Ovedito y Raimundo Hollywood siguen en Estocolmo, al menos mentalmente, luchando contra la ola de calor que hay en el resto del mundo. Allí también pero la cosa siempre parece más fresquita con los escandinavos. Además estamos de celebración. El 100º aniversario de uno de los grandes genios que parió Suecia, el de Ingmar Bergman.
Cien años del nacimiento de uno de los nombres más venerados del cine que el Museo de las Artes Escénicas de Estocolmo conmemoró sacando a la luz los trapos sucios del maestro. Bueno, no tan sucios. Una colección de vestuarios, guiones, bocetos, decorados, maquetas y otras zarandajas principalmente de su trabajo teatral, ese que solo veían los suecos mientras los demás nos dormíamos o disfrutábamos con sus películas. Una expo que ya pasó por el museo del cine de Berlín y que les vino de perlas a los suecos para este cumpleaños.
El nombre del creador de ‘El séptimo sello’, ‘Fanny y Alexander’, ‘Fresas Salvaje’s, ‘Persona’, ‘Gritos y susurros’ o ‘Escenas de un matrimonio’, por soltar algunos títulos de estos clásicos de filmoteca tiene en Estocolmo con su propia calle, al lado del Teatro Nacional donde estos días se recuerdan sus trabajos. Y su rostro es parte de la moneda nacional (y de la de juguete). Pero lo que más ilusión le hizo a Ovedito son los nuevos sellos que han salido para recordar su onomástica, esa a la que no llegó, fallecido en el 2007 a los 89 años.
Eso sí, el nominado a nueve Oscar sería un genio pero no todos guardan el mismo grato recuerdo de su persona. Stellan Skarsgard, su compatriota, trabajó con él dos veces. “Y le detesté tanto como persona como admiré su trabajo”, nos dijo cuando le vimos en Estocolmo. Nos recomendó el documental ‘Un año en la vida de Ingmar Bergman’, centrado en 1957 cuando, según el actor, Bergman dirigió tres de sus mejores filmes, puso en pie otras tres obras teatrales, se casó dos veces y tuvo cinco hijos (esperamos que no todos ese año). “Muestra lo que te digo, lo excepcional y lo brutal que era este hombre. La era del #MeToo no le habría dejado trabajar y habría sido una gran pérdida. Pero necesitaba un buen guantazo”, añadió.
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