El próximo 17 de octubre finaliza el plazo de inscripción para proyectos de largometraje en la octava edición de La Incubadora, el programa de desarrollo de proyectos de la Escuela de Cine del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), que se ha convertido en una referencia para la industria audiovisual nacional.
Se trata de una iniciativa dirigida a productores emergentes residentes en España, acompañados con un director, cuya película puede ser su primer, segundo o tercer proyecto. La Incubadora acepta largometrajes de cualquier género, con al menos una primera versión de guion y cada uno de los cinco proyectos seleccionado reciben una dotación de 10.000 euros como ayuda al desarrollo.
Después de siete ediciones La Incubadora destaca por el alto nivel de ejecución de los proyectos y por el programa de desarrollo de la ECAM han pasado obras tan reseñables como ‘O corno’, de Jaione Camborda, ‘Cinco Lobitos’, de Alauda Ruiz de Azúa, ‘Matria’, de Álvaro Gago Díaz o ‘20.000 especies de abejas’, de Estibaliz Urresola, entre otros muchas.
La Incubadora es, sin duda, el programa estrella del ECAM Industria, la rama de la escuela que integra el entorno educativo y el profesional, que incluye otro tipo de actividades como La Distribuidora o ECAM Forum. Rafa Alberola, Responsable de ECAM Industria ha atendido a Audiovisual451.
Audiovisual451: ¿Qué novedades hay en la octava edición de La Incubadora?
Rafa Alberola: «No hay grandes novedades, la verdad, no ha habido cambios en las bases. Lo que sí podemos decir es que, al igual que en la última edición, los cinco proyectos de La Incubadora pasan automáticamente a ECAM Forum 2025, nuestro nuevo foro de coproducción internacional del que ya hicimos este año su primera edición y que fue todo un éxito»
A451: ¿No fue toda una sorpresa esa primera edición de ECAM Forum?
R.A: «Es un proyecto que teníamos desde hace tiempo, pero no conseguimos luz verde a la financiación hasta enero y en seis meses tuvimos que hacerlo absolutamente todo: Reclutar al equipo, encontrar al coordinador para el proyecto (Alberto Valverde), un lugar para llevarlo a cabo… Sí, realmente estamos sorprendidos del éxito de esa primera convocatoria, de la cantidad de gente que participó y de la calidad de los proyectos presentados. Me enorgullece mucho ver a gente de la industria nacional por Matadero Madrid reuniéndose con representantes de la industria internacional. Quizá no te interesa ningún proyecto, pero seguro que el foro te va servir».
A451: Por cierto, te pones a repasar las películas que han pasado por La Incubadora y es increíble, tenéis Conchas de Oro, Premios Goya, distinciones en la Berlinale… Y con solo siete ediciones hasta ahora prácticamente han salido adelante todos los proyectos seleccionados ¿no es así?
R.A: «Pues mira, de la primera edición, hay uno que no se hizo, pero porque el director cambió de profesión. Pero me gusta contar que los productores de ese proyecto han presentado en San Sebastián este año ‘Por donde pasa el silencio’, de Sandra Romero, producida por Mammut, Playa Chica, Icónica y Auna. En esa película, prácticamente todo el mundo es alumni de la ECAM, todos los productores. Este es un ejemplo de un proyecto que no salió, pero La Incubadora sí les sirvió, porque han seguido haciendo películas. De la segunda edición sí que se han hecho y estrenado las cinco películas. De la tercera edición, pues, si no me equivoco, van cuatro. Ya empiezan a salir las de la cuarta edición. ‘O Corno’ triunfó en San Sebastián el año pasado. En Sitges se ha estrenado ‘Bodegón con fantasmas’, se rodará ‘Las líneas discontinuas’, de Anxos Fazáns…»
A451: El grado de efectividad del programa es altísimo. No sé si hay algún otro laboratorio con ese grado de éxito…
R.A: «La verdad es que es difícil medir el éxito, ¿no? Están estos datos concretos de premios, selecciones y demás, pero para mí el gran valor que tiene La Incubadora es el proceso de formación y de capacitación de los productores. Los frutos de eso se ven a más largo plazo, independientemente de que la película se haga o no. Realmente nuestro principal objetivo no es tanto que los productores levanten estos proyectos, sino que sigan trabajando en la industria y eso sí que ha pasado habitualmente. La gente que pasa con La Incubadora está en el mundo del cine o en la industria audiovisual».
