Uno de los rasgos de la cinematografía española ha sido sin duda su capacidad para asociarse con Latinoamérica como mercado natural. En los últimos años, ya sea con Ibermedia o no, las coproducciones con países del entorno latinoamericano han sido pieza fundamental en el engranaje de la industria del cine español. Argentina, México o Colombia han sido algunos de los principales socios de España para la realización de películas a los que ahora se suma un nuevo actor repleto de atractivos: República Dominicana.
La publicación anual Panorama Audiovisual Iberoamericano, promovida por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), destaca que los 23 los países del entorno Iberoamericano (20 territorios latinoamericanos, más España y Portugal y el mercado latino de Estados Unidos), representan ese 11 por ciento de la producción cinematográfico mundial, en 2014 ese porcentaje supuso 727 millones de espectadores y una recaudación global de más de 3.600 millones de dólares en más de 16.000 pantallas. Además, cada año en estos 23 territorios se estrenan más de 800 títulos nacionales.
Asimismo, según el estudio de FAPAE, ‘El cine español en el mercado internacional 2015′, en el que se analiza la repercusión de las películas españolas fuera de nuestras fronteras, los largometrajes españoles exhibidos fuera de España en 2015 fueron vistos por 26 millones de espectadores y recaudaron casi 160 millones de euros, lo que significa un descenso del 14,1% con respecto a 2014, pero es el tercer mejor dato de los últimos años.
El país que más películas españolas exhibió en 2015 en cines fue México, con 32 títulos, que se incrementa un 6,7% respecto a 2014, después Italia con 26 películas (-27,8%), Argentina con 24 (+9,1%), Colombia con 21 (-16%) y Francia con 17 (+6,2%). Según zonas geográficas, por segundo año consecutivo, Latinoamérica (47,3%) supera a Europa (39,1%) en el número de películas españolas exhibidas en los cines. En Estados Unidos, las películas españolas representan el 5,8%, y Asia y Oceanía un 3,9% respectivamente.
Además, según el Boletín sobre el cine español en 2015, el año pasado se produjeron en España 255 largometrajes, cifra superior a la del año 2014, en el que se produjeron 216. De estos largometrajes, 57 se han realizado en régimen de coproducción con otros países. Los países con los que más se colaboró el año pasado fueron Argentina, con 13 coproducciones; Francia, con 9 coproducciones; Estados Unidos con 4, y México con 3, la misma cifra que con Alemania. No hay duda de que el cine español y el latinoamericano están más unidos que nunca.
Del 26 al 28 de septiembre se ha celebrado en Madrid la quinta edición de ‘Todo Cine. Todo Dominicana‘, una oportunidad para ver la creciente y variada producción nacional del país caribeño a la vez que recabar información sobre la benévola legislación cinematográfica y sus incentivos fiscales, en definitiva, como señaló el embajador de República Dominicana en España, Anibal De Castro, “el propósito final de estas jornadas es promover las coproducciones con España, ya ha habido varias experiencias y esperamos que se repitan en el futuro”.
Y es que desde que en 2010 Dominicana pusiera en marcha su nueva normativa cinematográfica su negocio audiovisual no ha hecho más que crecer. Basta señalar que entre el año 1922 y el 2010 en República Dominicana se había producido 101 películas y solo en los últimos seis años fueron rodados 106 filmes en la parte hispanohablante de la isla, con una inversión de 100 millones de dólares y 5.000 profesionales trabajando. Según señaló la directora de la Dirección Nacional de Cine (DGCINE) de República Dominicana, Yvette Marichal, antes de la nueva ley, la producción del país se limitaba a dos títulos anuales, mientras que ahora son 20 las películas que se producen cada año, con presupuestos que principalmente van desde los 500.000 dólares al millón. Una de las razones del auge del cine dominicano es su empatía con el público local. El cine dominicano logra habitualmente una cuota de mercado del 30 por ciento y en el último año colocó cinco títulos en el ‘Top 10’ de taquilla, ocupando además la primera y tercera plaza. Se trata fundamentalmente de comedias locales que difícilmente traspasan fronteras.
La política audiovisual del país del Caribe ha focalizado sus esfuerzos en impulsar las coproducciones. Las alianzas con España, Argentina, Colombia México o Brasil ya han dado frutos. En el caso de España, debido al acuerdo bilateral que mantienen los dos países, los productores españoles acaban tributando como si fueran ciudadanos dominicanos. Pero esa no es la única vía para reactivar el tejido audiovisual de Dominicana, la otra gran pata en la que se asienta su política cinematográfica son unos incentivos fiscales para rodajes extranjeros del 25 por ciento, que han sido coresponsables del milagro audiovisual dominicano. Entre 2014 y 2016 la inversión de producciones extranjeras se ha incrementado un 300 por cien, desde los dos millones de dólares invertidos en 2014, a los 12 millones de 2015 y los 52 millones de dólares del primer trimestre de 2016.
