Ovedito, nuestro oso cinéfilo, dedicó esta semana irse a China en busca del Museo del Cine de Shanghai.
Pero primero se pasó por Nanjin Road, encrucijada vital en el centro de la ciudad en la que se alzaron en tiempos los grandes cines de Shanghái y que Ovedito se acordaba haber visto en la película de ‘La Momia’ de Brendan Fraser (la tercera entrega, esa que ya nadie vio).
Y cual sería su sorpresa cuando se encontró esa misma esquina en un cuadro del Museo de Arte Moderno de la ciudad, ese que construyeron en el pabellón de la Expo de Shanghái.
El Museo del Cine de Shanghái está situado en lo que antes fueran los estudios de cine más antiguos de la ciudad, los del Shanghái Film Group Corporation, en el edificio que también albergaba los primeros estudios de animación de China de los que surgieron películas como ‘El rey mono’, digamos que una cosa así como el ‘Garbancito de la Mancha’ español pero en versión china.
La entrada al museo está flanqueada por una gran estatua estilo «patriotismo maoísta» recordando el aspecto propagandístico del cine chino tras la revolución de Mao.
Pero una vez dentro Ovedito fue recibido en un pasillo alfombrado por cientos de periodistas que con sus cámara jalearon su entrada en un curioso juego de espejos. Que Hollywood sabrá mucho de alfombras rojas pero para rojos, la china comunista.
En el museo, Ovedito conoció por primera vez a los héroes del cine chino maravillándose de su total desconocimiento y prendado ante las maquetas a escala de míticos rodajes y grandiosos palacios del cine. Entre las joyas del museo están el guión del primer film en 3D chino ‘Strange Adventure of a Magician’ así como mementos de los principales directores cinematográficos que fundaron la industria del cine en China. También vio las vitrinas que rendían homenaje al filme ‘Yan Ruisheng’, película de 1921 que es considerada como el primer largometraje de la industria china.
Pero a Ovedito le interesó mucho más la parte de animación tradicional y de muñecos, más de su estilo y tamaño. Y es que por mas que intentó empaparse de nombres y títulos, Ovedito no hacía mas que acordarse de su héroe chino, Bruce Lee, hasta el punto que de vuelta en Hong Kong, decidió visitar la escuela en la que, de niño, el héroe de las artes marciales aprendió sus primeras letras e imaginamos que sus primeras patadas marciales.
Así que reflexionando sobre su viaje, nuestro oso cinéfilo acabó tomándose unos fideos en uno de los mas famosos restaurantes de la ciudad que Wong Kar Wai inmortalizó en ‘In the mood for love’. Se trata del Mak’s Noodles, tasquita local totalmente recomendable en la que Ovedito se dio cuenta de que tenía que haberse comprado un libro sobre la historia del cine chino, para que tanto nombre oriental no le sonara a ídem.
Copyright de las fotos: R&R Communications.