Después de producir y dirigir más de 25 documentales para televisión, Paula Palacios debuta en el largometraje con ‘Cartas mojadas’, una obra rodada en el mar y centrada en el drama de la inmigración. La película es una de las cuatro candidatas al Goya a Mejor Documental en 2021.
Durante cinco años, Palacios y su equipo han estado rodando y montando las imágenes que reflejan los años más trágicos de la migración hacia Europa y la misión más dura del Open Arms. ‘Cartas mojadas’, con la producción asociada de Isabel Coixet, obtuvo el Premio del Público de la Sección Oficial de Documental de la 23ª edición del Festival de Málaga y de la 25ª edición del Festival de Ourense (donde consiguió también el Premio CIMA y una Mención Especial del Jurado). El documental se estrenó en cines españoles en octubre de 2020 con distribución de Syldavia Cinema. ‘Cartas Mojadas’ es una producción de Morada Films con el apoyo del ICAA – Gobierno de España y de Al Jazeera Documentary Channel.
Paula Palacios, directora, productora y, en definitiva, artífice de ‘Cartas mojadas’, comenta para Audiovisual451 cómo fue la producción de este documental de temática social.
Audiovisual451: Paula, ‘Cartas mojadas’ es el resultado de mucho tiempo de trabajo, ¿no?
Paula Palacios: “Es un documental que hemos producido durante cinco años, ha sido una labor de ir poco a poco, con mucha incertidumbre, porque sabíamos cómo empezábamos pero no sabíamos cómo íbamos a acabar, un poco a remolque de lo que iba ocurriendo en el Mediterráneo. Se cierra el paso por Lesbos, entre Turquía y Grecia, y empiezan las ONGs como Open Arms a operar en el Mediterráneo Central. Teníamos que ir adaptando los medios.”
A451: ¿Cómo habéis financiado ‘Cartas mojadas’?
P.P.: “Esta es una película muy pequeñita que desde fuera se ve más grande, porque cuenta con el apoyo de Isabel Coixet y la factura final es muy buena. Nuestra productora es sólida, yo llevo 15 años haciendo documentales y con Morada Films llevamos unos cinco o seis años. La producción se ha sostenido sobre todo con el músculo de la productora, más que con la financiación del ICAA y Al Jazeera Documentary Channel. Nosotros también hemos apostado más en la promoción y distribución.
Es cierto que, a nivel rodaje, era barato, porque íbamos dos personas, máximo tres personas. Por ejemplo, en el Open Arms éramos dos y un fotógrafo, a Libia fui yo sola porque no le dieron visado al resto del equipo y tuve que contratar a un equipo local… Sin embargo, toda la postproducción ha sido muy larga, hemos contado con tres montadoras porque hemos estado cinco años con muchísimo material entre manos, le hemos dedicado muchísimo tiempo al montaje. También hemos invertido mucho en el sonido, que creo que es espectacular.
Hemos intentado llevar la factura de la película a un terreno cinematográfico, porque es un tema social que puede cansar en ocasiones. Quería que el público tuviese claro que iba a ver una película.”
A451: ¿Sabrías decir cuánto tiempo estuviste rodando fuera de España?
P.P.: “Puede que estuviésemos rodando dos meses. En Libia estuve tres semanas, porque después de lo que me costó conseguir el permiso no iba a estar tres días… En Lesbos pasamos unos diez días y la misión en el Open Arms duró 15 días.”
A451: Rodar en el mar y en otros países es siempre complicado… ¿cómo te organizas?
P.P.: “Es complicadísimo, llevo muchos años rodando en terrenos hostiles y sobre temas de inmigración. Tenía bastante clara la distribución del equipo. Por ejemplo, llevaba un operador de cámara, pero yo también llevo una cámara, por lo que pueda pasar, y llevábamos otra de repuesto, eso sin contar las múltiples GoPro. De hecho, pasó… una de las cámaras principales durante el rescate del Open Arms, en la Zodiac, se llevó varios golpes y dejó de funcionar.
Obviamente, en el barco nos mareamos todos, porque fue tremendo. Ten en cuenta que éramos 19 personas a bordo y se subieron 501, el barco no está preparado para eso. Nunca el Open Arms ha llevado a tanta gente. Súmale olas de tres metros, olores… Ahí es donde te vale la experiencia de lo que tienes que grabar para luego poder montar. Por suerte, teníamos material muy rico y las montadoras siempre decían que podían salir varias películas diferentes.”
A451: Así que, contabais con mucho metraje…
P.P.: “Yo ruedo mucho, unas dos horas al día. Solo en los 15 días del Open Arms, donde quizá llegamos a las tres horas diarias, serían unas 45 horas. Sumando los días de Lesbos y Libia, calculo más de 70 horas rodadas. Hay que tener en cuenta que partes que he rodado se han quedado fuera, hay mucho ‘por si acaso’. Por ejemplo, cuando llegó el Aquarius a Valencia fue en junio de 2018, el año cuando nosotros estuvimos en el Open Arms, y eso no lo montamos.”
A451: Este tipo de documentales siempre están supeditados a la actualidad, ¿cómo gestionas eso?
P.P.: “Lo que me ha generado más angustia como directora y productora de la película ha sido el no saber muy bien qué iba a pasar. Teníamos las imágenes del Open Arms y mucha gente me presionaba para que las sacara a la luz, pero yo no quería. Luego, en junio de 2018, llega el Aquarius a Valencia, que fue un evento más mediático y político, pero que no tenía comparación con lo nuestro en el Open Arms. Con el Aquarius era la primera vez que se vetaba la entrada de un barco en un puerto y luego el Gobierno de España se ofreció para que desembarcase en Valencia. Con toda esta repercusión me preguntaba si yo había perdido mi ocasión de sacar el material, porque todavía no tenía claro que me fueran a dar permiso para ir a Libia.
Yo estuve en Valencia, alquilé una zodiac y sacamos unas imágenes brutales que muchos medios me querían comprar, yo las quería para mi película y luego no las hemos utilizado… También rodamos en Italia una reunión entre guardacostas libios e italianos, obviamente no grabamos la reunión, pero sí la entrada en el hotel de todos. Ellos siempre han negado que estos acuerdos no existen, pero nosotros sabemos que sí. Esto tampoco está en la película.”
A451: ¿Qué hay de la distribución internacional de ‘Cartas mojadas’?
P.P.: “Estamos organizando el estreno en cines en Italia, pero la pandemia no nos ayuda, la verdad. Antes de vender la película a alguna televisión, queremos seguir apostando por estrenar en salas de cine. Probablemente estrenemos en Francia. Había interés de varias televisiones internacionales, pero queremos primero agotar la ventana del cine.”
A451: ¿Cómo te sientes con la nominación al Goya?
P.P.: “Creo que nuestro documental reúne una serie de ingredientes para tener una nominación al Goya. El nuestro no ha ido mal en cines, pero en mi quiniela para la nominación también estaban ‘Dehesa’, ‘El Drogas’ o ‘Palabras para un fin del mundo’. Creo que los académicos han apreciado el valor cinematográfico de ‘Cartas mojadas’, había muchas opciones y nos podíamos haber quedado fuera.”