Está claro que el año y pico de pandemia nos ha cambiado la vida a todo el mundo. Imagino que suena obvio, así dicho en general. A mí, entre otras cosas, me ha cambiado la forma de escribir. Ser uno de los siete autores finalistas que hemos vivido en la Residencia de Creadores de Series de Cannes, Canneseries Unlimited 2021, ha supuesto el broche a ese cambio, no sin puntos de giro y adaptaciones continuas.
Siempre me ha resonado aquel consejo de cuando estudiaba cine en Argentina: «Escribe de lo que conoces». Creo que solo hay dos caminos para conseguirlo: o bien hablando de experiencias personales que quedaron marcadas para siempre y necesitan salir a la luz o bien investigando en profundidad, casi obsesivamente, temas que te interesan genuinamente o que se te han encomendado y consigues hacer tuyos de verdad. Eso respondería al ‘Qué’ escribir. Y en pandemia hemos escrito muchos «Qués».
Pero los «Qués» son limitados, han sido expresados, narrados y manoseados en una gran diversidad de formatos y duraciones, en papel y en pantallas varias. Por eso, la otra cara de esa misma moneda es el ‘Cómo’ escribirlos. No hablo de la forma solo, aunque mi personalidad múltiple de guionista-director e ilustrador me impulsa a subrayar lo visual. Hablo del punto de vista personal, local, auténtico y con potencial para viajar. Los laboratorios y residencias internacionales de guionistas no se cansan de repetírnoslo, creo que lo tengo ya tatuado.
Si las temáticas y las tramas son limitadas, los puntos de vista son ilimitados. Puede que sean similares en algunos casos, sí; esos espejos deformados existen y se replican, pero el ángulo desde el que mira cada persona es irrepetible. A eso responde el ‘Por qué tú’ escribes ‘Qué’ y ‘Cómo’ lo escribes. Pero también por qué no otra persona puede hacerlo de ese modo único: el ‘Por qué tú’ debes contarlo. Y eso afectará también al tema y desde dónde lo miras. Además están los casos de series y películas cuyo germen es coral, es decir varios puntos de vista en combinación, negociación y enriquecimiento mutuo desde el origen. Aquí me centraré en el caso del creador individual en el nacimiento de la obra ya que las residencias suelen seleccionar la visión de un solo autor y buscan su ‘Voz’. Después, si todo va bien, llegarán los equipos y los compañeros de viaje.
Volviendo al punto de vista propio, éste influye en la manera de mostrar a jurados y productoras que deberías ser tú el que narre esa historia concreta. Sea en una reunión de Zoom desde casa, en el sala de un laboratorio de guionistas o en un festival internacional repleto de miradas con mascarilla, supone hacer tu punto de vista imprescindible. Cada vez. Con honestidad.
En mi caso, tiendo a mirar, escribir y expresarme desde el cuento, por muy retorcido, visual y personal que sea el lugar desde el que lo narro. Y eso me hace disfrutar de la escritura pero también de la oralidad del relato tan necesaria en un mundo en el que el guionista «pitchea» rodeado de gente tanto como (re-)escribe en la soledad de su teclado.
Antes de seguir, debo decir que de tanto hablar de los «Qués», «Cómos», «Por qués» y «Por qué tú con tu punto de vista», no hemos nombrado quizás lo más importante: ‘Quién’. Llegaremos, pero lo tengo que dejar para un poco más adelante por respeto a la cronología de la experiencia que estoy intentando desmenuzar y reconstruir.
Desde justo antes de la pandemia, una de las enseñanzas que me he llevado en mi mochila de narrador es volver a darme cuenta de que somos herederos de dos formas de contar. La escrita y la oral. Y que, para algunos, eso es un «derbi» entre dos equipos de fútbol gigantes e irreconciliables.
Hay guionistas que solo disfrutan de la página en blanco que van llenando de secuencias y diálogos hasta llegar a The End. Que llegan al éxtasis cuando por fin imprimen el guion. Que saben de lo esencial de los mapas de tramas pero que disimulan mal cuánto destestan los ‘One page’, minibiblias y dossieres de 10 páginas, con storylines, descripciones de personajes, localizaciones, universo, tono, estilo, tratamientos, temas, cartas de intenciones, targets… Quizás algunos son de los que dejan para el final la preparación del ‘Pitch’ de su obra hasta que llega el día de concretar en 5 minutos irrepetibles el trabajo de meses o años. Y ese día se convierte en una tortura.
Hay otro equipo que adora el arte extraño de la concreción y síntesis del dossier, que goza del ‘Pitch’ y de volver al relato susurrado en torno a la hoguera. Son especialistas en la transmisión de la pasión por una historia contada en vivo. Cómodos aunque las personas que les escuchen sean cargos ejecutivos de canales de TV, plataformas y productoras. Pero, eso sí, lo de escribir solo frente al ordenador «ya tal».
