La Corporación RTVE cerrará previsiblemente 2012 con un déficit de 105 millones de euros, según los cálculos que su presidente Leopoldo González-Echenique ha realizado y ha presentado esta semana en el Congreso de los Diputados, y sufrirá un recorte del presupuesto del 20 por ciento. Para continuar con las medidas de ahorro que, como ente público, RTVE debe acometer, ha anunciado la revisión del convenio colectivo que no será equivalente a un ERE y que pretende, precisamente, mantener el empleo en la Corporación.
Así, RTVE cifra en 35 millones el ahorro que vendría de revisar la clasificación profesional, de agilizar los sistemas de provisión de puestos de trabajo y la movilidad interna, de flexibilizar la jornada y el horario de trabajo para adaptarse a los servicios que presta RTVE y demás medidas referentes al personal de 6.500 empleados.
La reacción de los sindicatos, que conocieron la propuesta en la tarde de ayer miércoles, no se ha hecho esperar: «Es una revolución, una propuesta brutal e inasumible«, comentaron desde USO. Este mismo sindicato se preguntaba «¿dónde está el recorte de directivos? ¿Dónde está el prometido departamento de producción propia?», a la vez que se muestran «dispuestos a colaborar», según recoge El Mundo.
Y es que la revisión del convenio colectivo podría conllevar una reducción del 21 por ciento del salario en algunos casos, según indica el sindicato Alternativa-APLI. Aquí se puede leer la detallada y larga lista de medidas concretas que propone tomar la Corporación, entre las que se encuentran la supresión de las rutas para llegar y salir de Prado del Rey y Torrespaña al centro de Madrid, la eliminación de la paga especial por cumplir 10 años en la empresa y de las vacaciones especiales por los 20, etc. Cabe destacar que se busca una reordenación del régimen de la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, con el fin de regular de otra manera su clasificación, retribuciones y demás condiciones laborales puesto que configuran un grupo profesional específico dentro de la Corporación RTVE.
En el comunicado enviado por RTVE se revela la intención de no perder audiencia ni influencia y de seguir siendo «un medio de comunicación público de referencia en España y en el resto del mundo», un papel que se ha visto disminuido en los últimos meses cuando la audiencia, algunos partidos políticos e instituciones internacionales han dado la espalda a los programas informativos. De todos es sabido que ‘Telediario 2’, líder durante años a las 21 horas, está siendo superado jornada tras jornada por Pedro Piqueras en Telecinco, mientras que Ana Blanco a las 15 horas también se ve acechada por las televisiones privadas e ‘Informe Semanal’ recibe contínuas críticas por la falta de objetividad.
RTVE también pretende «favorecer la producción interna y hacerla más competitiva, creando un marco más flexible, eficaz y adaptado a las circunstancias». ‘+Gente’ es una muestra de producción propia, y pronto se estrenará un talk show de tarde con Ana García Lozano, ‘Tenemos que hablar’, quizá un formato pasado de moda en la televisión actual, pero no demasiado costoso. Aún se desconoce la fecha de estreno de las nuevas temporadas de ‘Los misterios de Laura’ y ‘Águila Roja’, aunque sí se está grabando la segunda temporada de ‘Isabel’ y se prepara una nueva serie de sobremesa con Bambú Producciones que sería una precuela de ‘Gran Reserva’. Está por ver, por otro lado, cómo afectará la reducción del 20 por ciento del presupuesto total a la inversión en cine español.
Respecto al aún no confirmado déficit, González-Echenique ha comentado que la desviación con la que se encontró a su llegada a RTVE con los gastos derivados de la subida del IVA en septiembre y de corregir en la contabilidad la «sobrevaloración» de los activos inmobiliarios explica la mayor parte (84,3 millones de euros) del déficit de 2012, a lo que hay que sumar el «sobrecoste» de volver a programar algunas de las series estrellas de la pública junto a las coberturas electorales y la programación navideña (casi 21 millones de euros). El actual presidente achaca a sus predecesores una «sobrevaloración de los activos inmobiliarios», de manera que las cuentas parecían mejores de lo que en realidad son.