¡‘Robot Dreams’ se apunta otro tanto a su larga carrera de victorias! Y allí estuvo Raimundo Hollywood y su fiel compañero el oso cinéfilo Ovedito para celebrarlo. Esta vez se trata del premio Annie, el que los periodistas vagos llaman el Oscar de la animación y las plumas privilegiadas desconocen porque como la animación se la trae al pairo para que se van a preocupar de sus galardones. Llámalo como quieras, pero el galardón es molonudo, una reproducción de un zootropo en dorado que gira y todo. Eso sí, la organización que entrega el premio desde hace 51 años, conocida por sus siglas como ASIFA y formada por los profesionales mayormente estadounidenses de la industria animada, lo mismo que te da el premio te lo quita. Vamos que nada más que tienen un par de ellos para dar el pego el día de la ceremonia y en cuanto los ganadores salen del escenario y después de la foto se lo quitan de las manos y les prometen que se lo mandan a casa con su nombre en un mes o así… Pelo cutre pero el premio mola mazo.
Volvamos a lo que importa y es que en un mes o así Pablo Berger recibirá este bonito trofeo en casa por esa película que ya deberías haber visto que es ‘Robot Dreams’ y que da así un pasito más cerca del Oscar al que también aspira. De las cinco candidaturas a las que aspiraba en los Annie ganó el de mejor película independiente porque el premio a mejor película, chin pum, sin más, se lo llevó su gran rival, ‘Spider-Man: Across the Spider-Verse’. La peli arrasó a lo largo de una velada muy animada (jeje, el oso además de cinéfilo es chistoso) en la que ‘Nimona’ era la que apuntaba a llevárselo todo con el mayor número de candidaturas antes de empezar y se quedó con dos galardones de nada.
Pero no hay mal que por bien no venga porque la victoria de ‘Spider-Man’ incluyó el segundo premio español de una gala que tuvo lugar en el campus de la UCLA, en el teatro Royce-Hall. Hablamos del zootropo que se ganó el maravilloso dibujante de cómics también metido a diseñador de personajes, Jesús Alonso Iglesias. Que conste que bajo su aspecto taimado hay un artista como la copa de un pino que acaba de ganar también en el Festival de Angouleme de cómics el premio Elvis de Oro al mejor álbum de rock por su último trabajo junto a Juan Díaz Canales, titulado ‘Judee Sill’. Ya te lo puedes ir comprando que te lo van a quitar de las manos.
En total dos galardones para la “vibrante animación española”, como dijo Berger encantado cuando recogió el galardón con todo su equipo en referencia a la industria de la madre patria (que sabemos que es vibrante aunque no sabemos cuánto tiene de industria). Otros dos se quedaron ahí en una ceremonia que barrió para casa (y por casa hablamos de industria yanqui) todo lo posible. Porque tanto Diego Porral, parte del equipo de la serie ‘Scavengers Reign’, como Rodrigo Blaas y su trabajo en ‘Star Wars: Visions’ estaban nominados, pero se fueron con las manos vacías y sin que los de ASIFA les vayan a mandar nada a casa en el próximo mes.
El director español Raúl García, que hablando de cómics también acaba de publicar en Estados Unidos su álbum ‘The Fall of the House of Usher’, estuvo en los Annie como parte del jurado. Y puestos a hablar en español, también estuvo el mexicano Jorge Gutiérrez, que disfrazado de luchador de lucha libre pero con orejas de ratón abrió el fuego presentando la velada. Pero el que realmente acaparó todas las miradas y los selfies, además de hacerse con un premio por el corto ‘War is Over’ que probablemente repetirá en los Oscar por ser hijo de, fue Sean Ono Lennon, el vástago de John Lennon y Yoko Ono, que estaba como un pez fuera del agua viendo con ojos de marciano a esos otros marcianos llamados animadores.
Fue una ceremonia excesivamente larga y ombliguista y quizás por eso salieron todos escopetados nada más concluir la gala a por los canapés, que en la copita de bienvenida los Annie no habían dado ni una patatita. No hubo gambas y el pan de las hamburguesas estaba un poco tieso pero la verdad es que los de ASIFA supieron alimentar a los animadores hambrientos que comieron como lobos en una noche que acabó pasada por agua y con todos los invitados bebiendo en la alfombra roja, el único lugar bajo techado durante la fiesta.
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