‘Robot Dreams’ se ha coronado como Mejor Película de Animación en los Premios de Cine Europeo en el momento idóneo, sólo tres días después de que se haya estrenado en salas españolas bajo distribución de BTeam Pictures.
La última película de Pablo Berger, que celebró su première en el Festival de Cannes el pasado mes de mayo y que ganó uno de los premios de Annecy, el certamen de animación más importante del mundo, ha recibido en la misma semana la noticia de que se encuentra en la lista de títulos elegibles para los Oscar 2024. Y lo hace junto con otros dos largos de animación españoles, ‘Unicorn Wars’, de Alberto Vázquez, y ‘Dispararon al pianista’, la nueva colaboración de Fernando Trueba y Javier Mariscal.
Además, ‘Robot Dreams’ aspira a cuatro premios Goya. «El de Mejor Película de Animación me haría especial ilusión porque nos representa a todo el equipo. Pero si pienso en los demás, Fernando Franco no tiene un Goya por montaje y se lo merece. Alfonso Vilallonga lo tuvo por la música de ‘Blancanieves’, pero ha hecho un trabajo brutal. Y obviamente, si pienso en mí, me encanta estar nominado al guión [texto que escribió con Sara Varon, autora de la novela gráfica en la que se basa la película]. Porque me siento guionista antes que director«, comenta Berger a Audiovisual451 en Berlín, un día antes de llevarse el Premio de Cine Europeo. Quien haya visto ‘Robot Dreams’ entenderá fácilmente que las cuatro nominaciones son cien por cien coherentes. E incluso se puede lamentar que no haya sido nominada a Mejor Película. Sin más apellidos.
Tal y como dijo el bilbaíno cuando subió a recoger el galardón concedido por la Academia del Cine Europeo, “no estaría aquí sin mi productora”, Sandra Tapia de Arcadia Motion Pictures. Y es que la pandemia provocó que los planes saltaran por los aires, porque el estudio irlandés de animación Cartoon Saloon (artífice de películas aclamadas como ‘El secreto del libro de Kells’ o ‘Wolfwalkers’) iba a ocuparse de la producción de ‘Robot Dreams’, pero el confinamiento y la explosión que vivió la animación al ser el único tipo de producción que se podía rodar ocuparon de repente todo el calendario de Cartoon Saloon. “Nosotros teníamos ya la financiación y teníamos que cumplir unos plazos, así que, optamos por montar un estudio pop-up en Madrid y Pamplona, alquilamos oficinas, compramos los ordenadores, diseñamos un pipeline, buscamos en toda Europa animadores 2D, ¡lo cual no fue fácil porque escasean! Y además queríamos hacerlo presencial, en el estudio, no en remoto, aunque tuviéramos que llevar mascarilla”, recuerda Berger.
Arcadia Motion Pictures, que está detrás de otros éxitos recientes como ‘As bestas’ o ‘El cuerpo en llamas’, se ocupó de que a ‘Robot Dreams’ no le faltara de nada, incluyendo profesionales de prestigio de la animación como José Luis Ágreda (director de arte) o Benoit Feroumont (director de animación), “que dejó su vida en Bruselas dos años en stand-by para trabajar con nosotros.” Pero Berger hace especial hincapié en su productora: “A pesar de que Sandra Tapia es más joven que yo, para mí es como una figura maternal, me anima a ir más lejos, a arriesgar. Arcadia es una productora que no le gusta repetir fórmulas, son románticos, aman el cine por encima de todo, se mueven por talento y proyectos. Siempre hacen películas un poco a contracorriente, pero de alguna manera el público también está con ellos, es decir, el público también está listo para cosas diferentes.”
El resultado es una película muy Pablo Berger, como decía Tapia en entrevista con Audiovisual451 en plena producción del filme, con “humor, emoción y un exquisito lenguaje cinematográfico.” “La animación te permite contar historias diferentes a las que habitualmente puedes contar en imagen real. Y eso para mí ha sido lo más especial”, dice Berger. “Te pongo un ejemplo. En ‘Robot Dreams’ he podido meter una secuencia de un musical con miles de bailarines bailando claqué. Algo impensable con los presupuestos que solemos tener los cineastas europeos. Hay también una secuencia de acción digna de una película de James Bond, que es una carrera de trineos, tampoco se hubiese podido hacer por la dificultad y por su coste. He podido hacer que animales se comporten como humanos, como personajes antropomórficos. La animación es maravillosa y mi experiencia ha sido increíble”, dice, sin descartar volver a esta técnica para próximas producciones.
Porque Berger no entiende el cine sin riesgo. “Bueno, el cine ya por su naturaleza es riesgo, ¿no? Me tomo cada película como si fuese la última. ¡Vamos, que a día de hoy tampoco sé si voy a tener la oportunidad de hacer una nueva película! Dependo de los resultados. De alguna manera siento que mis películas son como mis hijos, que tienen mi ADN. Son guiones originales, hay humor, hay emoción, hay sorpresa. Pero físicamente son muy diferentes. Formalmente son muy diferentes entre sí, como pueden ser los hijos y las hijas entre sí. Entonces, me gusta eso que formalmente, aunque la esencia es la misma, sean muy diferentes. He hecho ‘Blancanieves’, una película de época en blanco y negro. He hecho ‘Robot Dreams’, con colores saturados, en animación… Sandra [Tapia] siempre me dice “¿para cuándo el musical?” Y yo le digo que ‘Robot Dreams’, e incluso ‘Blancanieves’, ya son musicales… sinceramente, no sé cuál va a ser mi próxima película”, confiesa.
Después de años dando forma a este proyecto, de haber pasado por múltiples festivales y de haber concedido decenas de entrevistas, el director confiesa que aún no está saturado de ‘Robot Dreams’, de hecho, empieza una semana de promoción en Francia y después le esperan Estados Unidos, Inglaterra… “Afortunadamente se ha vendido a todo el mundo. Estoy en plena promoción con el megáfono. Además, hay que pasar los Oscar.” Las ventas internacionales corren a cargo de Elle Driver.
Justo cuando la llamada animación para adultos está en auge, aunque la apuesta por este tipo de producciones sigue siendo tímida, ‘Robot Dreams’ propone una historia para un público indefinido. ¿La entendería un niño? ¿Entusiasma a mayores? “Es una película abierta que no quiere excluir a ningún espectador, sino que quiere abrazarlo. Y quiere un público cinéfilo. Quiere un público infantil. Y quiere ese público que va una vez por semana al cine a pasar un buen rato. Yo creo que es posible que nuestra película pueda juntar en una sala cinematográfica a un público tan variado como el que te acabo de decir”, asegura Berger. Y aunque en Audiovisual451 no tenemos costumbre de pronunciarnos, en esta ocasión sentimos que no podemos dejar de recomendar encarecidamente el visionado de ‘Robot Dreams’. Por sus colores. Por su música. Por las miradas de los personajes. Por su mutismo. Por la emoción. Por su principio. Por su final. Bueno, y por su parte intermedia. En definitiva, porque sí.