Stanley Kubrick siempre calificó su primer largometraje, ‘Fear and Desire’, como una mera película de aficionados, un pequeño trabajo de aprendizaje. Llegó a estrenarse en marzo de 1953 en Nueva York pero posteriormente, cuando murió Joseph Burstyn, el distribuidor del filme, Kubrick intentó destruir todas las copias que circulaban para que nadie más lo viera. No contaba con que la compañía Kodak hacía siempre una reproducción adicional para guardarla en sus archivos. Además, sorprendentemente, en 1980 se encontró en Puerto Rico un negativo original de la película que fue adquirido y restaurado años después por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
El domingo 27 de enero los espectadores de TCM podrán ver esta peculiar ópera prima de Stanley Kubrick, nunca antes comercializada en España ni emitida por televisión, acompañada de algunas de sus grandes obras maestras, como ‘2001: una odisea del espacio’, ‘Lolita’ y ‘Barry Lyndon’.
‘Fear and Desire’, como ‘Senderos de gloria’ o ‘La Chaqueta metálica’, es una película bélica. Su acción transcurre durante una guerra ficticia. Unos soldados caen accidentalmente tras las líneas enemigas e intentan regresar a su posición descendiendo por un río. Sin embargo, descubren que muy cerca se encuentra un general del ejército adversario y uno de ellos convence a sus compañeros para matarlo. Está protagonizada por Frank Silvera, Kenneth Harp y Paul Mazursky que, con los años, se ha convertido en un actor y director de prestigio.
Así se hizo ‘Fear and Desire’
En el verano de 1950, Stanley Kubrick, que entonces contaba 22 años, convenció a su amigo Howard Sackler para que escribiera el guión de una película. Su título, en un primer momento, iba a ser ‘La Trampa’ pero poco después se cambió por ‘La forma del miedo’. La guerra de Corea acababa de estallar y Kubrick quería que fuera una historia bélica, como aquellas películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial en la que pequeños grupos de soldados tenían que cumplir una misión o se encontraban atrapados en mitad de las líneas enemigas sin posibilidad alguna de comunicarse con la población local.
Gracias a un artículo titulado “Joven con ideas y una cámara”, publicado en The New York Times el 14 de enero de 1951, podemos conocer algunas de las intenciones del joven director. Kubrick había planeado la película toma a toma, imaginando cada uno de los ángulos de la cámara. El rodaje duraría entre quince y veintiún días. Estaría protagonizado por cuatro actores profesionales pero desconocidos, provenientes de Broadway.
Según este artículo, el padre de Kubrick y otros miembros de su familia invirtieron en el proyecto 10.000 dólares. Su tío, Martin Perveler, era por entonces el dueño de una cadena de drugstores y tenía capital de sobra para financiar la aventura de su sobrino. Incluso le propuso convertirse en su inversor durante toda su carrera como cineasta a cambio, eso sí, de llevarse un porcentaje de sus futuras ganancias. Después de hacer algunas pruebas, encontró a los actores protagonistas del filme. Dos desconocidos, Kenneth Harp y Steve Coit, fueron los elegidos para interpretar a Corby y Fletcher, mientras que un jovencísimo Paul Mazursky, que estaba trabajando en una obra de teatro en el Off Broadway, daría vida a Sidney. En Los Ángeles contrató a una joven modelo, Virginia Leith, para hacer de la chica campesina; y para interpretar el papel más complicado, el de Mac, eligió a Frank Silvera, un actor de origen jamaicano que había intervenido en ‘Viva Zapata’, de Elia Kazan.
Durante seis semanas Kubrick estuvo buscando localizaciones por distintas zonas de California y en el verano de 1951 comenzó el rodaje. Cuatro de sus amigos formaron parte del equipo técnico y su mujer, Toba Metz, fue la script. El matrimonio no iba del todo bien en aquella época y el trabajo en la película acabó por romperlo. Cuando terminaron la filmación, comenzaron los trámites de divorcio.
