los académicos que se informen de estos últimos cambios en la Asamblea que se celebra el próximo 12 de septiembre en el Cine Doré. Sobre todo, porque los despidos no figuran en el Orden del Día.
Queremos reiterar nuestro agradecimiento a todas las personas que nos habéis manifestado vuestro apoyo desde las distintas especialidades de la Academia y del sector en general, porque estas muestras de cariño, solidaridad y reconocimiento a nuestro trabajo ha sido lo que nos ha levantado la moral y nos han hecho ver que este Maravilloso Mundo del Cine es bastante más amplio que el espacio que pueda ocupar la actual presidencia y su gerencia.
Esperamos que nuestros caminos se sigan cruzando en este sector al que queremos y
hemos dedicado lo mejor de nosotras.
Un abrazo muy fuerte,
Nieves Martínez, Ana Ros y Marta Tarín