Olmo Figueredo González-Quevedo, productor en La Claqueta PC, cuenta para Audiovisual451 la experiencia de Producers on the Move, la iniciativa de European Film Promotion destinada a los productores europeos más prometedores del momento y celebrada de manera virtual el pasado mes de mayo.
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«En el año 2004 me trasladé a Hamburgo para realizar las prácticas finales del MEGA, el máster postgrado que la Media Business School organizaba en Ronda (Málaga) y que, sin duda, nos abrió la mente (y las puertas) a muchos jóvenes interesados en esto del cine.
Llegué a las oficinas de Neue Impulse Film, una productora alemana que por aquellos tiempos estaba coproduciendo ‘Obaba’ de Montxo Armendáriz. Allí estuve tan solo tres meses, pero guardo un recuerdo muy especial de una experiencia en la que aprendí mucho.
Fue allí donde supe por primera vez de la existencia de la European Film Promotion (EFP). Aquella organización tenía sus oficinas pegadas puerta con puerta con la de la productora alemana, por lo que tuve ocasión de charlar con ellos y conocer todo lo que hacían. Entre sus programas, contaban con uno que me llamó mucho la atención: Producers on the Move.
Yo ya tenía claro en aquel momento que quería ser productor. En 2002 había fundado La Claqueta PC con mi socio, Manuel H. Martín. Ni siquiera habíamos terminado la Facultad de Comunicación Audiovisual pero como a ambos nos iba la marcha, hartos de tanta teoría decidimos constituir una productora.
Tras mi vuelta de Hamburgo, año tras año veía salir las convocatorias del “Producers” y cómo grandes amigos eran seleccionados. Pero a mi aquello me quedaba lejos. Y es que los primeros años de La Claqueta los dedicamos exclusivamente a prestar servicios a terceros. No fue hasta 2008 que estrenamos nuestro primer documental televisivo, hasta 2012 que lanzamos nuestro primer largo documental (‘30 años de oscuridad’) y hasta 2018 que produjimos nuestro primer largometraje de ficción (‘Ánimas’). Es por eso que año tras año dejé pasar aquellas convocatorias.
Pero llegó 2020 y decidí presentarme. Por primera vez sabía que podía cumplir con los requisitos y que, además, estaba preparado. Pero si bien yo lo estaba, se ve que ni el Producers on the Move ni el propio 2020 lo estaban en absoluto.
Tito Rodríguez, director de Marketing del ICAA, me llamó para darme la mala noticia: debido al COVID19, la EFP había decidido organizar la primera edición digital de Producers on the Move. Fue un bajonazo, la verdad. Porque quien conoce Cannes y disfruta socializando no cambia fácilmente una videoconferencia por el sol de la Croisette o las cervezas de “Le Petit Majestic”.
Mi primer impulso fue decir que no. De hecho, llegué a comentarlo con Tito. Pero luego, según íbamos hablando me di cuenta que quizás esta edición podría ser más una oportunidad que un inconveniente. Porque lo cierto es que lo que nos falta en este momento son oportunidades de conectar con otros productores. Eso de conocer a 60 personas en una semana es algo que nos ofrecen los mercados de forma automática, pero no es tan fácil de conseguir desde el ordenador de tu casa.
Así que, analizado el programa de “Producers”, vistas las expectativas del presente año y tenida en cuenta la incertidumbre que rodea todo lo que está por venir, decidí no dejar escapar la oportunidad. Y no me arrepiento en absoluto. Porque la experiencia ha sido fabulosa y mucho más eficiente de lo que podía esperar.
Y es que los compañeros de European Film Promotion hicieron muy bien su trabajo: a través de Zoom mantuvimos, durante cinco días, diferentes sesiones informativas, análisis de casos prácticos, sesiones de pitching, reuniones uno a uno y reuniones grupales. Técnicamente todo fue sobre ruedas. El programa no falló en ningún momento y los pasos de una sala virtual a otra fueron rapidísimos. Diría además que, para los que somos muy pragmáticos, ha llegado a ser incluso más eficiente que las reuniones convencionales en Cannes. Y es que un mercado te ofrece muchas ventajas: la calidez del propio entorno, la cercanía del contacto físico, las mil oportunidades para organizar reuniones improvisadas… pero también tiene importantes inconvenientes: el disparatado precio del alojamiento, desplazamiento y manutención, la cancelación de reuniones por retraso o por no asistencia, el enorme tiempo perdido en tu agenda por el desplazamiento entre hoteles y el Palais, las constantes interrupciones por llamadas de teléfono o alguien que se acerca “brevemente” a saludarte a ti o a tu interlocutor… nada, absolutamente nada de esto ha ocurrido durante la semana del Producers on the Move.
Y si esto fuera poco, a European Film Promotion se le ocurrió organizar una noche de fiesta con alcohol incluido (cada uno ponía el que quería) y otra comida de cierre del evento (aquí Tito me dio la sorpresa de hacerme llegar una pizza que pude compartir además con mis hijas). Y también funcionó… porque, aunque suena absurdo brindar a través de la pantalla (y lo es), el objetivo que se perseguía era mucho más sencillo: desinhibir a 20 productores de toda Europa durante unas horas, sin necesidad siquiera de hablar de trabajo, para que la próxima vez que nos veamos físicamente podamos abrazarnos como si fuéramos colegas de toda la vida. Esto está por ver, lógicamente, pero creo que en muchos casos funcionará.
Sin duda alguna, el “Producers” volverá el año que viene o el siguiente en su edición convencional. Quien sea elegido/a volverá al estrés, las prisas y, también, al sol y las cervezas de Cannes. No creo que este formato digital venga a reemplazar nada. Seguiremos acudiendo a festivales, mercados, talleres… pero creo que todos (tanto organizadores como asistentes) hemos aprendido durante estos meses que existen alternativas efectivas y viables tecnológicamente para aquellos que, por la razón que sea, no puedan asistir físicamente. Probablemente nos encontraremos con nuevos programas que combinarán lo físico y lo digital… y no nos parecerá extraño.
Lo que sí tengo claro como productor radicado en Sevilla es que, después de este tiempo en casa, rodeado de los míos y sin haber parado la actividad, voy a replantearme mucho más si mi siguiente reunión debe ser presencial o puede ser por videoconferencia. Digo yo que en algo debe notarse que estamos en la era de Internet.»
Olmo Figueredo González-Quevedo.
