Hollywood, en huelga con los guionistas negociando un nuevo contrato y bloqueando toda la industria en su lucha contra estudios y plataformas que no les quieren pagar su parte de beneficios. Los estudios Disney, despidiendo a sus empleados a millares para que a Bob Iger le salgan las cuentas y los accionistas estén contentos. Y Raimundo Hollywood, que para cínico él y para cínico y medio su acompañante, Ovedito, el oso cinéfilo, de fiesta en la premiere de ‘Guardians of the Galaxy Vol. 3’. ¿Que si se notaron los recortes?
Pues hombre… no. No hubo gambas y lo que hubo es más control. La alfombra roja solo era para las estrellas y para los fans escogidos por sus disfraces de Rocket, Groot o cualquier otro de los personajes de esta saga de Marvel. Los demás, a subir por la escalera del teatro Dolby sin alfombra ni lujo, apartados como chusma del brillo de los protas. Pero el resto fue lo de siempre. Como la película. Hará todo el oro del mundo -como lo que ha debido de costar- y quédate hasta el final para ver la foto de Stan Lee y un par de codas para entendidos pero son dos horas y seis minutos de más de lo mismo que dan para mucha palomita y alguna lagrimita con tanto final falso tipo los de la saga de ‘El señor de los anillos’.
Eso sí, asistieron todos, en apoyo al dios Gunn, a decirle adiós que te vas para la DC, y hubo aplausos hasta para Victoria Alonso, la segunda de Marvel despedida, según dicen, por apoyar más ‘Argentina, 1985’ que ‘Wakanda’ y sus producciones bajo el sello Disney. La verdad nunca se sabrá y ella no estuvo por allá.
Pero con más metraje, más hambre. Menos mal que la fiesta nos sació a todos. Las mesitas, decoradas con pañuelos de ‘Guardians’ que los invitados se iban llevando discretamente lo mismo que los vasos promocionales de la peli (ahora seguro que están en eBay), estaban para la plebe para poder tomar taquitos de carnitas, pollo o de carne falsa para vegetarianos. Más vacías estuvieron las mesas de los famosos, que también de pie se quedaban charlando por los alrededores mientras Ovedito se sacaba fotos con los adornos más elaborados de sus mesas. Y por supuesto, un pedazo de pista de baile que acabó llenándose de gente al ritmo de las cintas compilatorias de James Gunn. No faltó de nada. Bueno, gambas. O trabajo para los que se han quedado, se van a quedar sin. Extraña ciudad. Pero a mi plin, y la semana que viene a por la premiere de ‘La sirenita’.