El rodaje duró treinta días. El tiempo fue muy bueno y Kubrick consiguió la perfección visual que pretendía. El escaso presupuesto, sin embargo, le impidió contar con una máquina de niebla, aunque salió del paso como buenamente pudo. Kubrick se encargó de la iluminación y prácticamente todos los días mantenía acaloradas discusiones con el técnico de sonido, Nathan Boxer, por la colocación de los micrófonos. Boxer, finalmente, fue despedido. Las dificultades comenzaron cuando empezó el proceso de montaje y postproducción. La banda sonora que había encargado a un compositor llamado Gerald Fried requería veintitrés músicos para interpretarla. También tuvo que convocar de nuevo a los actores para coordinar los diálogos en un estudio. Como consecuencia, el presupuesto aumentó hasta llegar a los 53.000 dólares. Kubrick dejó durante unos meses la postproducción de la película y trabajó en otros proyectos, una serie de documentales y programas para la televisión.
En junio de 1952, Kubrick terminó definitivamente de montar y sincronizar ‘La forma del miedo’. Duraba sesenta y seis minutos. Alquiló un cine y mostró la película al crítico Mark Van Doren, que escribió una reseña favorable calificándola de “brillante e inolvidable”. Destacaba que el director había utilizado unos recursos muy simples para conseguir un profundo y sorprendente resultado. Según decía, era “una fábula que transmite verdad, un cuento de hadas que pertenece a este mundo después de todo”. Y terminaba añadiendo: “Merece la pena estar al tanto del futuro de Stanley Kubrick”. Sin embargo, no todo el mundo fue tan diplomático durante esos primeros pases. Algunos asistentes se rieron de la actuación de Paul Mazursky, cosa que alteró sobremanera a Kubrick hasta el punto de hacerle llorar. En noviembre de ese mismo año, 1952, Kubrick fue a ver a Joseph Burstyn, el distribuidor que había estrenado la mayoría de las películas italianas del neorrealismo en Estados Unidos, para que se encargara del estreno comercial de la película. Burstyn la programó para ser estrenada en la primavera de 1953 y sugirió que se cambiara su título por el definitivo: ‘Fear and Desire’ (‘Miedo y deseo’).
‘Fear and Desire’ se estrenó, finalmente, el 31 de marzo de 1953 en el Guild Theatre de Nueva York. La mayoría de los periódicos y revistas de la época se hicieron eco de ese estreno. Variety, por ejemplo, la definió como un culto y original drama bélico que destaca por su fresco tratamiento de la cámara y sus diálogos poéticos. En general, todos los comentarios destacaban la ambición artística y el prometedor futuro que tenía el director. Sin embargo la película tuvo poco impacto en taquilla y Kubrick, poco a poco, se fue distanciando de ella, llegándola a despreciar. La definió como un trabajo de aprendiz, “un esfuerzo torpe y pretencioso”. “Una versión en 35 mm de lo que unos estudiantes de cine hacen en clase en 16 mm. Nuestras ideas eran buenas pero no sabíamos cómo ponerlas en práctica con dramatismo”.
El distribuidor Joseph Burstyn murió a los pocos meses del estreno y Kubrick hizo todo lo posible para que el filme quedara definitivamente fuera de circulación. Él mismo supervisó la destrucción del negativo. No contaba con que la compañía Kodak hacía siempre una reproducción adicional para guardarla en sus archivos. Cuando en 1994 empezaron a aparecer copias, pidió a Warner Brothers, el estudio con el que había trabajado durante los años ochenta, que publicasen una carta en su nombre explicando que ‘Fear and Desire’ era “un fallido ejercicio de cineasta aficionado. Una rareza completamente inepta, aburrida y pretenciosa”. Según decía, la única lección que aprendió en su primera experiencia como director es que “el dolor es un buen maestro”.
Domingo, 27 de enero:
14:00 ‘2001: ‘Una odisea del espacio’ (2001: A Space Odyssey, 1968)
16:15 ‘Lolita’ (Lolita, 1962)
18:45 ‘Barry Lyndon’ (Barry Lyndon, 1975)
22:00 ‘Fear and Desire’ (Fear and Desire, 1953) ESTRENO EXCLUSIVO