A451: Además, ECAM está cada vez más presente en los festivales…
R.A: «Hace ya unos cuantos años que nos dimos cuenta que necesitábamos tener presencia en festivales y empezar a formar parte activa de la industria, lo que nos permite estar al día, saber qué se mueve, cuáles son las tendencias, porque este es un mundo muy cambiante. Por otro lado, es fundamental que los alumnos comprendan ese otro lado. A mí me gusta mucho que los alumnos vean pasar a los incubados y a los mentores por la escuela. O que un día pase por allí Rodrigo Sorogoyen para una mentoría, creo que eso es muy bonito. Como alumno, creo que hace que te sientas un poco más orgulloso y poco a poco se van creando alumnos más conscientes. Si les llevas a festivales y les explicas cómo funciona, pues sus primeros pasos cuando salgan de la escuela van a ser un poquito más ágiles y fáciles».
A451: ¿Y en qué punto está La Distribuidora?
R.A: «Con La Distribuidora tuvimos un proceso de reflexión importante hace unos años, sobre qué estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo y cómo lo tenemos que hacer. Dejamos de distribuir una serie de películas, teníamos un catálogo que era para gente que había pasado por la escuela y era un servicio de pago. Ahora nos centramos solamente en los cortos de los alumnos de tercer curso y lo entendemos como parte de su proceso formativo. Hacemos una estrategia de distribución, hemos limitado mucho los envíos a festivales y hemos comprobado que la calidad ha aumentado. Hace poco sacamos unos datos y hemos disminuido por cuatro los envíos, mientras las selecciones se han mantenido. De repente, cortos de alumnos van a Gijón o a Visions du Réel, cosas que siempre habían costado mucho. Pasa por esa individualización de la estrategia y hacerles también partícipe a ellos. Muchas veces no entienden lo que estamos haciendo y te dicen, no, yo quiero ir a Cannes y les tienes que explicar que su corto no es para Cannes y que, además, lo más probable es que no le vayan a seleccionar. Todo eso es parte de ese proceso formativo y eso ocurre una vez que se han graduado, durante ese cuarto año. Así, después de graduarse, siguen estando muy involucrados con nosottros. Ese es el gran cambio que hemos hecho con La Distribuidora y luego, por supuesto, seguimos distribuyendo las películas de Madrid en corto.
A451: ¿Qué será lo próximo de ECAM Industria?
R.A: «Esa es la pregunta que me hacen siempre. ¿Qué es lo próximo? Pues, por ahora, mantener lo que estamos haciendo y seguir haciéndolo bien, que no es fácil. Me da miedo que nos acomodemos. Me gusta cada año introducir algunas variaciones en el programa de La Incubadora, en función de lo que ha funcionado un año, lo que no, los proyectos específicos. Este año nunca lo había hecho, pero me lo pidieron y hemos hecho una sesión sobre la relación con la prensa y lo vamos a repetir el año que viene».
A451: ¿Cómo van las inscripciones en octava La Incubadora?
R.A: «Nada de lo que te diga ahora es significativo. En España nos encanta hacerlo todo en el último minuto. El año pasado cerrábamos la convocatoria un viernes y el lunes anterior yo estaba histérico hablando con comunicación para ampliar el plazo, porque solo habíamos recibido 20 proyectos. Pues el viernes a las 3 de la tarde teníamos 186. Es increíble».
A451: ¿Hay algún tipo de discriminación positiva para las mujeres cineastas?
R.A: «La paridad es complicada porque seleccionamos un número impar de proyectos, no tenemos cuotas, pero sí un comité que es muy consciente. Este año contamos con cinco productoras mujeres y casos así han pasado. En la cuarta edición, por ejemplo, de los diez participantes, solo uno era un hombre. Son cosas que, por suerte, van surgiendo de forma natural y si se descompensa, pues lo revisamos».
A451: ¿No os gustaría que hubiese más variedad de géneros, más películas de terror, comedias… ?
R.A: «Mi gran obsesión es conseguir diversidad de géneros, eso me quita el sueño. Como han salido ciertas películas que han funcionado muy bien, pues la gente presenta películas de ese perfil y entonces al final son las que se seleccionan… En siete ediciones ha salido una película de género, ‘El páramo’, pero es que no se presentan o no llegan a ser seleccionadas porque hay otros proyectos mejores y contra eso no podemos luchar. Creo que hay gente que no participa con proyectos de terror porque piensa que en La Incubadora no se eligen ese tipo de títulos, que lo único que buscamos son películas como ‘Cinco Lobitos’, pero ‘Cinco Lobitos’ ya ha pasado por La Incubadora. Me encantaría que hubiera comedias, claro que sí».