Decía Miguel Ríos que los viejos roqueros nunca mueren… Y qué razón tenía… Mientras que los Keith Richards, Pete Thoushends y Paul McCartneys siguen vivitos y coleando a sus setenta y muchos años, parece que los cincuentones-sesentones no lo tienen tan fácil. Y el 2016 está resultando ser el año que nos está dejando sin héroes musicales. Entre David Bowie, Keith Emerson o leyendas como Gato Barbieri, George Martin o Glenn Frey, 2016 ha sido cruel para los amantes de la música.
Ovedito recuerda cuando murió Bowie, justo el día en que se entregaron los Globos de Oro, que se emocionó cuando en plenas celebraciones todos los DJ’s de las diferentes fiestas pusieron al unísono canciones de Bowie para homenajear al desaparecido.
De Prince, Ovedito tiene un gran recuerdo cuando se cruzó con él justo el año anterior en los mismos Globos de Oro. Se impresionó de lo menudito que era y del corte de pelo que llevaba, mezcla de Black Panther de los 60 y permanente de Duquesa de Alba. Incluso, se rumorea que el mismísimo Raimundo se lo encontró en el lavabo ante la mirada asesina de sus gorilas que le acompañaban a todos lados.
Prince era dado a tocar música en todo momento y lugar y era famoso por aparecer por sorpresa en clubes alrededor de Los Angeles y improvisar en el escenario con quien quiera que estuviera tocando en ese momento.
Y tras la muerte de este grande de la música, todos sus álbumes se han convertido en la última semana en los más bajados de la red. Con lo que considerando el gran volumen de canciones que Prince dejó sin hacer público, vamos a tener Prince por bastante tiempo y su herencia va a permanecer con nosotros aún más según vayan saliendo a la luz nuevos álbumes con material original jamás editado.
Descanse en paz Prince. Y Raimundo y Ovedito, a por las gambas, uy, digo al pollo.
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