Dicen que segundas partes no son buenas. O terceras. O cuartas. Pero siempre hay excepciones. ‘Toy Story’ es una de esas raras gemas que sigue creciendo. Desde que disfrutamos por primera vez de las aventuras de Woody y Buzz Lightyear hace 25 años, nunca hemos dejado de quererles. Y ellos a nosotros. Así que por muy sacacuartos que pueda parecer el nuevo miembro de ‘Toy Story 4’, Forky, y por muy feos que parezcan Ducky y Bunny, que lo son, el sentimiento de ir a ver cómo exprimen una secuela que tienes al entrar en el cine desaparece en cuanto te ves la película y sales feliz como un conejo.
Así nos sentimos aquí Raimundo Hollywood y Ovedito durante la premiere mundial en El Capitán en Hollywood. Esta vez en lugar de cortar el boulevard los de Pixar/Disney se construyeron una barraca de feria en la trasera del teatro y allí estuvimos comiendo chuches y guarrerías con todos nuestros ídolos, los animados y los animadores como Pete Docter, Andrew Stanton, Brad Bird o el director de la peli, Josh Cooley. Es demasiado nuevo para contar con nuestra admiración pero no lo ha hecho nada mal. Eso sí, ni palabrita de John Lasseter, el hombre que lo empezó todo y que ahora está en el destierro de los apestados en Hollywood.
Y nos faltó Helen Mirren, una presencia constante en los estrenos Disney aunque no tome parte en ellos. Pero esta vez el invitado de piedra fue Gary Oldman, que nadie sabía porqué estaba ahí pero se lo pasó cañón. Bueno, el verdadero “caboom” fue Keanu Reeves que sigue haciendo de las suyas en esta extraña vuelta a la pantalla con trabajos tan diferentes como el de acción en ‘John Wick 3’, su divertido cameo en la comedia romántica ‘Always be my Maybe’ y en ‘Toy Story 4’ como la voz de Duke Caboom, juguete abandonado porque nunca fue como lo que anunciaban de él en la tele. ¡El mejor!
Christina Hendricks también se montó en la noria y Jordan Peele y Keegan-Michael Key además de darle un toque de diversidad a este universo de hombres blancos de la animación se lo pasaron como enanos. Pero de los veteranos de ‘Toy Story’ no faltó ni uno. ¡Y cómo iban a hacerlo! Para Tom Hanks y Tim Allen su participación en esta saga es media vida profesional.
Resumen, la comida fue mala como es (tristemente) costumbre en las películas para niños. Tacos, perritos calientes, McDonalds, macarrones con queso… luego que si hay obesidad infantil. Y la premiere la pagaron los (descarados) anuncios de pasta de dientes, Kleenex, McDonalds y otros puestos perdidos por la feria (¡anda que Disney y Pixar no tendrán dinero para hacer sus premieres con dignidad y sin sponsors!) Y nos van a sacar los ojos para que compremos una cuchara-tenedor y le pongamos ojitos que se mueven. Pero, ¿¡y lo bien que nos lo pasamos!? ¡Caboom!
