⇒ Director de ‘Virus Tropical’, Premio Quirino al mejor largometraje iberoamericano 2019.
Saltó la “sorpresa” en la segunda edición de los premios Quirino de la Animación Iberoamericana. El galardón al mejor largometraje ha recaído este año en la producción Colombiana ‘Virus Tropical’, ópera prima de Santiago Caicedo, producida por Timbo Estudio.
Sorpresa relativa, es verdad, porque la producción Colombiana es todo un descubrimiento, pero competía contra obras con una carrera repleta de éxitos e indiscutiblemente más presupuesto, más industriales, como las producciones españolas ‘Un día más con vida’, dirigida por Raúl de la Fuente y Damian Nenow (en coproducción con Polonia, Bélgica, Alemania) y ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’, dirigida por Salvador Simó. (en coproducción con Países Bajos). La cuarta candidata en discordia era la brasileña ‘Tito e os Pássaros’, dirigida por Gustavo Steinberg, Gabriel Bitar y André Catoto.
Basada en la novela gráfica de Powerpaola, que ha realizado más de 5.000 dibujos para la película, ‘Virus Tropical’ recibió sendas ayudas del Gobierno colombiano, primero en desarrollo en el año 2012 y posteriormente apoyo a la producción en la convocatoria del año 2016.
La película cuenta la historia de Paola, que nació en una familia tradicional colombiana, o al menos eso es lo que tratan de aparentar. El papá es sacerdote, la mamá es vidente y las hermanas no precisamente son lo que sus padres esperaban. Esta es la historia de una joven que lucha por su independencia en un contexto duro, lleno de estereotipos y apariencias y que narra la vida de una mujer latinoamericana que no responde a ningún canon y que aprende a vivir mientras va viviendo. Con una visión del mundo de una particular forma femenina esta niña es testigo de una sucesión de pequeñas crisis que van moldeando su personalidad.
Además del reciente premio Quirino, el filme ha logrado otras distinciones internacionales como el Premio del Público, Sección Global, en el South by Southwest -SXSW- de Austin en Estados Unidos, en 2018 y sendos galardones en el Festival Internacional de Cine Independiente -BAFICI-, en Argentina, el mismo año: el Premio del Público Cinecolor, y el Premio de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación (SIGNIS). También participó en competición oficial en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy 2018.
Audiovisual451: ¿Cuál ha sido la piedra angular de la financiación de ‘Virus Tropical’?
Santiago Caicedo : “’Virus Tropical’ es una película que contó con el fondo de desarrollo cinematográfico colombiano, posteriormente también recibimos apoyo a la producción. Estas fueron las fuentes de financiación principales, pero no las únicas. Cuando se nos acabaron los recursos lanzamos un crowdfunding con el que conseguimos unos 12.000 euros, puede parecer poco, pero nos ayudaron mucho a finalizar la película, fue un balón de oxígeno importante para el proyecto. Además, está acción también le dio mucha visibilidad al proyecto, la gente se dio cuenta de su existencia, en definitiva fue una herramienta de comunicación muy importante que nos ayudó a llegar mucho más lejos cuando la película estuvo finalizada”.
A451: ¿Cuál fue el presupuesto total de producción entonces?
S.C: “Es una película de muy bajo presupuesto, puede producir incluso risa, porque está hecha con unos 300.000 dólares”.
A451: Sin duda habéis hecho magia, porque en los Quirino competíais contra producciones mucho más caras, más industriales, por decirlo de algún modo…
S.C: “Esa magia, ese acabado tiene que ver mucho con el talento. Nosotros nos hemos apoyado en el dibujo, que era muy barato y rápido. También utilizamos software económico, tratamos de eliminar procesos costosos como el render, haciéndolo todo dibujado, sin iluminación, en blanco y negro, intentando precisamente resaltar el valor de hacer una película dibujada, con todo el talento de Powerpaola, que hizo más de 5.000 dibujos. También utilizamos un técnica vectorial para animar los personajes con unos rigs donde lo más complicado eran sus bocas y sus ojos para reflejar expresiones muy emotivas. Hacerlo de esa manera tan sencilla y barata nos permitió hacer una película en 4K y estereoscópica. Hay escenas en las que hay más de 800 capas de dibujo plano. De hecho, con el 3D hemos ganado también varios premios alrededor del mundo”.