Siempre puede encontrarse un equilibrio entre esos dos equipos y creo que quienes lo consiguen disfrutan más. Algunos amamos ser cuentacuentos y, a la vez, necesitamos fijar negro sobre blanco nuestras historias literarias y audiovisuales. Por igual, porque ambas son esenciales hoy para poder crear, validar, dar vida, solvencia, sentido y estructura a una obra y/o producto audiovisual. Porque no se rueda ni una sola toma sin convencer antes de que lo escrito merece ser desarrollado, primero, y producido, después. De la forma que nos lo pidan, de viva voz o en una nueva versión del guion del piloto, sin traicionar el alma de nuestro proyecto.
¿Cómo llegar a manejarse en los dos ámbitos sin dejarse la piel en el intento? Todavía no estoy seguro. Pero en lo que llevamos de tiempo pandémico no he dejado de traspasar la línea difusa entre el guion escrito y el guion contado en vivo para acercarme pasito a pasito a la futura producción de mi historia: ‘1999’.
Y gracias a eso he encontrado el sentido del ‘Quién’ que os anticipaba antes. Esa es la clave que he aprendido en estos meses de pandemia. La he ido descubriendo a través de mi camino desde mi selección en VLC Pitch Forum de Valencia (gracias a una maestra del pitch y a ases del guion en español); pasando por mi beca Ibermedia en el LabGuion, Laboratorio Internacional de Guion de Colombia (con profundos análisis de script doctors de altísimo nivel llegados de media docena de países de Latinoamérica y Europa); hasta ser finalista entre cientos de aspirantes en la Residencia de Guionistas y Creadores de Series de Cannes, Canneseries Unlimited 2021 (con showrunners, guionistas y directores de Europa y USA, con plataformas, productoras, colegas y asesorías de medio mundo) como único español seleccionado en los cuatro años de residencia. Intenso y extenso. Meses de desarrollo, mentorías, escritura solitaria, masterclases, keynotes, más escritura solitaria, preparación de pitch, más mentorías, reescritura colectiva en ‘Writer’s room’, pitch y más pitch y la posterior reescritura solitaria, claro.
La primera versión de ‘1999’ surge en verano de 2017, ya había vuelto de mis años de formación y rodaje en Argentina. Al observar un mundo en retroceso, racista e intolerante, brotaron los personajes y las secuencias. Inspirado en hechos reales, di con un universo y con historias corales de ese tipo de personas que te importan y te hacen viajar. Que nacen de revivir tus recuerdos. Que se equivocan en el peor lugar y época posibles. Bien, la historia genuina ya estaba. Pero faltaba algo. Y entonces mi vida se llenó de otros trabajos creativos, con el foco en dos largometrajes. Dejé ‘1999’ aguardando su momento. Sí, procastinar está mal, ya lo sé. Pero se puede aprender de eso y afrontar los retos.
Fue a partir de 2019, después de dos años de presenciar demasiadas veces, y cada vez más cerca, el crecimiento del odio al que siente o piensa distinto o al que tiene un color de piel o un acento diferente, cuando decidí reemprender ‘1999’. Lo necesitaba. Así que lo compartí con personas muy cercanas del audiovisual. Entonces vi esa chispa de entusiasmo cuando leían mi proyecto. Me convencieron de que había llegado el momento de mostrarlo. Lo hice presentándolo a concursos y convocatorias nacionales e Internacionales.
Tras noes y síes, llegó la pandemia pero también llegaron esos premios y selecciones que me permitieron compartir sala con colegas y expertos mundiales. Primero online y luego en persona. Fue escuchando a la gente que escribe, produce, rueda, a la que más sabe y sabe contarlo, cuando descubrí mi ‘Quién’.
El árbol entre el bosque intentando ser descubierto y que por fin grita: aquí, en esta historia, ¡yo! La protagonista, la verdadera cara que teje y moviliza todas las historias, repleta de humanas imperfecciones, que sufre y hace sufrir, que engancha porque perturba pero así identifica al público. La que carga y porta con decisión tu «Tema» y tu «Por qué tú» a lo largo de las historias. La que tiene la motivación y el impulso para hacer lo que hace, la que se niega a aceptar el reto de lo que debe hacer, la que hace lo que no debe y a la que hacen lo que no espera; la que quiere algo pero necesita otra cosa muy distinta, la antiheroína, la que aprende pero se resiste a hacerlo. La que sacrifica y se transforma en continua tensión entre sus objetivos ciegos y esas necesidades por desvelar. La que te hace enfadar, reír y llorar pero, sobre todo en el mundo de las series, la que te hace esperar y querer más.
Personajes incluso por encima de tramas. Tras no dejar de escucharlo en las residencias y concursos, me queda claro. Sin olvidar todo lo demás, focalizar y profundizar en ‘Quién’ te lleva de la mano hasta el público soñado.
Alejandro Cortés es director, ilustrador y guionista y ha particiado en la residencia de guion CANNESERIES Unlimited en 2021.