Para analizar el panorama actual de la industria del cine dominicano, la organización de ‘Todo Cine. Todo Dominicana’ organizó sendas mesas redondas. En la primera Koldo Lasa, como representante de la Spain Film Commission, puso en valor el trabajo de las comisiones fílmicas y las políticas públicas orientadas a la atracción de rodajes extranjeros. Frente al 25 por ciento de República Dominicana, España actualmente cuenta con un incentivo fiscal general del 15 por ciento de devolución en rodajes, un 35 por ciento en Canarias, debido a su insularidad y también un 35 por ciento en Navarra, pero en su caso a deducir del beneficio. “Además de los incentivos fiscales es muy importante tener otras armas como buenos profesionales, empresas de servicios adecuadas, facilidades por parte de las Administraciones públicas a través de las Film Commissions y seguridad jurídica, económica y personal”, apuntó Serra.
Jesús Prieto participó en el panel en representación de Crea SGR, la sociedad de garantía recíproca que en 2015 avaló en España proyectos audiovisuales por valor de 52 millones de euros con un efecto multiplicador de 260 millones de euros, sin olvidar su incidencia directa en el empleo. Para Prieto, una de las asignaturas pendientes de Crea SGR es trasladar este modelo de avales y toda la experiencia acumulado en estos años al ámbito latinoamericano. El representante de la sociedad de garantía recíproca ensalzó en su intervención la efectividad del programa Ibermedia en el ámbito de las coproducciones, con tan pocos recursos, aunque lamentó que no hubiera sido capaz de tener la misma incidencia en el área de distribución: “la distribución en Iberoamérica y en casi todo el mundo está en manos de las majors y es muy difícil intervenir. Donde sí hay oportunidades es en el apartado de promoción y un buen ejemplo son los premios Platino”, afirmó Prieto.
En ese sentido, Gerardo Herrero apuntó a la distribución como el gran problema del cine iberoamericano: “el cine iberoamericano no viaja a no ser que lo distribuya una major. No hemos conseguido un programa eficaz de distribución”, señaló el productor y director. Cerró el panel Fernando Labrada, de Media Research & Consultancy (MRC), que anunció el próximo lanzamiento del ‘Primer anuario del cine Iberoamericano’, realizado junto a Barlovento Comunicación, como ya realiza el anuario sobre cine español. El nuevo anuario analizará un total de 776 títulos de la región incluyendo a Brasil, España y Portugal. “Eso significa que Iberoamérica estrena más películas que Estados Unidos y solo nos superan en el mundo la India y China. Deberíamos promover un mercado de cine en español”, manifestó Labrada.
La segunda mesa redonda se fijó en el impacto de las coproducciones de República Dominicana y España desde la implantación de la nueva Ley 108/10 en el país del Caribe. Para ello, la organización convocó a la directora Ana Rodríguez Rosell, que estrena el 16 de diciembre la coproducción de República Dominica y España, ‘Falling’; el productor dominicano Gabriel Tineo, que ha intervenido en las últimas coproducciones hispano-dominicanas como la mencionada ‘Falling’; ‘Las siete muertes’, rodada este año por Gerardo Herrero, y anteriormente ‘El rey de La Habana’, de Agustí Villaronga. Cerró el panel la actriz y productora dominicana Celines Toribio.
‘Falling’, segundo largometraje producido y dirigido por Ana Rodríguez Rossell, tras ‘Buscando a Eimish’, está protagonizado por la actriz española Emma Suárez y Birol Ünel. Por su parte, ‘Las siete muertes’ es una adaptación de la novela titulada “La muerte lenta de Luciana B” del escritor argentino Guillermo Martínez. Se trata también de una coproducción entre España y Republica Dominicana en la que participan las productoras Tornasol Films, Batu Films y Animal De Luz Films. Interpretan a los protagonistas principales del filme Manuela Vellés, el actor mexicano Juan Manuel Bernal y Víctor Clavijo.
Herrero aseguró que había ido con cierta desconfianza a rodar a República Dominicana: “llamé a todos los productores y directores que conocía que habían rodado allí para informarme. Todos me tranquilizaron, solo llevé a director de fotografía y al operador de cámara, el resto del equipo es prácticamente es todo de allí. Hay muy buenos técnicos en República Dominicana, también actores, pero en este caso pocos donde elegir. Me sorprendió encontrarme con jefes de equipo españoles totalmente integrados en la industria de la República Dominicana”, comentó el máximo responsable de Tornasol Films.
De hecho, en la actualidad hay cinco equipos capacitados para rodar cinco películas simultáneamente en República Dominicana. La directora Ana Rodríguez también calificó su experiencia en República Dominicana como muy positiva a pesar de las posibles reticencias iniciales: “No conocía a mi equipo, al principio yo confiaba solo en el productor Gabriel Tineo y en los actores pero en República Dominicana me encontré con gente de gran altura profesional y humana. Me gustaría volver a rodar a allí”, confesó la directora de ‘Falling’. Para Gabriel Tineo, el socio coproductor por excelencia de los productores españoles, el reto ahora es conseguir una repartición equitativa de los territorios de explotación de las coproducciones, porque “en el caso de estas coproducciones internacionales la inversión realizada no se cubre con la taquilla obtenida en el país caribeño”, concluyó el productor dominicano.