Tras un brillante debut en Panamá, los Premios Platino del Cine Iberoamericano aterrizaron en esta segunda edición en Marbella y Ovedito, nuestro oso mitómano, no se lo podía perder.
La organización, impecable, no dejó de agasajar a invitados con fiestorros y otros eventos para culminar en la entrega de premios en el marco del auditorio Marbella literalmente encajado en una antigua cantera de piedra.
Miles de invitados, celebridades del mundo del cine y la televisión, periodistas de toda Iberoamérica… todo un despliegue de medios para unos premios que celebraron su segundo año premiando a Antonio Banderas con el Platino a toda una carrera. Antonio, que estuvo la noche anterior preparándose el discurso hasta las 2 de la mañana, recibió el galardón de mano de la mítica Rita Moreno y por si las moscas, llevó el discurso en el teleprompter para evitar que los nervios le jugasen una mala pasada.
Y a pesar del brillo de la ceremonia, Ovedito se quedó frustrado en la fiesta post-premios, deambulando en medio del bosque de «Platinos» que se llevó ‘Relatos Salvajes’ en busca de una gamba que llevarse al hocico.
Increíble pero cierto en la tierra del pescaito frito y los espetos, las gambas velaron por su ausencia mientras los platos de unos fiambres de andar por casa y a veces como congelados volaban de las manos de los esforzados camareros, que intentaban saciar a las hordas hambrientas tras la ceremonia de entrega de premios. Porque a pesar de los esmóquines y los trajes largos, el famoseo también es humano y le gusta comer como el que más.
Claro que lo mismo pasó la noche anterior, en la fiesta de bienvenida, donde a pesar del toque «simpático» de contar con unos mimos que se hicieron amigos de nuestro oso, se sirvió un sushi congelado que nos hizo recorrer toda la fiesta en busca de un tinto de verano, para tropezarnos con un DJ todo hombre orquesta con unos pantalones-altavoces entre revolucionarios y patéticos.
En la gala oímos cómo Miguel Bosé le contaba a Santiago Segura que su traje olía a naftalina a lo que Segura le respondió que solo Miguel era capaz de ir todo de blanco, y los ojos pintados añadimos, cuando la invitación requería en pleno verano, ir vestido de negro.
También vimos cómo Rita Moreno se atrevía a cantar en directo el tema ‘Somewhere’ de West Side Story en una actuación cuanto menos que suicida en este mundo de voicecords y playbacks retocados. Ya sabemos que es octogenaria y que hay que comer pero hay cosas que cuando uno las oye no las puede sacar de su cabeza. Y eso no es bueno.
Pero a pesar de la falta de marisco y de postres, todo hay que decirlo, Ovedito está ya preparado para apuntarse a la próxima edición de estos premios con voluntad de sí se puede, donde quiera en el mundo que sean.
Copyright de las fotos: R&R Communications.
