Teresa Font había sido nominada al Goya anteriormente por títulos como ‘Carmen’, ‘Juana la Loca’, ‘El día de la bestia’, ‘La pasión turca’ o ‘Berlin Blues’. Su primer Goya lo ganó en 1995, con la película de Imanol Uribe ‘Días contados’. Ahora, a sus 64 años, en su primera colaboración con Pedro Almodóvar, logra el segundo galardón de la Academia de cine.
La llegada de Teresa Font al cine y al universo de Almodóvar se produce tras el fallecimiento de José Salcedo, que había sido el montador de todas las películas del director manchego. El autor de ‘Dolor y gloria’ ya había declarado semanas antes que la nominación a Teresa Font era una de las que más ilusión le había hecho, un sentimiento que reiteró tras el premio: “El de Teresa (Font) era un Goya muy deseado porque debutaba conmigo y ha sido todo un descubrimiento. Me gusta mucho el montaje, creo que la película se narra en el montaje», aseguró Almodóvar.
Y parece que la experiencia ha sido positiva por ambas partes: «Al principio me daba un poco de miedo asumir el montaje de una película de Almodóvar, porque él había montado 20 películas con el mismo montador, Pepe Salcedo. Creía que iba a ser difícil, pero ha sido Pedro (Almodóvar) el que lo ha hecho fácil, es una persona exquisita y pudorosa. Se ha comportado para que no hubiera ninguna barrera, nos hemos entendido muy bien», ha comentado la montadora a Audiovisual451, tras recibir su segundo Goya.
Teresa Font se ha centrado en esta película y no ha tenido la tentación de revisar los anteriores trabajos de Pedro Almodóvar, aunque bien es cierto que conocía muy bien su cine: «El estilo de Pedro todos lo conocemos, a mi me llegaba el material diariamente, lo montaba y ese mismo día se lo enseñaba a él. Esto nos ha ayudado mucho a ir construyendo la película. Iba al rodaje con mi Avid, me decía lo que quería cambiar y mientras rodaba o preparaba el siguiente plano yo ya había hecho los arreglos. Ha sido sencillo, yo estaba muy interesada en comprender a Pedro».
Ese ha sido el principal objetivo de la montadora durante el proceso, entender al director con el que colaboraba por primera vez: «Yo montaba en las oficinas de El Deseo y al rodaje iba con un portátil de disco externo para mostrarle los avances. Iba viendo cómo el respiraba, lo que le gustaba y lo que no. Él reacciona de una forma muy clara ante el material montado, te das cuenta de lo que funciona. También con el material que rueda te haces una idea del montaje que desea», explica.
Font quiso acordarse también del excelente trabajo realizado por la script de la película, decisivo en la labor que ahora ha sido reconocida: «Quería agradecer también este premio a la script de la película, Judith Berengora, porque ha hecho un trabajo estupendo, eran mis ojos y mis oídos en el rodaje. Ella me iba dando indicaciones: le ha gustado esta frase en esta toma, le ha gustado tal plano en el que se gira… Estos datos me ayudaron mucho», concluye.
Teresa Font comenzó en los años 70 a trabajar en el mundo del cine como meritoria, auxiliar y finalmente ayudante de montaje en diversos largometrajes bajo las órdenes de distintos montadores. Desde Raúl Román pasando por Ramón Cuadreny, Carmen Fábregas, Emilio Rodríguez y finalmente Anastasi Rinos. Su primera incursión profesional fue ‘Numax presenta…’ de Joaquín Jordá. A finales de 1977, comenzó a trabajar como montadora en Televisión Española en Barcelona. En 1981 se convierte en la montadora del cine de Vicente Aranda, con ‘Asesinato en el Comité Central’. Después vendrían otros títulos del director como ‘Fanny pelopaja’, ‘Tiempo de silencio’… Otros largometrajes de su larga carrera son ‘Berlín Blues’ (1988) de Ricardo Franco, ‘La luna negra’ (1990) de Imanol Uribe, ‘Jamón Jamón’ de Bigas Luna; o ‘El día de la bestia’, de Alex de la Iglesia, entre otros muchos.