“Por otro lado, este sistema nos permitía trabajar muy rápido, por lo que además de ganar tiempo podíamos corregir fácilmente. Hacíamos las escenas, salíamos a almorzar al medio día, cuando regresábamos ya estaban terminadas… Algo inviable en animación de no hacerlo así”.
A451: ¿Cómo llegasteis a la conclusión de que ese era el camino idóneo?
S.C: “Aprendimos que esta es la manera de hacer este tipo de proyectos. En nuestros países si no optimizamos los recursos y tratamos de parecer lo que no somos y parecernos a quienes no somos, nunca va a pasar nada interesante”.
A451: El hecho de que la película se base en una novela gráfica también representa un gran ahorro en los procesos previos ¿no es así?
S.C: “Es un atajo gigante. Contamos previamente con todo el diseño de personajes, los fondos, un storyboard casi listo. Prácticamente hay que adaptarlo al guión porque al final la novela y el cine son lenguajes diferentes. Esta adaptación la hizo el dramaturgo Enrique Lozano, que tuvo que cuadrar algunas cosas para que funcionaran en la pantalla”
A451: ¿Cuál fue el grado de compromiso de la autora de la novela gráfica en el filme?
S.C: “Uno de nuestros principios básicos era ser muy respetuosos con el trabajo de Powerpaola e involucrarla en la película al cien por cien. Esta es su película y no solo como autora de la novela, hizo miles de dibujos”.
A451: ¿También se ha trabajado mucho y bien la banda sonora?
S.C: “Todo el equipo de la película viene de las artes, casi todos somos dibujantes. Adriana García, que se encargó de la banda sonora, también lo es. Aunque la música es su pasión no se dedica profesionalmente a ella. Los artistas invitados Amadeo González y Las Malas Amistades., también son dibujantes y músicos amateurs. En la novela gráfica hay unas referencias musicales muy claras… Está Pink Floyd, grupos de salsa, música romántica de la época… Pero nosotros no podíamos pagar por los derechos de una canción de Pink Floyd o los Rolling Stones, porque suponía desembolsar más que el presupuesto de la película. Adriana lo que hizo fue tratar de reconstruir la sonoridad de las diferentes épocas de la historia, haciendo una investigación de cada momento. Y siempre manteniendo un espíritu indie, roquero, un poco punk, nostálgico…”
A451: ‘Virus Tropical’ es tu primer largometraje ¿a partir de ahora qué?
S.C: “Ha sido un proceso muy largo y en el camino han pasado muchas cosas maravillosas. La película nos ha abierto muchas puertas. Los que hemos trabajado en la película ya somos una familia… yo he pasado cinco años con esta película. Tenemos claro que esto no puede terminar aquí. Queremos seguir este camino, sabemos que no es el mejor negocio del mundo, pero sí lo es desde un punto de vista espiritual, estamos muy tranquilos y contentos con lo que hacemos. ‘Virus Tropical’ abrió las puertas de nuestro segundo largometraje, que va a dirigir ahora el director de animación de personajes de la película con la que hemos ganado en los Quirino”.
A451: ¿Qué valoración hace de estos días en los Quirino?
S.C: “Ha sido una experiencia increíble. Es un lugar donde nos encontramos los que luchamos por lo mismo y que tenemos interés por ayudarnos. Se están haciendo cosas importantes y es muy interesante verlo. La industria de animación en Colombia es muy pequeña pero aquí hemos comprobado que hay un interés por ver lo que está pasando allí. Que estamos madurando y creciendo. Ha sido un gran aprendizaje”.
A451: ¿Cuántas películas anuales se hacen en Colombia?
S.C: “Más o menos una al año. Es cierto que hay talento y cada vez más interés del Gobierno por impulsar la animación. El gran problema actual es la formación de profesionales para trabajar en este tipo de producciones. Está bien tener las mejores intenciones y el talento pero hay que tener una industria para poder producir las historias. Esperamos que dentro e poco se pueda hablar de una industria de animación en Colombia y no de casos aislados como ahora».