La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha aprobado hoy la compra del 56 por ciento Canal+ por parte de Telefónica, lo que convierte a la empresa de César Alierta en la única dueña de la plataforma de televisión de pago por satélite, dado que ya ostentaba el 44 por ciento restante.
La operación, que ha tardado cerca de un año en hacerse efectiva tras pasar varios filtros de normas de competencia en el mercado de la televisión de pago, ha conllevado varias condiciones que Telefónica deberá cumplir, al menos, durante cinco años. Los requisitos podrían prorrogarse por otros tres años y Telefónica sólo podrá solicitar la revisión de los mismos «si se produce una modificación relevante en la estructura o regulación de los mercados considerados».
Competencia ha detallado las condiciones en tres bloques. El primero de ellos hace referencia al respeto a los clientes: «Telefónica se compromete a no entorpecer la movilidad de sus clientes actuales y futuros de televisión de pago con el establecimiento de limitaciones a las políticas de permanencia y retención de clientes.» Además, deberá mantener los contratos que Canal+ tiene firmados con otros operadores por los que estos pueden ofrecer su servicio de televisión de pago por satélite. «Una vez vencido el término del contrato deberá prorrogar este servicio durante un plazo de seis meses, renunciando también a realizar ventas activas a los clientes que contrataron este servicio con operadores intermediarios.»
El más llamativo de los requisitos hace alusión a los canales y contenidos exclusivos que Telefónica adquiere, como Canal+ 1, Canal+ Series, cine y eventos deportivos: «Telefónica pondrá a disposición de otros operadores de televisión de pago una oferta mayorista de canales Premium (aquellos que cuenten con contenido de estreno en exclusiva de las llamadas Majors o eventos deportivos en directo de la Liga de Primera División de fútbol, Copa de S.M. el Rey de fútbol, Champions League, Europa League, Campeonato del Mundo de Fútbol, Campeonato Mundial de Baloncesto, Fórmula 1, Moto GP y los Juegos Olímpicos).»
La competencia, es decir, plataformas como Orange y Ono, podrá «acceder a un máximo del 50% de los canales que integran la oferta mayorista y tienen libertad de elegir cómo componen su elección dentro de esta oferta mayorista. Los precios de la oferta mayorista asegurarán la replicabilidad de la oferta minorista de Telefónica y prevendrán situaciones de estrechamiento de márgenes.»
La exclusividad de los contenidos que adquiera Telefónica se quedará en dos años, y no podrá comprar en exclusiva producciones para VoD, algo que está realizando actualmente para el servicio Movistar Series, que se caracteriza precisamente por traer títulos inéditos y mantenerlos durante dos años. El informe detalla que «por norma general Telefónica no podrá adquirir derechos exclusivos de emisión que no vaya a explotar. Además, la entidad resultante deberá limitar a tres años la duración de sus contratos de adquisición de contenidos y renunciar a los derechos de adquisición preferente de contenidos.» Quedan exentas de estas normas las producciones propias, de las que dos ya han sido anunciadas: una serie de época ambientada en Sevilla con la dirección de Alberto Rodríguez, y otra más con David Trueba al frente sobre el amor en diferentes etapas de la vida.
Por otro lado, «Telefónica se compromete a emitir en su plataforma de televisión de pago, bajo determinadas condiciones, los canales editados por terceros operadores. La entidad resultante no podrá adquirir derechos de emisión exclusiva de estos canales editados por terceros.»
El último de los bloques de requisitos versa sobre la red de Internet de Telefónica en España. Competencia anuncia que los operadores de televisión de pago por Internet podrán acceder a los clientes de banda ancha de Telefónica en condiciones que les permitan competir eficazmente. La nueva dueña de Canal+ deberá garantizar al menos tres rutas de acceso a su red, cuya congestión no podrá superar el 80 por ciento.
Canal+, conocida anteriormente como Digital+, comenzó sus emisiones en julio de 2003 tras la fusión de Canal Satélite Digital y Vía Digital. Siempre ha sido la mayor plataforma de televisión de pago por abonados de España y se ha caracterizado por ofrecer contenidos exclusivos, innovadores, con una imagen corporativa muy cuidada y premiada. En los últimos años ha apostado por la multiplataforma a través de Yomvi, servicio online tanto lineal como a la carta. Según el informe del tercer trimestre de 2014 de Competencia, Canal+ era ya en septiembre del año pasado la segunda plataforma por abonados con 1,6 millones de clientes, doscientos mil menos que Movistar TV, de Telefónica. En años como 2005, Canal+ sobrepasaba los dos millones de suscriptores.
Sumados, Telefónica se acerca a los tres millones y medio de abonados, por lo que concentra mucho más del 50 por ciento del mercado, teniendo en cuenta que hay en España poco más de cinco millones de suscriptores a la televisión de pago.
La compra se efectúa en este mes de abril en el que Vodafone y Ono han lanzado Vodafone One, el paquete de telefonía fija, móvil, conexión a Internet y televisión de pago que va a hacer frente a Movistar Fusión, la oferta que Telefónica puso en marcha hace más de un año y con la que ha aumentado considerablemente su clientela televisiva.
