A veces Raimundo Hollywood no se deja llevar solo por las gambas y en su cabeza quedan aún los recuerdos de esos días en los que todavía no era famoso, cuando no era más que un estudiante que aspiraba al estrellato acompañado de un oso.
Pues lo mismo le pasa a Morgan Freeman, que esta semana acudió a la LACC (Universidad de la ciudad de Los Angeles) donde estudió para charlar con los que como él fueron estudiantes. Porque antes de ser Dios, antes de ser Mandela, antes de ser el presidente negro de los Estados Unidos adelantándose al propio Obama, antes de recibir el Globo de Oro al mejor actor por ‘Driving Miss Daisy’ (1990) o el Oscar por ‘Million Dollar Baby’ (2005), antes de recibir el Cecil B. DeMille a toda su carrera, Morgan Freeman fue un estudiante en la LACC.
No se puede decir que tuviera prisa en volver porque tuvieron que pasar casi 60 años hasta su regreso a este recinto donde re inauguró el teatro que ahora lleva su nombre. El teatro lleva cinco años en funcionamiento desde que la HFPA como es conocida por sus siglas en inglés la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood financió su puesta a punto. Pero la abultada agenda del intérprete de Morgan Freeman que con cerca de 60 títulos en su haber no para, que si una voz, que si una mierdita, que si una película con más prestigio o una de las de pasaba por ahí, le impidió acudir a la primera inauguración.
Ovedito no pudo hacerle ninguna pregunta, pero los estudiantes le tuvieron una horita para que les contara sus secretos. Lo más preguntado: ¿Cuándo se dio cuenta de que lo había conseguido? Debe de ser por si se les escapa el momento y son famosos y no lo saben. La respuesta de Freeman no les debió de aclarar mucho porque les dijo eso de que cuando trabaja es un actor con éxito “y cuando no trabajo, soy un actor desempleado”.
Al menos no fingió y dijo que no recordaba a ninguno de sus compañeros de clases, para que luego digan. Y al resto de los profesionales que han pasado por este centro, entre ellos Clint Eastwood o Alan Arkin, los ha conocido trabajando, no en el centro.
Copyright de las fotos: R&R Communications.